Capítulo 29

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Mini maratón, jiji <3

29: CANDADOS Y ENCANTADOS

La mañana siguiente me levanté como una rosa. Eran eso de las nueve de la mañana cuando la luz que entraba por la ventana empezaba a cegarnos y Rhys gimoteaba.

Yo me pegué a él y me envolvió de tal manera que me sentía un burrito.

—Rhys —dije, costosamente —. que no puedo respirar...

—Shh —rechistó con las cejas fruncidas —. un poco más.

Sonreí.

Esos días no tenía demasiados quehaceres, ya que Hunter comenzó su rehabilitación y parecía estar casi preparado para volver, y ese fin de semana no tenían partido, así que Chris, su entrenador, no lo iría a volver demasiado loco. Con lo cual... más tiempo para mí.

Bueno, y para sus amigos, porque yo tenía que...

Oh.

Me levanté de un respingo destapándonos y abrí los ojos como platos.

—¿Qué pa...?

—¡Mis trabajos! —grité escandalizada.

Agarré el portátil con el corazón a mil. Anoche me dormí tan pronto que ni siquiera recuerdo haber mandado los que ya tenía listos. Tenía que haberlos mandado. Debía haberlo hecho, porque sino, el señor Roerig me mandaría otros tres proyectos extra a los que no podría dedicar ni un solo minuto del día.

Lo comprobé. Uf, entregado.

Solté un buen suspiro y cerré la tapa del portátil lentamente, cuando noté los labios de Rhys posados en mi hombro desnudo.

—¿Todo bien? —su tono dejaba un ligero rastro de preocupación.

Era consciente de que no era normal la cantidad de estrés que tenía por esos trabajos, pero era lo que había. Era la universidad y, por suerte o desgracia, ese era mi profesor. No podía hacer otra cosa más que acatar mis tareas y aguantar. Aguantar hasta que explotara.

Dejé caer mi cabeza en su hombro y me rodeó con los brazos. Y fue ese el momento exacto en el que noté que lo había echado mucho de menos esa larga semana.

Él tampoco dio indicios de querer moverse; pareció que los dos necesitamos ese pequeño momento.

—¿Qué planes tienes hoy? —murmuré mientras acariciaba su melena y él cerraba los ojos.

Ronroneó y solté una risita.

—Esta mañana desayunaremos tranquilamente, les llevaré al paseo cercano a tu casa y así paseo a Holt, y luego quizá al puente del centro. Chloe estaba entusiasmada con poner un candado de esos —resopló, y yo me reí.

—Oye, es un detalle muy bonito.

Ladeó su cabeza para mirarme sonriente y temblé un poco al tenerlo tan cerca.

—Me vas a hacer comprar un candado ridículo, ¿Verdad?

Asentí, orgullosa, poniéndome de rodillas frente a él para levantarme de la cama. Casi rozaban nuestras narices.

—Y sellaremos nuestro amor incondicional con ese candado. No me digas que no es super romántico.

Sonreí al ver su reacción llena de hastío, y admito que se me cayó la baba al ver sus ojitos rasgados de recién despierto.

—Nunca me cansaré de decirte que mi ropa te queda tres veces mejor que a mí —murmuró contra mis labios, y gimoteó un poco al ver que intentaba levantarme.

FUGAZ © [ARDENT#2]Where stories live. Discover now