Capítulo 40: Escopeta

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La música es el vino que llena la copa del silencio.

-Robert Fripp




Miro la pared evitando tratar de enfocar mi atención en las palabras lanzadas en mi dirección. Totosai me reclama, mi guía me reclama, o bueno, ellos me gritan, mejor dicho. Llevo alrededor de media hora escuchándolos despotricar contra mí como si lo que sucedió fuese culpa mía. No lo es, aunque ellos quieran echármelo en cara, sigue sin ser mi culpa.

Inuyasha dio una entrevista donde me atacaban, pero me protegió, dio unas palabras hermosas que cada que veo la entrevista de nuevo, hace que mi corazón lata mucho más rápido de lo usual dejando una sonrisa en mis labios que dura horas en ser borrada. La manera en que me ve como un igual, aunque no tenga una trayectoria como él en la música, me siento feliz de escuchar cómo me respeta de músico a músico.

Aunque fue precioso lo que hizo y muchas personas lo apoyaron y, de hecho, dejaran comentarios sumamente preciosos, otra mayoría, esa que aun sienten rencor hacia mí no estuvieron muy complacidos con sus palabras, es por eso que lo están atacando diciendo que él está involucrado con una menor de edad, diciendo cosas horribles que con nuestra pronta separación quisimos evitar.

Hay un testimonio de padres diciendo que sacaron a su hija porque Inuyasha la acosaba en la academia y que la chica tenía solo 15 años. Ver el montón de basura que ha surgido solo porque me defendió crea un sentimiento contradictorio porque sé que no fue mi culpa lo que pasa, pero una parte de mi asume que, si él no me hubiese defendido de tal manera, quizás nada de esto estuviera sucediendo.

También su odio está dirigido por un video que se ha hecho viral en las redes sociales de una chica que habla sobre como su hermana era fanática mía, pero que lamentablemente murió sin conocerme. También de como en la perdida de la misma quiso estar cerca de su hermana y la buscó a través de los covers y presentaciones que he hecho. Que ver el valor con el cual defiendo mis ideales la impulsaron a decirle a su familia que le gustaban las chicas, pero que eso ocasionó muchas burlas hacia ella, burlas que ella respondía con la cara en alto, tal como yo lo hacía.

Ese video me hizo llevar una mano a mi pecho para controlar la emoción de que alguien en el mundo cambia gracias a mi música, que mi música es un impulso para ella, que a través de lo que canto ella puede tomar el valor que antes no tenía. Es como cuando eres la voz de un pueblo lleno de dolor, así me siento.

Claro que las dos personas frente a mí no comprenden eso, solo miran lo malo. Como si ese video y lo de Inuyasha fuese en tu totalidad mi culpa, como si quererlo como lo hago fuese un pecado al cual estoy condenada.

—Estás arruinando su carrera y al parecer no te importa. Ya los entrevistadores saben dónde tocar a Inuyasha para obtener una reacción en él, todos se dieron cuenta de su disgusto, ¿saben que lo van a utilizar en su contra?—me pregunta y enfoco mis ojos en él, siento un nudo en la garganta porque eso no lo había pensado—¿te has tenido a pesar en la gravedad del asunto? Mientras lo sigan relacionando contigo seguirán apareciendo falsas noticias. Ahora se trata de un acoso, ¿qué seguirá? ¿qué mentira más grave vas a permitir antes de dejarlo ser libre?—inquiere con voz molesta que comienza a hacerme palpitar la cabeza.

—Quiero a Inuyasha—susurro.

—A veces lastimamos a lo que queremos por no dejarlos ir—dice con una voz engañosamente suave—sabes muy bien que es lo mejor para él, pero eres egoísta. Mientras él dio todo tú das muy poco—susurra y me trago las ganas de querer llorar.

Sigue el ritmo de mi vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora