«Ninguna culpa se olvida mientras la conciencia lo recuerde». –Stefan Zweig.
Recuerdos llenos de remordimiento.
Oficina del agente Uchiha, Konoha.
Leyó más de siete veces los informes que tenía esparcidos en su escritorio, sin entender ni una frase. De verdad lo intentó con todas sus fuerzas, pero tonto de él. No consiguió pensar en otra cosa que no fuese el encuentro anterior con su superior y nueva colega.
No pudo concentrarse ni un poco, ya que no lograba sacarse de la mente a Sakura y lo que implicaba tenerla en su equipo. Si bien es cierto que se había comportado como la peor calaña y que no sentía ni la mitad de las cosas estúpidas que le dijo; aún le agobiaba la culpa no solo por su actitud reciente, sino que por su negligencia y arrogancia, no protegió lo suficiente a quien tuvo como compañero hacía ya un año. Gran parte de su remordimiento se manifestaba usualmente en sus sueños, o más bien pesadillas, que lo dejaban exhausto y con una pesadumbre en el pecho difícil de controlar.
Lo más doloroso para él fue que no era cualquier persona, sino alguien muy precioso para él. Se dejó influenciar por su petulancia, provocando así la muerte de quien llegó a considerar como su hermano.
No, Naruto fue su hermano.
Casi no le gustaba pensar en su pasado, porque recordaba con tristeza que se familiarizó demasiado pronto con la pérdida. La vida de Sasuke no fue sencilla, perdió su familia a muy temprana edad por culpa de accidente aéreo, siendo adoptado por los Uzumaki a los seis años. Fue difícil para él adaptarse, pero Minato y Kushina lo llenaron de todo el amor que pudieron, logrando así honrar la memoria de los que fueron los padres biológicos del chiquillo y sus mejores amigos.
Sabía que fue un niño con dificultad para relacionarse; le costaba hacer amigos y entablar relaciones con personas nuevas. No era de sorprenderse, si sabía la experiencia traumática que vivió. Pero, por gracia divina quizá, cuando la familia se agrandó, las cosas mejoraron considerablemente. Algunos años después de acoger a Sasuke, Kushina quedó embarazada con su segundo hijo (lo consideraban a él como su primogénito). Cuando el pequeño Naruto llegó a sus vidas, la alegría invadió cada rincón de la casa.
Sasuke se tomó muy en serio su rol como hermano mayor, tomando como referencia cómo solía tratarlo y quererlo su hermano Itachi. Acogió de inmediato al nuevo integrante de la familia, cuidándolo y ayudando a sus padres con el bebé. Se notaba en su mirada alegría, pero también esperanza por el futuro. No todo estaba perdido.
Consiguió un bálsamo para su maltrecho corazón.
El vínculo entre ambos se fortaleció con el paso de los años, a pesar de ser polos opuestos. Era indudable el cariño que sentía el uno por el otro. Tanto así que, cuando ambos crecieron y, mientras Sasuke se alistaba para la academia, Naruto veía en su hermano mayor un ejemplo a seguir. Gracias a ello, decidió rápidamente que quería ser un agente, y se esforzó por conseguirlo.
Cuando el pelinegro contaba con treinta y dos años y contaba con poco más de ocho años de experiencia (ya que terminó más rápido que los de su generación), Naruto se graduó. Con veintiséis años, logró ingresar y ser el nuevo en el equipo de Sasuke.
No iba a negar que se sentía orgulloso de él, se maravilló de cuán perseverante fue Naruto para conseguir llegar a ese puesto. A diferencia de él, a el rubio le costaba un poco más aprender, pero eso no eliminaba cuántas ganas tenía de ser el mejor.
Poco a poco, fue integrándose en la agencia y demostró de inmediato que tenía potencial; durante dos años les calló la boca a quienes dudaron de sus capacidades. Entre los dos, empezaron a trabajar en una serie de asesinatos en serio que tenían pasmados a toda la ciudad. Trabajaron arduamente para recolectar pistas y, durante todo ese tiempo, Naruto y Sasuke fueron un equipo imparable.
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Besos y balas.
حركة (أكشن)La vida del agente Uchiha estaba por dar un giro de 180° y, gracias a este, se percataría que la vida sí era color de rosa. Tratando de resolver una serie de asesinatos, este descubrirá que el amor también puede hacer parte de la ecuación.