EPIOLOGO

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—Recibe el nombre de Oh Eun-woo. —dijo el mismo sacerdote que había bautizado a Oh NingNing hace ya un año medio y había casado a JunMyeon y SeHun once meses antes de este bautizo.

—Se ha portado muy bien. —dijo JunMyeon a SeHun después de la ceremonia —. No ha llorado ni cuando el agua bendita le ha mojado la frente. NingNing lloro mucho cuando le tiraron el agua. —sonrió recordando el momento.

—Le encanta el agua a nuestro Eun-woo. —dijo SeHun orgulloso—. Ya lo he apuntado a clases de natación para cuando tenga seis meses.

JunMyeon y NingNing se miraron.

—¿Y cuándo empezará las clases de fútbol? —preguntó JunMyeon guiñando un ojo.

—Nunca es demasiado pronto, conejito. –respondió SeHun—. Cuatro o cinco años es una buena edad.

JunMyeon todavía se sorprendía de lo buen padre que era SeHun. Nada más enterarse de que estaba embarazado, había insistido en que dejara de buscar trabajo y se relajara en casa, algo que no le había importado puesto que sus prioridades habían cambiado. Pero por su parte, JunMyeon lo había convencido para que lo dejara visitarlo al trabajo. Le encantaba ir a su oficina los viernes a las tres.

—Todo el mundo a casa a tomar algo. —dijo YanDa—. Ahí repartiremos algunos regalos por el bautizo.

Eran pocos los invitados al bautizo. Pues JunMyeon y SeHun habían decidido que, al contrario que su boda, la ceremonia fuera íntima.

NingNing y Eun-woo habían congeniado muy bien y ahora la niña no dejaba que su hermanito llorase o estuviera solo.

—Bien, pásenme a mi ahijado. —susurro Tommy tomando al pequeño entre sus brazos—. Jimmy ven acá, debemos sacarnos fotos y entregar los regalos.

Jimmy cargo a NingNing elevándola por los aires sin soltarla.

—Ya voy, ya voy. —respondió Jimmy caminando detrás de tommy.

—Sígueme. —le dijo SeHun a JunMyeon mientras se dirigían hacia donde tenían los coches aparcados—. No es fácil encontrar un tiempo libre para nosotros solos.

Ambos se subieron a su nuevo coche, un Lexus de cuatro puertas que SeHun había comprado unos meses antes, cambiando su preciado BMW. En la intimidad del auto blindado y con lunas polarizadas.

JunMyeon fue directo al grano; no pudo resistir la oportunidad. Con sus manos temblorosas le quito la correa, le desabrocho los pantalones y tomó en la mano los testículos de SeHun, deslizó la mano a lo largo de su miembro y acarició su cima, sintiéndose cada vez más mareado.

SeHun deslizó una mano por el pelo de JunMyeon para hacerle echar atrás la cabeza. Con la boca entreabierta, jadeante, JunMyeon lo miró a través de sus pestañas semicerrados, ofreciéndose a SeHun para lo que quisiera.

Finalmente, tras mascullar una maldición, SeHun beso a JunMyeon, llevaba días soñando con aquello. Y, por una vez, la realidad era mejor que los sueños. La intensidad del beso de SeHun lo hizo temblar con violencia a la vez que sus últimos restos de precaución se esfumaban. JunMyeon se sentía embriagada, pero no a causa del alcohol, sino por el júbilo y el placer de estar tan íntimamente cerca de alguien.

JunMyeon buscó casi con desesperación la lengua de SeHun con el suyo, tembloroso entre sus brazos. Instintivamente, alzó una pierna y rodeó con ella la cadera de SeHun, a la vez que presionaba la pelvis contra su miembro, anhelante.

SeHun sujetó el cuerpo de JunMyeon con fuerza cuando sintió que deslizaba una pierna en torno a la suya. Incluso a través de sus bragas pudo sentir como el ano de JunMyeon se dilataba y estaba listo para él.

BEBÉ ABORDO-SEHOWhere stories live. Discover now