#1Una vida promedio.

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Soy Yuri, un nombre genial ¿no? al menos a mi siempre me gusto, sentía que me hacía una mujer fuerte aunque fuera difícil de oír viniendo de persona burlonas, aquellas que siempre se reían de que sea un nombre "extranjero" en alguien del tercer mundo.

Tuve una vida promedio, demasiado promedio, creo que era tan promedio que era fácil de adivinar como viviría y como terminaría ¿pero eso importaba si eras feliz o al menos tenías salud? ¿no, verdad? aquello era muy difícil estando en un país peligroso.

Mi infancia fue relativamente normal y feliz.

Feliz hasta que casí me arrebatan la inocencia y tuve que convivir con el agresor, reír y saludarlo, porque era mi familia, era mi primo.

No recuerdo mucho, tal vez lo suprimi y aún lo intentó, lo intentó distrayendo mi mente en el anime y el manga ¿no muy sano, verdad? aún así lo intentó a mi manera.

La escuela primaria fue fácil y alegre ... la secundaria no tanto.

En mi primer año me enamoré tan perdidamente de alguien que descuide mis estudios, esa persona era todo mi mundo, de él dependía mi estado de ánimo, mi tiempo y mi salud, lo amaba tan loca y perdidamente que incluso, para estar más cerca de él, intente adentrarme en el mundo de las drogas ¿estúpido, no? pero en mi mente adolescente eso tenía sentido, ahora sólo puedo reírme de mi misma, fue un año difícil, incluso llegue auto lesionarme, abandone los estudios debido a mi pérdida de peso y mis constantes lágrimas -suspiro- fui tan idiota ¿como pude darle tanto control de mi a esa persona?.

Intenté retomar mis estudios en una ciudad diferente pero no pude, regrese con mis abuelos y ese definitivamente fue una tonta idea.

Conocía a alguien ¿ya se lo esperaban, verdad? -risa-

No tuvimos ningún noviazgo, solo éramos dos personas que tenían un encuentro casual, así lo decidí, no quería entregarle mi corazón a nadie más, no quería darle poder a nadie más.

El tiempo paso, retome mis estudios y...

Un descuido.

En tan solo un descuido una nueva vida se forma.

¿Que diablos iba hacer?.

Al principio me negué a creer que eso me estuviera pasando a mí, deje que dos meses pasarán y cuando quise detener mi embarazo ya fue tarde.

¡No se espanten de acuerdo! soy fiel creyente de que quien quiere ser madre lo sea y de quien no, que no lo sea.

Mi familia se enteró a los seis meses ... mi abuela no fue muy comprensiva, lo entiendo, pero ya no era una niña, tenía diecinueve años, al parecer ser callada y de carácter tranquilo me hacía una mosquita muerta, una persona que no podía darles ese tipo de noticias.

¿Entienden el significado de lo anterior?.

En fin, me fui a vivir a otra ciudad, con mi madre biológica, en ese lugar traje a mi hijo al mundo.

Un hijo que no había amado aunque hubiera estado en mi vientre y de quiénes mujeres mayores decían que era natural amarlo con solo saber que estaba dentro de mí.

¿Seria una mala madre?.

¿Podría amarlo como se merece?.

Esas y muchas más eran mis preguntas y mis miedos.

Pero.

Pero ... ¡Dioses! ¡Cuando lo ví!.

¡Yo lo ame, por todos los cielos y por todos los dioses yo enserio que lo ame!

Era tan pequeño, tan rojito y de largas pestañas negras, con su nariz de botón y su abundante abundante cabello azabache.

¡Él era tan jodidamente perfecto!.

¿¡Soy La Araña Violeta!? -MDZS- [En Pausa]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant