Capítulo 25

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Al volver a casa todos nos estaban esperando en la sala y en cuanto me vieron nos bombardearon de preguntas acerca de mi salud y la de el bebé, les contamos que todo se encontraba en orden y que el médico me había recetado unas vitaminas debido a las constantes náuseas que tenía, mientras yo hablaba con mi suegra Armando les presumía con orgullo las fotos de la ecografía a los demás y a mi esto me parecía demasiado tierno esque yo nunca me imaginé a mi amorcito como papá sobretodo porque en un punto de nuestra relación estuvimos tan mal que quise irme del país para empezar de cero en otro lado quise olvidar todo lo vivido con él pero esa necesidad de estar a su lado era mucho más fuerte que perdí mi amor propio, siempre lo ponía a él antes que a mí y eso no era para nada correcto uno siempre debe estar antes que nadie, yo acepto que esto también fue culpa mía porque no supe ponerle un alto en su debido momento pero estaba tan cegada por el amor que llegue a convertirme en algo que yo jure que nunca sería me la pasaba persiguiendolo a todos lados, preguntaba a qué hora salida de los lugares a los que iba, le revisaba el saco, media el tiempo que se hacía de la casa a la empresa y viceversa, este tipo de conductas no son para nada sanas porque en vez de tener una relación estable con nuestra pareja nos hacemos daño también a nosotros porque nos desgastamos haciéndonos ideas en la cabeza lo cual genera inseguridades e incluso paranoias, vemos cosas donde no las hay nos hacemos mil y un historias en la cabeza que terminan por deteriorar el amor que había ahí.
En muchas ocasiones cuesta creer que el amor se puede acabar pero las constantes inseguridades, las mentiras, la falta de comunicación y la falta de interés pueden desmoronar relaciones incluso de años, estaba tan perdida en mis pensamientos que ni siquiera note que Armando me estaba llamando...
-Mi vida en que tanto piensas que no me escuchaste cuando te llamé.
-Pensaba en todo lo que hemos tenido que afrontar para estar juntos.
-Mi amor yo sé que no he sido el mejor novio pero ahora que estamos casados voy a dar todo de mi para que nuestro matrimonio funcione.
-Yo se amor, pero dime qué era lo me querías decir.
-Bueno esque estaba hablando con Mario acerca de el nombre de nuestro bebé.
-Si Marce esque Armando dice que el va a elegir el nombre y bueno con los gustos que tiene ese bebé va a terminar llevando el nombre de algún whisky.
-No sea estúpido Calderón yo quisiera fuera mi bellísima esposa quien eligiera el nombre ya que ella tiene muy buen gusto.
-Pues ni tanto Armando porque acabo casándose contigo aún cuando yo le suplique mil veces que no lo hiciera.
-Mira Hugo tú no te metas si que esto no es asunto tuyo.
-Ya ya basta no se peleen, miren yo ya había pensado en los nombres que llevaría nuestro bebé dependiendo del sexo obviamente.
-Y cuáles son tus opciones mi amor?
-Mira pues yo había pensado en los nombres Julio si es niño y Susana si es niña en honor a mis padres, claro que no quisiera que Roberto y Margarita se sintieran desplazados.
-Hija tu no te preocupes por eso mira que Roberto y yo creemos que es un gesto muy lindo de tu parte honrar así la memoria de aquellas grandes personas que fueron tus padres que en paz descansen.
-Si hermanita a mi y a Daniel nos fascina la idea de que aquel o aquella preciosa bebé lleven alguno de los nombres de mamá o papá ya que ellos lo van a cuidar desde el cielo como los ángeles que son.
-Ay María Beatriz no digas esas cosas que me vas a hacer llorar, no sabes lo feliz que me hace pensar lo emocionados que estarían por conocer a su primer nieto.
-Hermanita tú sabes que María Beatriz y yo siempre vamos a estar a tu lado y en lo que sea que necesites te apoyaremos.
-Gracias a los dos por preocuparse tanto por mi, los amo muchísimo.
-Bueno no abrumemos a mi esposa hermosa y mejor vayamos a abramos los regalos.
-Pues mire hermano que le parece si Daniel y yo le ayudamos a traerlos aquí a la sala mientras las bellísimas mujeres aquí presentes y Hugo le hacen compañía a Marce.
-Bueno mi amor entonces ahora volvemos.

Los tres salen de la casa mientras yo me quedo platicando con el resto de los presentes, cada uno se preocupaba porque yo me sintiera bien y a gusto a pesar de que el bebé aún era muy chiquito todavía todos se habían encariñado con el o ella e incluso ya habían empezado las peleas de quién sería el padrino y esa sería una decisión muy difícil.

Siempre fuiste tú|| Marcela Valencia y Armando MendozaWhere stories live. Discover now