"Uno de mis deseos más grandes fuiste tú, y ahora que te tengo, no pienso dejarte ir."
Fue interesante la manera en la que nos conocimos, no voy a negarlo, ¿quién se lo imaginaría?. Único y especial, como todo lo que tenía que ver con él.
Y el tie...
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“Y éramos una pareja, que vivía a base de mentiras creadas por ti.”
Me sentía como una puberta cada vez que su crush aparecía. Mi corazón latía con fuerza y aunque no tartamudeara, me ponía nerviosa. Él parecía el personaje principal de algún drama, encantador y atrayente. El chico que se llevaba las miradas de todos al entrar a cualquier lugar.
Y yo era una de las tantas ovejas que lo seguían a todo lado.
Jaehyun siempre tenía sorpresas para mí, ya fuera con sus actitudes o cosas materiales, con él nada era aburrido.
—¡Ya volví! — gritó el vampiro entrando de repente a la casa, sobresaltando al personal que pasaba y a mí, que estaba cerca. —¡Y a ti te buscaba!
A veces se le daba por gritar eufóricamente, como una persona extremadamente feliz y con mucha energía.
Como un auténtico psicópata.
Cuando se acercó a mí rápidamente, enarqué una ceja.
—Oh, mi querida Leia— puso su mano en mi mejilla, acunando mi rostro —Dulce Leia— sonrió.
—¿Tomaste sangre en mal estado? — pregunté con sospecha, y su risa grave apareció.
—Al contrario. Pero ese no es el punto, ven conmigo— agarró mi mano y me llevó con él al jardín. Al pasar pude ver a Camille mirándonos fijamente.
Uhm, no confiaba en ella.
Era pleno día, y el sol estaba en todo su esplendor, calentando mi cara al instante. Más bien nos sentamos debajo de la sombrilla, en el comedor pequeño que había aquí, frente a frente.
—Tengo algo para ti— me sentí expectante ante sus palabras, él hizo una seña tras mío, y el señor viejo y elegante que siempre le acompañaba, se acercó con dos cajas de madera.
Ah, el señor Lee. Él se la pasaba haciendo diversos trabajos, no lo veía tan seguido por lo que no éramos cercanos, sin embargo, ahora sí me miraba, y a veces, me sonreía. Aunque nunca crucé más de un par de palabras con él.
—Gracias— le dijo Jaehyun y el otro volvió a irse, dejando las cajas en la mesa. —Del lugar de donde vengo, existen cosas que aquí no, especiales y fantásticas —puso una caja en frente mío —, así que, pensé en darte una de esas cosas.
La abrió, dejando a la vista una planta. Tenía la forma de un girasol, pero completamente verde y más grueso, pensé por un momento que era de goma. Jaehyun tomó mi mano, y me la acercó a la planta, en cuanto toqué en el medio de sus pétalos, le apareció una boca, que atacó mi dedo, mordiéndolo.
Me sobresalte, pero Jaehyun sujetó mi mano más fuerte para que no me aleje.
Y sentí como ese girasol empezó a chupar la sangre de mi dedo.
