16. Noche. Jin Guangyao x Xue Yang

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Caminó en silencio, con tanto sigilo que ninguno de los guardias y vigías se dio cuenta de que estaba sobre los techos.

Saltó hasta llegar a las habitaciones que buscaba. Pensó en meterse y en sacar a la persona que buscaba, pero mejor se detuvo y usó su espada y la luz de la luna para reflejar luz en el rostro del hombre que estaba recostado en la cama con su esposa.

El hombre se despertó y cubrió sus ojos, para después levantarse con cuidado de no despertar a la mujer que dormía junto a él. Saltó por la ventana y tomó el brazo del joven que estaba sentado afuera.

- Chengmei... no avisaste que visitarías Lanling – Xue Yang se recargó en el brazo de Jin Guangyao y se quedó allí, tan solo mirando hacia el frente y respirando superficialmente - ¿Qué ocurre? ¿Te has encontrado con Song Zichen? Escuché que andaba por ahí buscando a su compañero... -

- Está muerto – respondió Xue Yang, su tono plano, carente de su locura habitual – Xiao Xingchen se cortó el cuello –

Jin Guangyao abrió los ojos con cierta sorpresa, hasta que sintió los dedos de Xue Yang cerrarse con fuerza en su mano. Así era él. Xue Yang era un loco, un loco que había estado jugando con la mente de un cultivador respetable solo por placer... y había caído en su propia trampa.

El líder Jin conocía cierta faceta de Xue Chengmei, no había locura en su voz y tampoco había sadismo en sus acciones. Lo comprendía tan bien que Xue Yang no tenía necesidad de fingir su máscara fría y sádica cuando estaba con Lianfang-Zun.

- ¿Le dijiste la verdad? – Xue Yang asintió distraídamente y Jin Guangyao suspiró, para jalar su brazo y levantarlo – Ven, vamos abajo – entraron en secreto a la sala escondida bajo las habitaciones del líder Jin, justo debajo de la sala de tesoros.

Xue Yang se sintió entonces a salvo, y una risa salió de sus labios, mientras las lágrimas corrían por su rostro.

- ¡Ese Xiao Xingchen no me creía! – gritó – Le decía la verdad... y él no me creía... - su risa seguía, pero cada vez más lenta, más silenciosa – Se cortó el cuello, y traté de atrapar su alma – puso sobre la cama de la habitación una bolsa de tela – Xiao Xingchen no quiere regresar, Yao... -

Jin Guangyao, como siempre por las noches cuando estaban juntos y solos, lo abrazó, dejando que las risas maniáticas se transformaran lentamente en sollozos ahogados. Jin Guangyao comprendía la mente de Xue Chengmei, acababa de perder su propio juego... y acababa de perder a su único amigo.

- Xiao Xingchen se fue –

- Lo sé –

- Él no quiere regresar –

- Lo lamento –

- ¿Qué puedo hacer, Yao? – Jin Guangyao se quedó en silencio, sintiendo lástima por el joven que había cuidado durante un tiempo. Claro que lo estimaba, habían pasado noches juntos... habían compartido el calor de una cama más de una vez. Claro que se preocupaba de que el llanto de esa noche no estuviera acompañado de una risa llena de locura.

- Quédate aquí – le dijo, no podía hacer más.

De cualquier forma... solo eran amantes durante las noches, la luna siendo el único testigo de cómo dos pecadores eran tan solo dos personas por unas horas, en medio de caricias bruscas y palabras suaves.

Jin Guangyao no podía hacer nada más.

DanmeiTober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora