𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚇𝚅𝙸

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NO ERA una vida sencilla para Yuna, considerando que siguió a Sanzu hasta formar parte de una organización criminal y todos le tenían la misma paciencia que él, pero valía la pena el esfuerzo para verlo feliz.

— Abrazo. — Sanzu abrió los brazos, indicándole a Yuna lo que quería, y ella hizo caso de inmediato. Incluso a él le daba por querer un abrazo una vez cada cierto tiempo.

A él y a Mikey, por alguna razón.

Pero eso no le preocupaba tanto.

— Te extrañé. — la de ojos carmesí se aferró a Sanzu, disfrutando de la sensación que le daba el estar en sus brazos.

— Ya lo sé. — tomó un mechón del cabello de Yuna, jugando con eso un rato para distraerse. Había pasado un buen rato pensando en lo que le habían dicho antes de que no debería fingir que le gustaba Yuna sólo para no perder su lealtad.

¿Realmente estaba tan mal hacer eso?

Cuando no lo hacía, las cosas estaban igual; no entendía cuál era la diferencia.

— Luces pensativo hoy. — ella mencionó, sacándolo de sus pensamientos.

— No te preocupes por eso. — de todas formas ella era la última persona con la que quería hablar de eso; a veces ni él entendía sus sentimientos. Cada vez que le llegaba la duda de si se estaba empezando a enamorar de Yuna en serio entraba en pánico, pensaba en otra cosa, se convencían de que sólo estaba confundido por haber estado fingiendo tanto tiempo, creía que no podía ser así, no le convenía ni tampoco era probable; las cosas estaban bien como estaban y así las iba a dejar. — Dame las pastillas. — se soltó del abrazo para que ella pudiera pasarle el pequeño paquete que contenía la sustancia que necesitaba en ese momento; lo hacía olvidar todo, sentirse relajado y feliz, callaba las voces de sus pensamientos que lo atormentaban cada vez con más frecuencia, y que no le importaba nada bajo sus efectos. Era su escape de la realidad durante al menos unas horas al día.

— ¿Seguro que quieres eso? — le preguntó. Ella también había estado pensando mucho en si su actitud era la correcta porque no tenía idea de si estaba siendo una buena novia o no. Normalmente lo dejaba hacer lo que quería; ¿una buena novia le pondría límites y le diría que hacer y qué no hacer? No sonaba correcto.

Pero las drogas sí eran malas para él, y ella lo acompañaba en vez de ponerle un alto. Entonces, ¿sería una buena novia si le pidiera que deje de consumirlas? ¿Y él le haría caso? ¿No se enojaría con ella después por querer darle órdenes? Ella nunca le dio órdenes a él, sólo seguía las que le daba. Ahora estaba confundida y no tenía idea de qué era lo correcto.

— Sí las quiero, dame. — insistió. Yuna pudo percibir un poco de molestia en su voz y lo escuchó gruñir por lo bajo cuando se quedó pensando.

Mejor no seguir insistiendo.

Mᴀᴅɴᴇss - Sᴀɴᴢᴜ Hᴀʀᴜᴄʜɪʏᴏ X OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora