DanmeiTober 2021

13. Rey y Concubino. Nie Mingjue x Wen Ning

Wen Ning estaba de rodillas en el suelo, lloraba en silencio, pero se negaba a levantarse o a intentar cualquier cosa. Los cultivadores de Qinghe Nie y Lanling Jin habían llegado a las oficinas de supervisión en Yiling y se habían encontrado con los dos hermanos Wen.

- ¿Qué hacemos con éste? – preguntó un cultivador Jin, señalando a Wen Ning - ¿Lo matamos? –

- Su hermana ha sido reclamada por el rey Jiang Cheng – una ola de vítores y gritos se escuchó por el nuevo campamento – Una lástima que este chico sea un hombre... no podría contar con la suerte de una mujer de ser reclamada y protegida –

Nie Mingjue odiaba a los Wen, lo hacía por lo que le habían hecho a su padre y por la altanería con que se habían nombrado emperadores del mundo del cultivo. Pero Wen Ning ni siquiera los había atacado, se había limitado a defenderse junto con su hermana.

Seguía llorando, Mingjue pensó que seguramente ni siquiera estaba en sus cinco sentidos. Un impulso, pequeño, y dio un paso al frente.

- Yo lo reclamo – exclamó, siendo objetivo de una gran cantidad de miradas de los cultivadores – Quiero mostrarle a Wen Ruohan lo que vale el hermano de la poderosa Wen Qing... en mi harem – los hombres de inmediato se comenzaron a burlar de Wen Ning, sería tomado, todos lo sabían, sería tomado como una mujer.

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Entró a su tienda y dejó al muchacho sobre la cama. Wen Ning parecía abrumado, ni siquiera había peleado cuando Nie Mingjue lo había levantado como un saco y llevado a su tienda, bajo las miradas triunfantes y orgullosas de los cultivadores.

Un golpe de claridad le hizo moverse hasta la parte más lejana de la cama, donde Nie Mingjue estaba más lejos. Abrazó sus rodillas y miró con miedo a Nie Mingjue. Todos sabían del harem del rey, las damas que estaban allí se veían felices, pero los rumores decían que todas ellas habían sido tomadas por la fuerza por el líder como cambio.

Claro que tenía miedo del imponente rey frente a él.

- No te haré nada – le dijo con brusquedad, poniéndose de pie para tomar una jarra de agua limpia y un paño limpio – Ni siquiera puedes moverte, solo voy a limpiar tu herida, si no lo hago se infectará –

Nie Mingjue no esperó ninguna respuesta y alcanzó el brazo de Wen Ning para arrastrarlo de nuevo hacia él. Wen Ning soltó una especie de siseo y se sostuvo el abdomen.

- ¿Te hirieron? – quitó el brazo de Ning y mostró una cortada poco profunda, pero importante – No puedo llamar a un médico, eso te pondría en peligro – lo obligó a recostarse y pasó el paño por la herida – Así que tendrás que decirme cómo vendarte esa herida –

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Wen Ning estaba sentado obedientemente detrás de Nie Mingjue, se sentía cansado, agotado. Creía que en cualquier momento iba a desmayarse. Pero tenía que recordar que era un trofeo de guerra. El rey Nie había sido amable con él, más de lo que creía capaz, le había dejado dormir en su cama y le había llevado comida.

Estaban cerca de Sin Noche, el asalto final sería pronto. Y tenía que ser leal al hombre que lo había salvado de la muerte.

- Wen Ning – la voz fuerte del rey lo trajo de vuelta – Levántate, tenemos que prepararnos para mañana –

Wen Ning se levantó, su respiración agitada, apenas y pudo con el camino hacia la tienda de Nie Mingjue. Y justo cuando entraron su vista se tornó oscura y sintió su cuerpo ceder... pero el dolor de la caída nunca llegó, sino unos fuertes brazos que lo levantaban.

- ¿Por qué no sanas? – Nie Mingjue lo recostó en la cama y abrió sus túnicas – Ya deberías de sentirte un poco mejor – sintió los dedos del monarca tocar la herida, limpiarla de nuevo y acomodar las vendas con cuidado.