GREEN EYES//Completa.

Capítulo XX

POV LINCOLN

Uno de los momentos más felices de mi vida, volver a viajar en esta moto que tanto me encantaba.

Entendía que con un movimiento brusco mis puntos se podían saltar y yo libremente podría caer en el hospital nuevamente, pero me importaba poco.

Obviamente a la chica que manejaba si, pero después de una larga charla de convencimiento, y por supuesto muchísimos besos, logré convencerla de ir a VISUAL ARTS MUSEUM en moto.

Extrañaba sobremanera sentir el aire chocar sin contemplación en mi rostro, aunque ahora se sentía el doble de frío gracias al invierno.

Bajé del vehículo, tomando de la mano a Charlie para entrar en el hermoso lugar abandonado, sintiendo, detrás de la fría temporada, esa calidez acogedora que brindaba.

Sentí unos brazos envolverme por detrás, y sonreí de forma instantánea al sentir los fríos labios del amor de mi vida en mi cuello protegido por la tela de mi suéter.

Giré mi cuerpo para quedar de frente a ella.

Sus ojos verdes me miraron con anhelo.

Su sonrisa me invitó a besar sus labios.

Y no hubo que insistir mucho para que aceptara tal cosa.

No podía describir cuánto la había extrañado. Cuánto había extrañado verla más allá de nuestros encuentros clandestinos en mi habitación, a pesar de que sus frases al llegar o al retirarse hacían mis días más especiales.

- podría pasar mi vida entera aquí contigo, mi ángel - pronunció pasando un mechón de cabello por detrás de mi oreja

- ¿Te parece si detenemos el tiempo? Quedémonos aquí por lo que nos resta de vida

- no deseo otra cosa más que eso, pero el tiempo es tan cruel que no se detiene ni por esta enamorada que ruega por un poco más de su estancia aquí y ahora, por esta enamorada a la que desgraciadamente le está pasando factura de una forma tortuosa

No entendí el significado de sus palabras, pero dejaron una gran incertidumbre clavada en mi pecho.

Traté de alejar la angustia, por mucho lo logré, aunque esa sensación de preocupación no se fue de mi en todo lo que restó de día.

(***)

De nuevo a las clases.

Una oración bastante desagradable a mis oídos.

Sinceramente lo único que me había gustado, muy a parte de las visitas de Charlie a mi habitación, había sido el tiempo libre que había adquirido de la escuela.

Se me olvidaba que en este mes Charlie acababa la escuela junto con mi hermana.

Siquiera me había preocupado por preguntarle cómo le iba, o algo relacionado con la escuela.

Por cómo veía a mi hermana estaban hasta arriba de estudio, y yo de egoísta reclamando su tiempo como si fuera solo mío.

Atravesé la puerta de mi salón, llevándome una oleada de preguntas y expresiones de angustia.

Bendita sea Amelia, que logró salvarme de los tiburones antes de que lograran devorarme.

La hora del receso se aproximó.

Mis pasos se hicieron más rápidos hacia el patio, sabía que allí aguardaba aquella persona a la que tanto deseaba ver.

Sonreí como tonta al ver esa sonrisa divertida dibujada en sus labios, esa sonrisa que me dejaba sin aliento.