Un club clandestino por no decir de mala muerte, no suena como el mejor escenario para encontrar el romance.
Quizá era el lugar adecuado para pasar un buen rato, desconectarte de todas las cargas laborales y frustraciones que ser un adulto conlleva...
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Querer mostrar valentía y resistencia ante la desmesura del dolor causado por la pérdida de un ser amado, podría catalogarse para muchos como un tipo de autoflagelación, y es que el privarse uno mismo el dejar salir a flote las emociones y los sentimientos solo para dar soporte al resto de la familia resultaba un castigo sobre impuesto, pero eso a JungKook le importaba poco, apenas y desde que se enteró de la noticia, se había permitido derramar contadas lágrimas, ahora era el hombre de la casa y mostrarse débil solo sería una pérdida de tiempo, había mucho que pensar y hacer como para derrumbarse a llorar como un niño pequeño cuando algo no sale como uno quiere.
—De verdad muchísimas gracias por haber viajado desde tan lejos para acompañarnos, estoy seguro que mi padre está muy agradecido con ambos por este amable gesto de haberse preocupado por mi...nuestra familia, quisiera hacer más por ustedes señores Jung, pero aún tengo varias cosas que resolver... —decía JungKook un poco apenado, pues le gustaría devolver un poco de la amabilidad y el apoyo que los Jung le habían brindado a su familia, tanto moral como económicamente.
—Tranquilo JungKook, somos conscientes de ello—, hablo con serenidad ese hombre que, aunque pasaron años para verlo de nuevo, ahí estaba palmeando su hombro afablemente intentando darle animo—, y no nos debes nada, por el contrario, siempre que necesites ayuda sabes a que numero llamar y si está en nuestras manos da por sentado que haremos lo posible por ayudarte, siempre será un placer...
—Lo tendre en cuenta, tengan un excelente viaje de regreso y por favor avisen a su llegada a casa, eso me dejara más tranquilo. —Comento por último el azabache para darles un abrazo de despedida a ambos y retirarse a donde su pequeña hermana le aviso que estaba siendo solicitado.
Y justamente le buscaba la persona que tanto quería ver; era nada más y nada menos que el Detective Park. Tenía tantas preguntas por hacerle, ya que a decir verdad aun permanecía con la bruma de cómo fue que sucedió todo en realidad. No había digerido aun los hechos, y menos el porqué.
—Detective Park...—dijo el menor mientras le tendía la mano en un formal saludo.
—Buenas tardes joven JungKook, antes que todo quiero ofrecer mis más sinceras condolencias por su perdida, —repuso el pelirrubio mientras tomaba ambas manos del menor y dejaba también como acto seguido un pequeño sobre—, estoy apenado por como ha sucedido todo y quiero dejarles esto como un apoyo incondicional porque se bien que lo van a necesitar.
—Si bueno se lo agradezco de mi parte y también en nombre de mi madre y hermana, pero para ser franco estoy un poco cansado y me gustaría ir al grano, aprovechando su llegada quisiera hacer unas cuantas preguntas sobre lo acontecido.
—Bien entonces estoy a tu disposición; de hecho, es el principal motivo por el cual me encuentro aquí. —Apremio JiMin con decoro mientras se sentaba frente a él joven en una pequeña banca cerca de donde estaban. Entendía por completo la postura del primogénito de Jeon; el chico desconocía detalles y era entendible que quisiera conocer a fondo la situación y pues, a decir verdad, había un ligero ápice de culpa en él, creyó que responder las preguntas era lo mínimo que podría hacer por él en contraste a lo que no podría ayudarle por al menos un buen tiempo.
