Amor de Verano. - (One Shot Camren) - (Lauren G!P.)

Amor de Verano. - (One Shot Camren) - (Lauren G!P.) - Parte 2.

Por petición de esta, pasaron a la habitación, pensó que estarían más cómodos en la cama, la joven no tardó en acomodarse, y Lauren no se hizo de rogar demasiado, traía consigo un par de refrescos en vasos helados y con abundante hielo, amablemente le ofreció uno a su chica, con el otro en la mano se tumbó al lado de ella, apoyando después el vaso en la mesa de noche, mientras la ojiverde una vez más, resoplaba sofocada acomodando el brazo en su frente.

Camila se humedeció un poco los labios con el refresco mientras sus ojos seguían inmóviles contemplando cada parte del cuerpo de su ojiverde, y cada gesto que hacía, le parecía cada uno más sexy que el anterior.

Así pasaron varios minutos, Lauren cerro los ojos, empezaba a sentir el aire frío, aunque esto aún no le era suficiente, el calor seguía siendo infernal, sonrío al sentir una caricia en su pierna, Camila no iba a perder más tiempo, y ya estaba deleitando a su chica con suaves caricias con el pie, sonrío ella también al ver la sonrisa de Lauren, pero al contrario que la de esta, la suya era totalmente lujuriosa.

Dejando el refresco aparte se recostó un poco más girándose para poder seguir contemplando a su novia. Flexiono el brazo y apoyo la cabeza en ella, mientras con la mano que le quedaba libre jugueteaba en el pecho de su chica.

Lauren continuó con los ojos cerrados, ni se inmutaba por los jueguecitos de su chica, solo le delataban las sonrisas que se le escapaban por el placentero cosquilleo que le proporcionaba los dedos de su acompañante.

Camila comenzó a desesperarse, conocía demasiado bien a esa mujer y sabía que únicamente estaba haciendo eso para desesperarla un poquito más, para hacerle creer que hoy no obtendría nada de ella y obligarla a tomar por completo las riendas de la situación, pero no quería caer en eso tan pronto, sabía que aún no era el momento de subirse encima de su chica y obligarle a que le haga el amor, porque si eso pasaba, a Lauren se le dibujaría esa sonrisa arrogante de "sabía que no tardarías en subirte sobre mí", y Camila no podía permitir que eso ocurriese, por lo que decidió alargar un poco más los juegos con la pelinegra, hasta que fuese esta la que se abalanzará sobre ella.

La morena se incorporó sobre la cama, al sentir como ya nada la tocaba, Lauren abrió un poco sus ojos, mirando que era lo que había hecho que su chica se detuviese, estaba sentada de espaldas a ella bebiendo un poco de su refresco, cuando vio que se volteaba volvió a cerrar rápidamente los ojos, para hacerle creer que seguía inmune a sus encantos.

Camila había tenido una gran idea, mejor dicho el refresco le había dado una gran idea, al chocar uno de esos hielos contra sus dientes, una sonrisa maligna se había dibujado en su cara, se volvió para observar a Lauren, esta seguía con los ojos cerrados, "perfecto", pensó esta mientras se volvía a recostar a lado de su chica, tomo un hielo entre sus manos y con mucho cuidado empezó a deslizarlo por el abdomen de la pelinegra, no pudo evitar que se le escapase una sonrisa triunfal al ver la reacción de su novia.

Al sentir el hielo por su abdomen, Lauren se estremeció por completo no pudiendo reprimir un leve gemido, que fue un regalo para los oídos de la morena. Intentaba mantenerse firme, mientras su piel se estremecía por allá donde Camila pasaba el hielo del delito, contuvo la respiración al sentir el frío hielo por sus pezones, que se endurecieron a su paso, pero Camila aún no había hecho más que empezar y sustituyendo ese hielo derretido por otro, empezaría el juego de verdad.

Lo colocó de nuevo en la fina piel de Lauren, entre sus senos, y pasando una pierna al otro lado, se colocó a horcajadas sobre ella, bajo su cabeza y tomo el hielo con la boca, comenzando así la pequeña tortura para la pelinegra.

De arriba abajo, la estremecía por completo, erizando su suave vello, haciendo círculos en sus pezones acompañando esa sensación helada por el cosquilleo del flequillo castaño, que pasaba inconscientemente por su piel. Una vez que llevo sus labios hasta el ombligo, Camila miró hacia arriba con picardía, Lauren aún se hacía la imperturbable, a pesar de que la excitación que sentía incrementaba a cada movimiento de ese dichoso hielo, y aunque la ojiverde continuará inmóvil, Camila notaba su deseo, ya que cierta parte baja de la pelinegra estaba creciendo por momentos.

Volvió a tomar el hielo entre sus labios y lo bajo por ese abdomen perfecto, más abajo del ombligo, con sus manos desabrocho el botón de las bermudas, para poder bajar ese hielo, donde Lauren concentraba en esos momentos todo su calor, la ojiverde por fin se quitó el brazo de la cara y levanto un poco la cabeza observando lo que su novia tenía preparado para ella.

La morena seguía concentrada en su labor, le bajo un poquito los bóxers junto con las bermudas, pero no lo suficiente para desvelar el misterio que se esconde ahí, y dejo atrapado el hielo en la goma de los bóxers de su chica, luego levantó de nuevo la vista sonriendo por el sufrimiento tan placentero que estaba haciendo padecer a su amada novia, Lauren trato de incorporarse un poco, pero Camila la detuvo empujándole del pecho hacia abajo, dejándole claro que ya había perdido la oportunidad de controlar la situación, que ahora la que dominaba era ella.

Mientras miraba fijamente esos ojos esmeraldas tan penetrantes que posee Lauren, volvió a tomar el dichoso hielo de donde lo había dejado, y esta vez lo subió hasta el cuello de la pelinegra, haciendo que esta soltase un nuevo suspiro mientras cerraba los ojos y echaba la cabeza hacia atrás, los abrió de nuevo al sentir el hielo entre sus labios, bueno, el poco hielo que quedaba, ya que la odisea de cruzar todo el cuerpo de Lauren había hecho estragos en ese pobre cubito de hielo y lo poco que quedaba se derretía entre los dedos de Camila y los labios de la ojiverde.

Lauren no perdió el tiempo y con lujuria en la mirada, empezó a deleitarse con los deliciosos dedos de su chica, los lamia con sensualidad y erotismo, mientras sus ojos seguían penetrantes en los ojos chocolate de Camila, tomo su mano con la suya y comenzó a mordisquear esos deditos que tanto le gustaban, Camila la miraba expectante, sonriendo al ver como para Lauren esos dedos eran el más exquisito manjar, pero ya se hartó de esos jueguecitos, quito su mano de la boca de la pelinegra y apoyándolas en el pecho de esta bajo hasta que su boca se encontró con la de Lauren.

Continuará...