untitled eighteen

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Sunghoon realmente tenía intenciones de hablar con Heeseung y que le explicara la situación que no parecía dejar de rondar en su mente, pero su nuevo cambio de puesto le había traído más responsabilidades de las que creía que tendría. No solo estaba ahí para ayudar con la administración de todo el funcionamiento de la empresa, sino que también establecía, planificaba y reservaba citas, cenas, viajes, compras, reuniones, llamadas para Heeseung. Él arreglaba todo para él y se aseguraba de que todo estuviera preparado. Él hacía literalmente todo en lo que Heeseung no podía enfocarse por el rápido movimientos de las cosas en la empresa. Sunghoon era su asistente personal, su mano derecha y su secretario. Realmente no era demasiado trabajo desde que Heeseung no había necesitado un asistente antes, pero gracias a él y su característica forma de administrar todo, había llevado a la empresa a lugares más altos y, por ende, había más responsabilidades que atender.

Entonces él estaba ahí, sentado en el escritorio de la oficina de paredes transparentes donde había por primera vez había visto a Heeseung y donde se habían despertado sentimientos que creía que jamás tendría por alguien más que no fuera su pareja. Eran cerca de las diez por la noche y la mayoría del personal se había marchado hace casi dos horas a excepción de algunas cabezas que se asomaban por encima de las paredes de los cubículos de las oficinas individuales, entre ellas las de Isa y Jungwon. Cuando sus ojos se cansaban demasiado y sus dedos se encontraban entumidos miraba en otra dirección que no fuera hacia el gran monitor que estaba frente a él para descansar, pero en cada una de esas veces alguno de los dos hermanos con ojos gatunos lo miraba con fuerza, como si intentaran traspasar los cristales de la habitación y sujetar su cuello entre sus manos para asfixiarlo. Así que en cada oportunidad que tenía, esquivaba las penetrantes miradas, aunque la fuerza de estas era tanta que no hacía falta que mirara en su dirección para saber que los dos pares de ojos estaban ahí. Deseaba con tantas fuerzas que los muros a su costado no transparentaran todas sus acciones.

A pesar de las largas horas en las que su mente se suponía que debía estar ocupada en hacer papeleo y revisar la funcionalidad de cada una de las áreas, no podía apartar las palabras de Jungwon de su mente. ¿En realidad Heeseung había abandonado a Jungwon por él? ¿Por qué lo haría si tenía algo estable con el pelinegro y si sabía que él estaba en una relación con Ni-ki? Sabía que algo andaba mal con la versión que Jungwon le daba, pero no estaba totalmente seguro de que la versión de Heeseung, que aún no conocía, fuera la correcta. La única teoría que sonaba razonable en su cabeza era que Jungwon y Heeseung tuvieron algo casual y que nunca hubieran querido formalizarlo, no al menos de la parte del mayor; entonces cuando Heeseung notó que había cierto coqueteo de parte de Sunghoon hacia él, habría decidido seguir su juego y así dejando de lado al menor. No creía que Heeseung lo hubiera buscado personalmente para hacer que trabajara en su empresa para que eventualmente se sintiera atraído hacia él y hacer que Sunghoon fuera quien lo sedujera y no al revés. No había manera de que su jefe fuera el tipo de persona que hacía todo lo posible para conseguir a las personas en las que había puesto sus ojos. La sola idea sonaba descabellada por sí misma, así que ni siquiera la consideraba como una opción.

Solo quería respuestas, pero las miradas contiguas a él parecían querer matarlo y Heeseung aún no había aparecido desde hace largas horas para rescatarlo.

Cuando el reloj digital en forma de nube que Heeseung había comprado especialmente para decorar su oficina marcó las diez con treinta minutos, las personas restantes en la zona que gerenciaba se levantaron de sus asientos, apagando sus monitores y colocando sus mochilas en uno de sus hombros listos para partir. Sunghoon dejó caer su espalda contra el respaldo de su silla, tallando con los puños de sus manos sus ojos ya extenuados, sin embargo, a los pocos segundos se sorprendió con la voz en un susurro que provino desde la puerta de la habitación.

𖥔 ִ  ۫   ˑ  you right    !   heehoon  ִˑWhere stories live. Discover now