:-|6-Patadas (Inukoko)

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Kokonoi Hajime no era alguien que creyera en la suerte en lo más minimo, toda su vida había trabajado arduamente de maneras tanto legales como ilegales para conseguir sus objetivos o mera supervivencia.

Uno de esos objetivos fue siempre proteger a Inupi, así el alfa no estuviera con él o no fueran pareja y les llevó muchos, quizá demasiados años hablar de sus traumas y arreglar finalmente sus asuntos pendientes.

Fueron capaces de lograr formar una relación sólida un poco antes de unirse a la familia de Mikey, suceso que alivió bastante a Koko al temer perder a una persona tan especial para él a causa de la oscuridad.

Para su fortuna, ahora vivían una pacifica vida donde Seishu era dueño de una tienda de motos junto a Draken y Koko era el contador personal de Mikey en todos sus negocios (bueno, quizá algunas mañas todavía no terminaban de culminar) aunque menos de la mitad eran del todo no ilícitos.

De igual manera, hace unos meses atrás se habían enterado de una manera bastante peculiar que próximamente serían tres personas, ya que Koko no había presentado ningún síntoma hasta que según su doctora, el bebé ya tenía 5 meses.

Ocurrió durante una madrugada, cuando ambos se encontraban tranquilamente durmiendo, cuando un movimiento inesperado había despertado al pelinegro.

– ¡Aaah!

El rubio se despertó alarmando, listo para atacar a quién fuera que había provocado el grito de su pareja.

– ¿Qué pasó? ¿Estás bien, Koko?

– Algo me pateó...–

Ambos se quedaron mirando por un largo rato, no sabiendo que decir exactamente.

– ¿Desde cuándo...? – Empezó a hablar el de la cicatriz...

Koko trató de hacer cálculos, ya que por el trabajo de ambos compartían más bien una intimidad no sexual, a causa del cansancio y de que preferían quedarse acurrucados.

– Mmm...¿El cumpleaños de Hanma, quizá?

Aquella noche ambos se habían ido a esconder en una de las habitaciones debido a que Koko comenzó a expandir sus feromonas de manera inconsciente, haciendo una clara alusión de que el alcohol en lugar de emborracharlo, lo estaba excitando de sobremanera.

Y pese a que en un principio solo quería quedarse ahí con él encerrado hasta que su novio se le bajará la calentura, termino siendo montado por Koko hasta que este se sintió totalmente satisfecho.

Mierda, ahora recordaba porque no permitía que el pelinegro ingiriera alcohol.

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Eran las 8 de la mañana y ellos apenas salieron del consultorio, un tanto anonadados de toda la información que habían recibido en tan corto lapso de tiempo.

– Me estás diciendo qué...¿He estado 5 meses cargando dentro de mi a una niña y no tenía ni idea? – Preguntó aún nervioso el delta, analizando con cuidado su estómago.

A decir verdad, si había notado una leve hinchazón en su vientre, pero pensaba que era algo temporal debido a el estrés del trabajo y comer tantos dulces debido a ello.

– Me temo que sí...¿Y ahora qué?

Muy buena pregunta.

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– ¡Inupi! Ven. – Llamó el de ojos felinos desde la sala.

El oji esmeralda se encontraba haciendo la cena, soltando abruptamente los utensilios al escuchar el llamado.

– ¿Pasa algo? ¿Está todo bien?

El pelinegro asintió, indicándole que tocará su estomagó. Este acató el pedido, un tanto sorprendido de notar la gran energía con la cuál su hija hacía presencia.

– He de decir que esto es menos aterrador una vez sé que es un bebé y no un alien...

– Pff, eres un estúpido...– Le regañó, afilando su mirada. – Cuando salga de ahí y crezca, le diré que la llamaste así.

El rubio soltó una carcajada.

– No te atreverías...

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Al final del día, ambos se acurrucaron en su cama como lo hacían diariamente, pero cada vez siendo más especial al sentir como su hija los acompañaba.

Inupi sonreía entre sueños, apoyando con cuidado sus rubios cabellos en el vientre de Koko.

FIN

Owari

– ¡Esto ya me está agotando! ¡Fue la cuarta vez que me levantaba a hacer pipí e Inupi seguía durmiendo! ¡Es tan injusto! – Se quejaba el delta, apartando su ahora lacio cabello de su vista.

Ran, por su parte, solo se carcajeaba ante las quejas de su compañero, mientras se encargaba de darle el biberón a Vince, su pequeño.

– Es algo completamente normal Koko, antes eres un bastardo suertudo, no tuviste ni el más mínimo signo durante 5 meses. En cambio, algunos tuvimos que sufrir desde el minuto 1. –

— Ugh, solo espero que no sea igual que los hijos de Mikey. –

Fin del Owari

#TR Admprg 2022 (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora