Dear My Ever Garden

Pista 5: Lazos (primera parte)

Odette y Lio ya se conocían.

Sin embargo, los recuerdos de ambos eran muy borroso

Fue una ecena fugaz, y ambos intentan encontrarse, para ver, al menos por última vez, a esa persona que les sacó una sonrisa pura y sincera.

Pero ahora, ese deseo se desvaneció con el tiempo.

Sin olvidarse, jamas, de esa noche.

El aroma romántico que desprendian los jazmines del reino Dimenton flotaba en el aire.

Lio, como acostumbraba, se escabullia en las noches para ir a la biblioteca y leer sus novelas preferidas.

¿Su favorita? "La doncella de los ojos melancólicos".

Se podría decir, que gracias a ese escape, en la que volvía a retomar la lectura de ese libro por décima vez, surgió un lazo inquebrantable.

Esa noche, la familia real de Moonsdat se encontraba alojada en el palacio del reino Dimenton.

Odette no podía conciliar el sueño, y por cuestiones del destino, salió de su cuarto, y pasando por los inmensos pasillos, se dirigió a la biblioteca donde se encontraba el joven duque.

Lio no sé percató de su presencia cuando la dama entró, pues se encontraba inmerso en la lectura de su libro.

Cuándo, de repente, se abrieron las ventanas bruscamente, y el niño salió de su ensueño, y girandose hace esa dirección específica, la vió.

- No cree que es demasiado tarde, duque Lio?-.

-¿¡Pr-Princesa Odette?!¿¡En que momento entro aquí?!...-

La niña lo miró con ojos sombríos.

- La noche es hermosa, solo quería... respirar un poco-. Suspiró dirigiendo su vista ahora en la ventana - Pero aún no respondió a mi pregunta, señorito Lio-.

Lío trago saliva.

Nunca imaginó que pensaría este tipo de cosas, pero la princesa Odette era realmente hermosa.

Y tenebrosa al mismo tiempo.

-Solo... vine a terminar de leer un libro...- Y lo escondió en su espalda rápidamente - No es muy bueno al fin y al cabo, ya me aburrió...- mintió.

La muchacha siguió con su mirada sombría, pero está vez, con cierto... brillo.

-Oh, me apena que piense eso de " La doncella de los ojos melancólicos"-.

Se le acercó.

- Es mi libro favorito -

Lio sintió como su cara se teñía de un rojo intenso. No específicamente por las palabras de ella, si no por la cercanía de sus caras entre uno y el otro.

- ¡E-el mío también..!- musitó casi sin voz.

Odette sonrió levemente.

- ¿Usted no me dijo que el libro no era de su agrado? Cambia de opinión muy rápidamente, duque Lio-

El joven sentía que le hiba a explotar la cabeza.

Maldición, era realmente buena. Y el estaba actuando como un tarado.

- B-bueno, en realidad desde siempre me gusto, p-pero no imaginé que le gustaría a usted también, princesa Odette...- susurro con un notorio sonrojo en su rostro.

La dama se dio cuenta, entonces, que estaba demasiado cerca de el.

Rápidamente, y con un leve rubor en sus mejillas palidas, se alejó a una distancia prudente entre ambos.

- E-entiendo...- porfirio la muchacha.

Lío vió, por primera vez, a la niña inocente dentro de ella.

Le dedicó una sonrisa tierna, y soltó una pequeña risa

Odette no le encontraba el chiste, y solto un adorable puchero.

Y poco después, se rió junto a el.

Se habian enamorado.