Blimah

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Corría el año de segundo grado, con la maestra Claudia, normalmente Ricardo y yo nos sentábamos juntos en las clases, pero ese día, él no había ido, algo muy raro en él, puesto que era el que me animaba a ir a la escuela y seguir adelante. En el receso, Ricardo fue con su mamá y ahí supe que sucedía algo, me hablaron y me quede conversando con él… ahí fue donde me dijo que se cambiarían de casa y que por lo mismo tenía que cambiarse de primaria a una que le quedara un poco más cerca de donde vivirían y por raro que suene, me dijo perdón por dejarte, su mamá llego con los papeles en la mano y le dijo a Ricardo que se fuera, pero al verme ahí me dio un beso en la frente y le dijo que lo esperaba afuera, él me miro y dijo de nuevo lo siento, beso mi mejilla y se fue detrás de su mamá, pero casi al llegar a la puerta, se regresó corriendo a mí y me abrazo, diciendo… “Nos volveremos a ver cariño, nunca te dejare sola aunque ya no estemos juntos”.

Y ahora que lo estoy pensando, esa fue la primera vez que me dijo cariño, y hasta la fecha aún me sigue diciendo de esa forma y para los que ya nos conocen, esto se les hace de lo más normal, pero para aquellos que apenas comienzan a hacerlo, nos preguntan si somos algo o que porque nos decimos así. Porque admito que yo le digo de la misma forma o le digo corazón, pero eso es algo que se nos quedó con el paso de los años… años que nos hicieron más fuertes, cosas que no queríamos pasar, pero al final, seguimos adelante con todas y cada una de las cosas que hemos vivido. Por qué es eso, solamente es un paso más en este juego llamado vida.

Sin embargo, no voy a decir que no me sentí mal cuando él se fue, pero saber que Luis se quedaría me hizo sentir bien, porque en el fondo de mí, sabría que no estaría sola, aunque tuviera a Paola, necesitaba esa amistad de un niño y Luis fue ese sustento.

Enciclopedia del mundo de las flores. Where stories live. Discover now