Epílogo

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Mar y tierra completamente aterrador. Takemichi había recorrido la ciudad de abajo arriba, rompiendo huesos, simplemente destruyendo a cualquier ser vivo que se atraviesa en su camino.

Las bandas recientes bajaron la cabeza mientras soltaban lo que conocían, una red de información que la principio fue escasa pero, conforme sabes más todos los puntos se conectan, solo necesito el nombre de amigos u alguno "Creó" para que sigueira ese rumbo caótico.

Jamás fue osco con su manada pero, fue un tirano para otras, con una espada, matando a reyes e emperadores. Draken e izana llegaron a agradecer que Takemichi no era su enemigo por qué si en alguna realidad lo fuera, ninguno podría seguir respirando.

Sus órdenes eran si o si cumplidas, sus ojos rojos solo atraviesan la más grande montañas hasta pararse en un antiguo lugar de boliche.

—Al pasó y alerta.

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Defenderse, desde que había comenzado su suplicio, jamás paso por su cabeza, protegerse a si mismo

Quizás por qué no se sentía merecedor, o por qué el miedo a ser abandonado lo orillo a depender del mísero cariño que las personas pudieran darle, no había un enemigo, solo su cabeza, el nemesis que más perduró fue sus pensamientos.

La violencia era su uso cotidiano, aunque se había vuelto su cadena, condenandose a seguir, aterrado de dar un paso fuera de lo que era su intangible zona de confort.

Si antes se había arrastrado con su toque violento un terror irreconocible, Takemichi había sido una cascada de un flujo dulce, amable, lentamente con paciencia moldeando las zonas aledañas a el, a su gusto, haciendolo lucir tan natural que en un descuido ya se había formado un camino, pulido, integrado, bello y bélico, con soporté.

Se paró sintiendo que una barrera había caído, el momento exacto dónde su puño chocó contra el rostro de sakauchi, este trastabillo, hasta terminar tirado, con una patada en su quijada termino tendido al piso, viendo con sorpresa y un naciente miedo como la figura imponente del omega llega hasta estar sobre él, su peso termino sobre su abdomen.

La sarta de puñetezos, justo sobre su rostro que no tenían un punto fijo, solo molia su carne golpe tras golpe, la fuerza implementada no solo deja una punzante ola de dolor, también hace que se sienta tibio, u caliente logrando sentir como resbala de su rostro.

Su boca se llena del mismo líquido siendo capaz de saborear el hierro.

—Ah, mierda— comento el de cabello cenizos observando la cara del contrario salpicada en rojo, la sonrisa que todavía tenía puesta tras esa paliza hace que sus sentidos se alerten u se aterren una linea delgada a la cual no cedería.—Eres espeluznante.

—Te amo tanto, Mikey— murmuró, sonó masoquista mientras la sangre sigue resbalando, tomo la cadera contraria antes de erguirse, poniendo al contrario contra el frío suelo de madera.—Mi Omega es fuerte— ronroneó. Dejando que el blanco rostro se manche.—El rojo siempre fue tu color, tan inalcanzable, tan mío—gruño, sintiendo el forcejeó.—pero, Hanagaki, de todos el más débil y llorón, un idiota que no merece estar a tu lado, acaso no has sufrido cuando iba y venía, te hacía tanto daño— el toque con añoranza perversa, produce un escalofrío en todo el cuerpo, aunque las facciones se mantengan oscas, inamovibles.—Soy mejor, mucho mejor.

Escucho el sonido metálico de la puerta abrirse lentamente, como si fueran fotogramas de la situación, Mikey solo parpadea tras cada toma.
Sakauchi había sido pateado de la quijada para luego tomarlo de de su camisa y ser masacrado en el piso con una bestialidad impropia de una alfa pacifista como Takemichi.

Si Mikey había hecho de ese alfa un charco de su propia sangre, Takemichi estaba creando un océano, sus gruñidos bestiales junto a una sarta de bramidos, se escucha por la habitación, sus ojos fueron tapados impidiendo que siguiera observando la masacre.

—¿Ken-chin?

—Takemichi no desearía que vieras esta versión de él— lo cargo, sintiendo como el omega batalla contra él.

—¡Takemichi!

El alfa se detuvo ante el llamado, se levantó del cuerpo todo su cuerpo tenía salpicaduras de sangre, estiró su mano para tocarlo pero, se detuvo.

—Te veré en casa Mikey

—En casa nada, vas conmigo— el paralelismo de la situación trajo un deja Vu, su mano llena de sangre sosteniendo la muñeca de un contrario.—Tienes que conocer a tus cachorros....

—¿Cachorros?

—Estoy embarazado, Micchy.

—oh....— le tomo algo de tiempo retener esa información, pero tras segundos en silencio, sus ojos se llenaron de lágrimas.—Sere papá—murmura incrédulo, incapaz de sostenerse a si mismo, la noticia fue muy sorprendente para su frágil corazón.

—Alguien sostenga a Takemichi que se va a desmayar

Los demás se acercaron al alfa de su manda, soltando risas mientras comienzan a salir del lugar, el mal rato había sido remplazado por comentarios y bromas.

Antes de seguir adelante, Takemichi le dió una mirada a sanzu el cual solo asintio con su cabeza y volvió a entrar, no era necesario que Mikey supiera que pasaría con sakauchi.

Se volvió un completo salvaje pero, solo por su adorado omega, la única luz que necesita y sus futuros cachorros, no importa quien se atraviese, terminara muerto antes de que pueda hablar, eso es mas que seguro.

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Fin

Iba a hacer una descripción más sádica pero, dije "me tomara todo el cap, mejor no" ahí quedó.

Tkm chikis<3

Crūdēscō •Takey•Where stories live. Discover now