♤Epílogo♤

87 12 6
                                    

Dejé la última caja que iba a guardar en el sótano con mis cosas antes de partir finalmente a la universidad. Sonreí con nostalgia viendo el montón de cosas viejas y antiguas de mi niñez y adolescencia. Me fijé en el nombre de cada una, habían juguetes, ropa vieja, libros y.... Fruncí el ceño al notar entre el montón de cartón algo brillando con intensidad.

Miré la puerta del sótano para verificar de que aún no me están llamando y empiezo a quitar las cajas para tomar la cosa brillante. Era como algún tipo de maletín rojo y lleno de polvo. Lo sacudí y tosí varias veces. Lo detalle desde diversos ángulos y no se me hacia familiar. Papá nunca baja al sótano y mucho menos mamá, así que... ¿De quién es?

Busco algún tipo de cerradura para ver que tiene adentro, ya que es bastante pesado y me encuentro con algún tipo de cerrojo en el que se tiene que insertar una clave de números. Mi entrecejo se hunde más y a lo lejos oigo la voz de mi mejor amigo llamándome.

De pronto, la iluminación llegó a mi mente e incerte un código que probablemente no sea el correcto, pero algo en mi intuición me decía que lo pusiera.

0007.

Y un click me hace abrir los ojos impresionado.

—Llevo como tres hora llamándote. Ya nos tenemos que ir, Niall—mi amigo se asoma por las escaleras y me giro sobre mi hombro para verlo.

—Juno, mira lo que encontré—se lo muestro.

—Wow. Un maletín. Yei—finge emoción.

—Imbécil.

—Tu padre nos está esperando para ir al aeropuerto—avisa como por quinta vez, pero no le presto atención.

Abro el maletín y ladeo la cabeza notando que es algún tipo de iPad. ¿Una iPad en el sótano? Pero era tan extraña. Poseía una figura triangular muy peculiar.

Juno dejó de estar tan insistente y también le ocasionó curiosidad lo que estaba dentro del maletín y se colocó a mis espaldas para ver conmigo.

Busqué en iPad algún tipo de botón para ver si funcionaba, pero de la nada, aparece una luz verde que me hace un escáner de rostro y una voz parecida a la de Viki, habla:

—Reconocedor facial, aceptado. Bienvenido nuevamente, señor Niall.

La iPad se enciende y una extraña imagen acapara la pantalla. Todo estaba en negro y una minúscula figurita resaltaba con un brillo floreciente en el centro. Era como la señal de advertencia, pero abajo decía archivo contra tiempo.

—¿Archivo contra tiempo?—inquiere Juno igual de confundido que yo.

—Esto es muy extraño. Yo no recuerdo haber hecho esto—musito desconfiado.

—Oprime la imagen—pide emocionado.

—¿Y si es algún tipo de virus que puede llegar a los demás aparatos de la casa?

—No seas idiota, lo hiciste tú.

—De eso no estamos seguros.

—Solo oprimelo.

Vuelvo a ver el iPad con desconfianza y oprimo el botón cauteloso para ver a Juno. La imagen se esfumó y de repente, esa cosa comenzó a temblar. Pasé saliva un poco asustado y la pantalla se puso blanca por completo. Y de forma consecutiva y cegadora, un montón de imágenes empezaron a acaparar mi visión. Eran muchos archivos, fotos, textos, citas, noticias. ¿Qué diablos es esto?

Habían un montón de nombres extraños y aparecieron el perfil de personas que no conocía; entre ellas, el de una chica albina que tenía en la casilla de su nombre el número 7. Me asusté cuando la imagen de ella se abrió y mostró la estructura de doble hélice del ADN y vislumbre como varios nucleótidos estaban siendo sustituidos por compuestos muy diferentes al de otro cualquier ser vivo.

—Esto me da miedo. Apagalo—ordena Juno tembloroso y traté de hacerlo.

—No se apaga—digo forzosamente.

—Esto es malo, muy malo, Niall. Apagalo.

—Lo estoy intentando.

—¡Apagalo que le está saliendo un ruido raro!

—¡Es lo que estoy intentando!—le grito exasperado.

Juno y yo quedamos de un instante a otro, petrificados, y todo empeoró cuando la pantalla volvió a ponerse negra y de la nada apareció una flecha que me señalaba una esquina del aparato. Noté que tenía como un botón en esa parte y lo pisé provocando que algún tipo de memoria saliera de él.

La pantalla volvió a cambiar de color y me congele por completo al leer un extraño nombre en letras rojas y mayúsculas.

RAMIGÜIS.

Divisé la memoria y miré a Juno leyendo en voz alta lo que decía el chip.

—Número Seis, el experimento faltante.

Y supe que encontrar ese archivo, iba a costarme muy caro.

Experimento Suelto [Bilogía Experiment #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora