La mañana de Jimin comenzó como de costumbre, tranquila y lo más relajada posible, por su bien y el de su bebé, hoy le tocaba control prenatal y estaba feliz de al fin poder ver a su bebito, porque sí, él amaba a su bebito más que nada en el mundo.
Algo peculiar de Jimin es que cuando era pequeño siempre soñaba con ser padre, no importaba si los cargaba él o su futura pareja su sueño era si o si ser padre y estar rodeado de pequeño cachorros que se parecieran a su alma gemela.
Aunque las cosas no eran como él planeó, eran muy distintas y particulares pero aún así daría todo de él para salir adelante con su bebé. Estaba eligiendo algo que ponerse cuando su puerta sonó duramente, por un segundo pensó que se caería a pedazos, miró el reloj de pared notando que eran apenas las 10:20, por su cabeza paso que podría ser el casero, pero no era día de arriendo, o tal vez era Jin y estaba en problemas.
Con ese pensamiento se apresuró a la puerta abriéndola rápido esperando ver a su hyung y que no fuera nada malo lo que sucedía, aunque lo primero que sintió al ver al alfa detrás del marco hizo que tragara duro y sintiera algo de miedo .
—Hasta que te dignas a abrir, ¿Pensabas dejarme afuera?.
El pálido alfa lo miraba detrás de unas gafas negras que claramente ocultaban sus ojeras por la reseca.
—¿Cómo me encontró?, Le dejé las cosas claras ayer. — Jimin intento cerrar la puerta pero el abogado fue más rápido y entró al apartamento, quitó sus gafas y exhalo indignado viendo el lugar.
—No jodas que aquí piensas tener un bebé, ¿Cuánto mide esto?, Es un hueco...
Se acercó a las paredes palmeándolas un poco notando que había un poco de humedad y mala pintura.
—Ni mierda, Park, cuando nazca ese niño me lo darás, no pienso dejarlo con alguien como tú— Negó con la cabeza aún viendo las paredes y los poco a accesorios que tenía la casa —Lleva mi sangre, es un Min, y un Min jamás crecería entre está mugre.
Jimin estaba de pie, en shock y muy aturdido, ¿Se quería llevar a su bebé después de todo lo que había dicho la noche anterior?, No era una persona de peleas, no pensaba comenzar ahora, tomo su chaqueta y un bolso pequeño junto a sus llaves y abrió la puerta.
—Vete, tengo cosas que hacer y, Hyung, con todo el respeto que le tengo, no regrese y no, no dejaré que se quede con mi hijo cuando nazca, porque es un Park, no un Min.
Yoongi volteó igual de sorprendió que en la noche, había cosas que no le gustan, uno era Jimin, aunque eso era un poco cuestionable ahora pero otra más importante era que le negaron algo, al final del día jamás se le había negado nada, ¿Quién le negaría algo a Min Yoongi?
—Mira...mocoso, no estás apto, no tienes nada, no tienes ni donde caerte muerto mañana, y sí, lo jodí, más bien...me jodí mucho tu culo, y estoy pagando la consecuencia, ahora tómalo como un favor, me das al bebé, te quito la carga, y...desapareces de mi vida y la de mi hijo.
Jimin lo miró un segundo y después a su vientre, no, jamás dejaría a su bebé en manos de alguien como Yoongi.
—No.
Murmuró, mire la puerta del 17 abrirse y dejando ver el cuerpo del chico de ayer que lo saludo con una sonrisa para después acercarse, el aroma del Omega era fuerte pero noto también el del otro alfa, lo que lo hizo ponerse alerta.
—Jimin, ¿Estás bien?— El bajito asintiendo aún en su posición esperando que Yoongi salga de su hogar.
—Si, tuve una visita, pero todo está bien.—Yoongi motivado por la curiosidad se acercó a la puerta viendo al alfa moreno con el ceño fruncido.
—¿Quién eres?— Preguntó con un tono bastante grave y nada amigable, el otro alfa miro a Jimin y después al tipo de traje.
—Jung Hoseok del 17, ¿Son pareja?— Yoongi miro por el pasillo notando la placa, estaba cerca del Omega, tomo a Jimin del brazo haciendo que entre al departamento lo que hizo a Jung reír —Tranquilo, hermano, huele a ti a kilómetros, solo saludaba, si necesitan algo estoy después de las 2 de la tarde.
Sin más emprendió rumbo al ascensor, Jimin por su parte se apartó del pálido para que de una vez esperar que se fuera aunque Yoongi estaba procesando lo que dije antes de que su mirada cayera en el cuello de Jimin, la marca, roja como recién hecha seguía, cicatrizado pero, presente, su lobo movía la cola feliz dentro de él, estaba extasiado de que el Omega aún estuviera marcado, y que su lazo aún fuera fuerte, por lo menos en su lado animal.
—Mira, Jimin, no compliquemos las cosas, no quiero ser más grosero de lo que he sido, pero date cuenta de las cosas, yo tengo como mantener a mi futuro hijo, tú no, te juro que te dejaré verlo, un par de veces al mes, no hace falta que lo cuides después del parto, yo me encargo, sabes que, si quieres...te lo compro, necesitas dinero, lo sabes, y yo tengo mucho, ¿Cuánto quieres?— El rubio simplemente no podía creerlo, le daba asco, mucho asco lo que escuchaba y el hombre que tenía frente a él
—Estas jodido, Min, jodido de la cabeza, solo quiero que te vayas, no tienes ningún hijo conmigo, no tienes nada, estás vacío, estás muerto, me das asco, déjame en paz, a mi y a mi bebé.—Cómo pudo empujó el cuerpo del alfa fuera de su departamento para salir detrás y cerrar con llave. —No vuelvas, no molestes más, podré necesitar dinero pero jamás vendería a mi bebé, peor a un ser tan miserable como tú.
—¡No me pierdas el respeto!, Mocoso, te estoy dando la mejor opción de tu vida, Jimin, ¡No seas idiota!— Las cosas iban de mal a peor, de un momento a otro sus hormonas estaban a tope y tenía ganas de llorar, su imaginación había volado y pensar en estar lejos de su bebé había hecho que sus ojos se volvieron cristalinos. —Llorando no arreglarlas nada, Jimin, no llores...
Y tal vez, solo tal vez Yoongi se estaba arrepentido de todo lo que dijo mientras intentaba consolar de manera inútil al Omega que parecía romperse a pedazos frente al villano.
Si, si, me desaparecí, lo siento, no fue mi intención en serio quería seguir pero no sabía cómo.
Perdón por los errores, estoy escribiendo desde mi teléfono. Nos vemos 😌
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