Fifteen

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JunMyeon estaba a punto de marcharse de la oficina cuando entró un mensajero y le entregó un paquete. Supuso que procedería de alguna de las compañías que había entrevistado, pues muy a menudo les mandaban muestras o catálogos de sus productos, pero cuando miró el remitente, musitó:

–Don Pollo-Geist . – dijo JunMyeon y el estómago se le encogió a la vez que la sonrisa que afloraba a sus labios despertaba la curiosidad de la recepcionista, lee Garam.

–Has palidecido ¿Quieres un vaso de agua? –preguntó Garam yendo hacia ella.

–No, no. Estoy bien. —concedió JunMyeon agradecido.

–Parece que hubieras visto un fantasma. —replico la chica observándolo.

JunMyeon sonrió.

–Algo así. —concedió con una sonrisa apenada. No quiso esperar a llegar a casa para ver qué contenía, así que lo abrió bajo la atenta mirada de Garam, que exclamó:

–¡Qué preciosidad! —al ver lo que contenía el paquete.

Los ojos de JunMyeon se humedecieron mientras observaba la bola de cristal que resumía tantas cosas.

–Una bola de nieve. –musitó JunMyeon a la vez que la sacudía y contemplaba la nieve caer sobre una cabaña de madera, ante cuya puerta había una pareja y un perro. El chico más bajito sostenía un bebé en brazos.

JunMyeon cerró los ojos y suspiró. Contemplar aquella bola hizo que los recuerdos se agolparan en su mente; recuerdos que quería mimar hasta el final de sus días, pero que debía considerar parte del pasado. Había decidido seguir el consejo de SeHun y pensar en el futuro.

–¿De quién es? No recuerdo que entrevistaras a nadie relacionado con bolas de cristal. –dijo Garam, mirando dentro del paquete.

–Es personal. —respondió JunMyeon ocultando el regalo en su pecho.

–Aquí hay una nota. —comento Garam tomando la nota emocionada.

JunMyeon lo tomó de manos de Garam y a medida que leía, su espíritu se elevó y su determinación flaqueó.

–¿Vas a ir? –preguntó Garam chillando de alegría.

JunMyeon lo miró con desaprobación al ver que había estado leyendo por encima de su hombro.

–Perdona, no he podido evitar leer «necesito volver a verte» y «este sábado por la noche». —chillo más fuerte Garam—. Dice que es una fiesta de pedida, en una dirección de Gangnam. ¡Suena todo tan romántico! — jadeo dando vueltas en su lugar.

JunMyeon se mordisqueó el labio inferior a la vez que volvía sacudir la bola. En su mente podía oír a Gasparin ladrar, a NingNing riendo y a SeHun... Suspiró.

SeHun era inteligente, fuerte y divertido y lo echaba de menos. De noche, solo en su cama, todavía sentía su calor y sus besos.

Con el paso de los días, JunMyeon había creído que SeHun no se pondría en contacto con él, pero SeHun había mantenido su palabra. Por eso mismo tendría que aceptar: para decirle hasta qué punto la experiencia de Asan le había cambiado la vida y por qué no podía volver a verlo.

JunMyeon le mandó un mensaje a SeHun aceptando la invitación, pero especificó que iría a casa de sus padres por su cuenta.

Cuando SeHun recibió la respuesta de JunMyeon, tuvo la tentación de llamarlo a la revista, pero veinticuatro horas más tarde, mientras lo esperaba en casa de sus padres, se alegró de no haberlo hecho. Si JunMyeon quería llegar por su cuenta, él no tenía nada de objetar. Siempre que le dejara devolverlo a su casa en coche... y a la mañana siguiente.

BEBÉ ABORDO-SEHOOnde histórias criam vida. Descubra agora