Algo paralelo

131 32 1
                                    

Tenía miedo por lo que estaba pasando, pero sin duda alguna bajar del tren me asustaba aún más, así mejor me quede dentro del tren. Me asomaba por la ventana tan concentrada tratando de ver a alguien pese a la densa niebla que me impedía ver con claridad, cuando de repente llego un hombre, era aquel chofer que se había bajado
.----¿Dónde estaba señor? exclame ya muy molesta porque me dejo aquí sola.---- baje a checar el motor del tren, parece que no quiere arrancar, eres la única? Deja checo los vagones a ver si encuentro a alguien más okey, no te muevas de aquí. Aquel era un hombre no más de 35 años, alto, un poco pálido, no se si era por el frio que hacía y por la situación.---¿se encuentra alguien más aquí? Pregunto el chofer y nadie contesto, ya se encontraba a punto de bajar del vagón cuando de repente una voz suave se escuchó en el fondo
—-espere! Aquí estoy yo, por favor no se vaya. Había otra mujer de unos 28 años de edad, siguieron a donde estaba yo.-----¿qué está pasando?, ¿ya intento llamar a alguien? Para saber porque se descompuso el tren. Lamentablemente no tengo nada de señal, mi radio que me comunica con los demás trenes no funciona solo hace interferencia.----¿cómo se llaman?¿Pregunto el chofer, yo me llamo Fernando y ustedes?---yo me llamo Amaya respondí.----y yo me llamo Laura, Contesto la otra joven que nos encontramos en el vagón.---- okey síganme, iré por mi lámpara creo que tendremos que caminar un poco para poder marcar de un teléfono público. Descendimos del tren, todo se miraba oscuro, la estación era vieja y abandonada, continuamos caminando y vimos el túnel subterráneo sin nada de luz, inmediatamente el chofer encendió su lámpara y continuamos caminando por el túnel, cuando de repente escuchamos un ruido como si hubiesen golpeado un metal.----¿fuiste tú?, pregunte al chofer.----no yo no fui, contesto Laura de inmediato. De un momento a otro se alumbro a donde habíamos escuchado el ruido y nos encontramos aun señor de edad avanzada con vestimenta muy andrajosa, con una barba muy larga y canosa..---¿señor se encuentra bien? ¿Qué hace aquí?, un silencio nos dejo perplejos, nadie decía nada y el señor solo nos observaba, hasta que respondió:---¿son reales?, y toco mi mano, a lo cual retrocedí aterrada.---Claro que somos reales, ¿Por qué pregunta esto?Contesto el chofer.----- les diré algo, váyanse por donde vinieron, huyan de este lugar, llevo mucho tiempo atrapado aquí y nadie jamás pasa. Seguido de eso comenzó a cantar MUERTOS ESTAN O LOCOS QUEDARAN y se fue para el lado contrario de nosotros. Ese suceso nos dejó algo aterrados, pero pues el señor no se veía muy cuerdo de su mente, así que no le tomamos mucha importancia. Decidimos seguir caminando hasta encontrarnos con que el pueblo estaba completamente vacío, éramos las únicas personas en ese lugar. Nos aterraba la idea de que algo muy malo debió pasar en ese pueblo para que quedara vacío, quizá todos huyeron, las ideas en mi mente se hicieron cesar, pero sin una respuesta en ella. Tomamos unas cuantas herramientas que encontramos en una tienda y unas cuantas provisiones y decidimos volver al tren, a intentar de hacerlo andar. Ya era muy noche y con todas las luces de las lámparas que conseguimos notamos que la neblina no nos dejaba ver nada, era demasiada densa, y el viento muy fuerte.----creo que es mejor seguir mañana temprano ya hay que ir a dormir ya .

Menciono Fernando y Laura y yo opinábamos lo mismo. Sellamos bien las puertas ya que no sabíamos que tan loco estaba ese señor que se encontraba en el túnel, así dormiríamos tranquilamente. A la mañana siguiente desperté, y lo primero que hice es buscar en mi celular alguna barra de señal en él, pero no obtuve un buen resultado, le pedí a Laura que lo checara y tampoco al igual que el  Fernando.---Bueno chicas manos a la obra!! dijo muy entusiasmado,----- hay que largarnos de aquí. Laura bajo primero, no había sol, todo estaba nublado y el clima frio, descendimos del tren, y comenzamos a ayudar al chofer a lo que nos pedía para arreglarlo. Ya llevábamos 3 horas tratando de arreglarlo, pero el tren no arrancaba, no había señales de que estuviera dañado simplemente no arrancaba. Ya estaba comenzando a asustarme, pero no quería contagiarles ese sentimiento al chofer y a Laura esta situación no pintaba nada bien. Estar solos en un pueblo abandonado, con el tren varado en las vías, con un lunático rondando en los alrededores no era un buen panorama.-----Chicas el tren no arranca, creo que es mejor ir al pueblo, no podemos seguir durmiendo en el tren. Y si caminamos a buscar alguna otra estación cerca de aquí, la verdad es que el tren no me da buena espina. Pasamos a la tienda más cercana del pueblo y tomamos provisiones unas mochilas y artículos de supervivencia para nuestro plan escapar del pueblo fantasma. Decidimos adentrarnos y el plan era encontrar la carretera más cercana. Tras unas cuantas horas de caminar al fin llegamos a lo que parecía ser un lago y teníamos que pasarlo para poder llegar a lo que se veía como una carretera.----¿quién será el primero en pasar?

La estación PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora