Mᴀᴅɴᴇss - Sᴀɴᴢᴜ Hᴀʀᴜᴄʜɪʏᴏ X OC

𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚇𝚇

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— JAJAJAJAJAJAJA.

— Maldita sea, Ran, ya cállate.

— ES QUE- ¿cómo fue que pasó? — trató respirar entre las oraciones; ya no tenía aire de tanto reírse junto a su hermano. — Le querías dar un abrazo y ella te ignoró, Y TE QUEDASTE CON LOS BRAZOS EXTENDIDOS JAJAJA. — tosió un par de veces, tratando de recuperar el aliento. — Me voy a ahogar de tanto reír.

Estaban todos en la cocina que compartían en ese lugar. Los hermanos Haitani habían preguntado por lo que pasó cuando fueron a recuperar a Yuna porque se habían tardado bastante y Sanzu regresó con cara de querer matar a alguien. Les contaron la historia y ahora se estaban muriendo de la risa por lo sucedido.

— Kakucho, ¿para qué les contaste? — preguntó Sanzu.

— Preguntaron por qué tardamos tanto. — se trató de justificar.

— Es que... ahora los papeles se invirtieron JAJAJAJAJA. — siguió Rindou. — Dios mío, no me había reído así en años; ojalá hubiera estado ahí para verlo.

— Déjame en paz. — se quejó Sanzu.

— ¿Quieren no hacer tanto ruido? — Kokonoi les reclamó a los presentes desde donde estaba sentado. — Algunos sí trabajamos.

— Ajá, como digas. — Ran lo ignoró. — Pero, ¿y entonces qué, Sanzu? ¿Hablaste con ella? ¿Te insultó? Dame detalles.

— No, no hablé con ella... está muy enojada; ¿para qué me voy a molestar?

— Ya no entendí, ¿no fue que el jefe te dijo que no tenías que seguir con ella si no querías? O sea, ¿quieres estar con ella o no quieres estar con ella? Porque siento como que perdí el contexto de la mayoría de lo que está pasando. — habló Rindou.

— Sí, eso es cierto, ¿ahora de pronto sí la quieres? — siguió su hermano mayor.

— No... sí, no sé, ¡deja de confundirme!

—...Fue una pregunta simple.

— Es que- es complicado, ¿sí? Sólo digo que se siente raro no tener a Yuna corriendo a mi alrededor después de tanto tiempo con ella.

— ¿O sea que la extrañas? A mí me parece más bien que estás complicando cosas que no son complicadas. — opinó Kakucho.

— Es que no lo sé; de pronto siento que ya sé nada sobre mí. — pasó una mano por su cabello. — Necesito despejarme con algo...

— Que dejes de estarte drogando, joder. — Kokonoi lo regañó desde la distancia. — Además de ser caras, te pones demasiado loco con esa cosa.

— Bueno, ¿y qué más se supone que haga?

— ¿Y si tratas de hablar con Yuna? Sólo digo. — sugirió Kakucho. — Podría estar enojada porque nunca le ofreciste una disculpa.

— ¡Es que, ¿qué fue lo que hice mal?!

— ¿Y todavía lo preguntas? — le habló Koko.

— Bueno, escuchen, — se levantó para hablar antes de que alguien hiciera un comentario más. — no tengo idea de por qué es me afectó tanto lo de Yuna, qué fue lo que hice mal o por qué ella no me quiere ver ni en pintura de repente. No lo sé, ¿sí? Estoy confundido, lo acepto, pero lo que más me desesperaba era la sensación de urgencia de recuperar a Yuna para que no estuviera allá, y ahora está aquí; problema resuelto y... veré cómo resolver el tema de que ahora me odia. Los otros sentimientos no son relevantes; déjenlo así y no me hablen más del tema... ya me voy. — dio media vuelta y se fue.

Estaba por cruzar la puerta cuando Yuna se apareció en su camino, y sintió que su corazón se saltó un latido. Iba a hablar, pero no le salían las palabras de la boca; se quedó en blanco por un momento mientras la miraba parada frente a él... tan seguro que estaba de que le tenía que hablar y al final todo decidió ponerse en su contra cuando su corazón se empezó a acelerar no podía pensar claramente; sólo podía verla. Tenía los mismos ojos y el mismo cabello que había visto durante años, pero por alguna razón que desconocía, se sentía diferente; él se sentía diferente.

Ella no dijo nada tampoco, pero podía saber que seguía molesta porque la mirada que tenía. Estaba esperando una disculpa; quería desde más profundo de su corazón que se disculpe para poder perdonarlo, porque si no lo hacía, significaba que de verdad no le importaba.

Lo vio sonrojarse y desviar la mirada, pero nada más.
Suspiró con pesadez y lo rodeó para poder pasar.

Una vez ella salió de su campo de visión, Sanzu respiró profundamente. No se había atrevido a hablarle... su mente se había quedado en blanco. ¿Y qué le iba a decir, de todas formas? Si estaba seguro de que no hizo nada mal y que una disculpa no era necesaria. ¿Qué más podía decirle? ¿“Siento esta cosa rara dentro de mí desde que no estuviste, así que por favor no me odies por haberte entregado a la policía”? No, mejor pasaba de decirle cualquier cosa; era lo mejor.

Yuna entró a la habitación y se sentó por ahí, con ganas de querer gritar y romper algo, y los demás la vieron expectantes por lo siguiente que podía llegar a suceder después de que los dos se encontraron. Nada más hacía falta que alguien le pregunte qué opinaba de la situación para tener el chisme completo.

— Así que, Yuna... — Ran tomó la iniciativa. — no has estado muy alrededor de Sanzu últimamente, lo cual es comprensible, pero quería saber... ¿Qué tan enojada estás en la escala del uno al diez?

— Un quince. — le dolía sólo pensar en Sanzu. — Aunque sea hubiera querido una disculpa por su parte, pero ni eso. ¿Podemos mejor no hablar más del tema? No estoy de humor.

— Hey, por lo menos no te llevaron a prisión. — la trató de alegrar, pero no sirvió. — Estoy tratando de levantar los ánimos, maldita sea, deja de verte tan deprimente. ¡Todo el mundo aquí está como en depresión, con ansiedad o con problemas de ira! ¡Sólo mira a Kakucho!

— ¿Yo qué hice?

— Y ni hablar de Kokonoi que está todavía peor.

— OYE-

— Que todos se consigan un psicólogo y se animen; esto ya parece funeraria.

— Pero bien que te quejabas cuando ella estaba demasiado animada.

— Calla Kokonoi, a ti también te molestaba.

— ¿POR QUÉ DE PRONTO ESTÁS PELEANDO CON TODOS?

— NO ME GRITES.

— YO GRITO SI YO QUIERO-

Esa era la señal para que Yuna se fuera de ahí. Fue hasta allá para poder estar tranquila y le funcionó al revés.

🥀 Dije que quedaban como 3-4 capítulos, pero en realidad quedan como 2 (más que quizás haga un epílogo)

Ya está terminando la historia, ¿cómo se sienten?

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.