Pista 2- Divisiones

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Las hojas se movían suavemente por la brisa, ese dia soleado de primavera. El castillo de la familia real Moonsdat estaba preparandose para una reunión de urgencia con el consejo .
Ese dia llegaban los diez Redures reales, quienes se encargaban del comercio y bienes de las diez naciones que conformaban el país de Rosergard.
Pero esa vez, los hijos de los reyes tenían que estar presentes.
- Princesa Odette, los invitados llegarán en cualquier momento -. La dama de honor de la recién nombrada se le acercó exaltada.-Su hermano, el príncipe Kallum no se encuentra en su habitación, me preocupa que le halla pasado algo y...-. -No te procupes, Nina, esta en el jardín, mirando a su único apego a este mundo- le sonrió de forma divertida.-Disculpe, señorita, pero no entiendo a que se refiere...-.
Lanzó un suspiro - Voy a ir a verlo. No tardare mucho-.
En efecto, el joven se encontraba con sus preciadas rosas blancas, admirando su deslumbrante belleza. Estaba listo para los invitados. Sin embargo, no pensaba asisitir para darle el gusto a sus padres, además no le gustaban las reuniones sociales.
Odette se acerco con elegancia hacia el.
-Hola, hermano mío. Es hora de ir con los invitados, nos están esperando... -.
- Pueden seguir esperando, sera una perdida de tiempo. No me interesa nada de los Reduras reales, no son piezas necesarias en el reino.
- Parece que nunca creces, Kallum. Parece que no sabes cuanto nos ayudaría afianzar el lazo con ellos. Eres un pretendiente a rey muy descarado.- sonrió de manera burlona y tranquila.
El joven se limitó a ignorarla. Respiro profundo y musitó -... y tu eres solo un peón en mi objetivo, imaginate cuanto me importarían los Reduras-. Ella siguió con su sonrisa. Y el con la suya. Sin decir palabra,la muchacha se retiró. No tenía tiempo para escuchar las tonterias de su hermano menor.

En el inmenso salón del castillo, reunidos, se encontraban el rey y la reina de Moonsdat, con la princesa Odette y los diez consejales de sus respectivas naciones; Abura, Buriana, Caluro, Dimenton, Eregar, Furyo, Galenn, Hikarum, Ivinceo y Jelhause.
- Es un honor tenerlos aquí nuevamente, estamos a disposición de lo que necesiten - anunció cordialmente el rey.
Los consejales intercambiaron miradas.
- Nos gustaría saber dónde se encuentra el principe Kallum, su alteza- respondió la jefa de la nación Caluro - Es esencial en esta reunión -.
El rey y la reina intercambiaron miradas nerviosas.
- Mi hijo no... esta listo para este tipo de reuniones,... lo mejor sería empezar sin el...- musitó la reina mientras apollaba sus manos en los hombros a la princesa.
- Mi esposa está en lo cierto, sin embargo, contamos con la futura reina de Rosergard, Odette Emmura Roselary, nuestro orgullo mas grande...-
La anterior mencionada se dirigió con una sonrisa sin sentimiento a los presentes, mientras hacia una perfecta reverencia.
- Para mi es todo un honor, miembros del consejo Redura, tener que trabajar con ustedes para guiar a mi preciado reino...-
Definitivamente, los Reduras sabian que seria la única y perfecta reina jamás vista en el trono del reino; pero, no obstante, sentían que algo no encajaba. Faltaba una pieza.
- Es un gusto igualmente, princesa Odette. Como notamos que el primcipe Kallum no está presente, sera mejor que comenzemos.- El jefe de la nación de Abura continúo - Nos procupa que se está propagando una terrible enfermedad, la cual nuestros medicos no tienen cura, y el comercio se esta extigiendo en nuestras tierras a causa de ello-.-¿La enfermedad de "Roselias"? Eh oído de ella. Pense que solo era un mito su regreso, pero a juzgar por la situación actúal de las naciones, no puedo restarle importancia...- la princesa dirigió su mano a la barbilla, para pensar con atención.-... no se sabe que o quién la causo, y mucho menos su cura.¿ Tendrán alguna información al respecto?-
- La nación de Jelhause cuenta con los mejores médicos, aun así, no pudimos decifrar su origen y cura. Un comentario que he escuchado, es que parece que proviene de una especie silvestre...- el jefe de la nación Galenn interrumpió - Mi tierra cuenta con exelentes médicos también, sin embargo, la unica pista que tuvieron para hacer una cura, es una vacuna derivada de algún arbusto de rosas-.
Odette escuchaba atentamente a cada uno de los participantes, hasta que anunció - Considero que las suposiciones no aportan absolutamente nada en este tema. Sus naciones tendran que reanudar el comercio nuevamente, sin importar como lo consigan. Yo me encargaré de ello personalmente, le pido que ustedes se encargen de buscar alguna solución coherente hasta entonces-. Prosiguió - Y no necesitarán al príncipe Kallum; no es relevante en este tema, y se que ustedes también lo saben-.
Los presentes se quedaron atónitos ante tan frias palabras de su futura líder. Ella se limitó a mirarlos con su típica sonrisa burlona.
- Si no tienen ningún aporte más que anunciar, doy terminada esta reunión, gracias por su tiempo -. hizo una reverencia, y se dió media vuelta dirigiendose a la puerta. Al cerrarla, se encontro con el adolescente de ojos profundos mirandola de brazos cruzados contra la ventana del inmenso pasillo.
- Eres buena para brindarme diversión en tus reunioncitas, hermanita. Admítelo, ellos son peones para ti. Todos ellos.-
- Lo que piense del consejo no es de tu incumbencia, hermano. Tenés suerte de que madre y padre te tengan paciencia, les hiciste pasar vergüenza frente a todos los presentes, incluso a mi.-
- Esa era la idea. Ellos no van a seguir a una familia que no puede mantenerse en pie por su cuenta, y mucho menos a una "reina" que no siente empatía alguna por su reino ni por su hermano, o me equivocó, hermanita?...-
- Eres un...- Odette se contuvo, no le daría el gusto de perder la cordura.-...¿sabés que? no tengo tiempo suficiente para perderlo hablando contigo. Preocupate de tus asuntos, Kallum, y si te metes en mi camino, no tendre piedad-.
-Perfecto, ahora nos estamos entendiendo, hermana - contestó con una risa burlona.Ella revoleo los ojos y se marchó a pasos seguros. No, no iba a permitir que ese mocoso sea el futuro rey.
Kallum la miró desde la puerta. Ahora le tocaba a el mover las piezas

Dear My Ever GardenWhere stories live. Discover now