Narra Winter
- Te vi morir, Uno, yo vi como morías. -dije sin creérmelo.
- Me hicieron mucho daño, pero conseguí sobrevivir, padre me ayudó. -dijo y se levantó la camiseta, enseñándome una cicatriz enorme en su estómago.
Yo no pude decir nada más.
Corrí hacia él y lo abracé con todas mis fuerzas, hundiendo mi cabeza en su pecho.
Él acariciaba mi pelo con suavidad.
- Estoy aquí, mi niña, sigo aquí. -susurró contra mi pelo y yo sonreí.
Me separé de él y lo miré.
- Tenemos que cerrar el portal rápidamente, tengo que volver a casa antes de que se preocupen por mi. -dije yo.
- ¿Casa? ¿Volver? yo era tu casa, Trece. -dijo él con nostalgia.
- Siempre vas a ser mi lugar seguro, Uno, pero tengo que volver, yo.. yo he creado una vida normal fuera de esto. -dije bajando la mirada al suelo.
Él no pudo contestarme.
Un fuerte ruido seguido de un gruñido se escuchó por todo el laboratorio.
Él cogió mi mano y salimos corriendo por los pasillos, en dirección al portal.
- ¿Qué ha pasado? -gritó Uno entrando a la sala.
Era todo un caos, había criaturas por todos lados, demogorgons corrían y mataban a su antojo.
- ¡Hay que cerrarlo ya! -gritó padre.
Uno y yo entramos en la sala del portal, cerrando la puerta detrás de nosotros.
- ¿Lista? como en los viejos tiempos. -dijo él y cogió mi mano.
- Lista. -dije y noté como el poder de los dos fluía a través de nuestras manos entrelazadas.
Los demogorgons empezaron a salir de todas partes, pero ni siquiera se acercaban, los desintegrábamos mucho antes, no sé a cuantos de ellos matamos hasta que la cosa se calmó.
- ¡El portal! -gritó padre a través del cristal.
Uno me miró a los ojos y asintió con la cabeza.
Estábamos listos.
Los dos miramos el portal y nos concentramos en él.
Haciendo que se empezara a cerrar de forma lenta, demasiado lenta, era muy grande y nosotros habíamos gastado mucho poder en cargarnos a esos demogorgons.
- ¡Un poco más, Trece! -gritó Uno, aferrándose más a mi mano.
Le quedaba mucho para cerrarse, y yo sentía que mi cuerpo no podía más.
La nariz me sangraba, al igual que a él.
Solo teníamos que aguantar un poco más.
Un grito sonó a lo lejos.
Robin.
Era Robin.
- ¡Winter! -se escuchó a través de los pasillos, con algo de eco.
Me desconcentré.
Estaban ahí, estaban en peligro, por mi culpa.
Solté la mano de Uno y salí corriendo, ignorando sus gritos y los de mi padre.
Corrí por los pasillos, buscándolos.
- ¡Steve! -gritaba con todas mis fuerzas.
- ¡Winter! -volví a escuchar y justo cuando giré una esquina, los vi.
Estaban acorralados en la sala de juegos, un demogorgon estaba con ellos, llevaban pistolas, pero al parecer no les quedaban balas.
- ¡Aquí hijo de puta! -grité llamando su atención.
Esa maldita cosa se giró hacia mi y gruñó, corriendo en mi dirección.
Intenté reunir todo mi poder, pero no fue suficiente, solo conseguí tirarlo contra la pared de mi derecha, pero mi cuerpo falló y cayó al suelo, rendido.
Escuché como los chicos y Hop gritaban mi nombre, pero no podía levantarme.
De repente sonó un fuerte estruendo y vi como aparecían las motas de que alguien había desintegrado al demogorgon.
Uno estaba ahí.
- ¡Winter! ¿estás bien? -gritó Steve llegando a mi lado corriendo.
Me levantó del suelo y yo lo miré a los ojos.
- Habéis venido. -susurré con pocas fuerzas.
- Claro que hemos venido, a buscarte. -dijo él con una sonrisa.
Yo lo miré a los ojos y Steve bajó un poco la cabeza, dejando un pequeño beso en mis labios.
Hopper se acercó con lo demás y me abrazó con fuerza.
- Mi pequeña. -susurró contra mi pelo.
- Creo que es mejor que salgamos de aquí ya. -dijo Eddie apretando mi mano entre la suya para saludarme.
- Vámonos. -dijo Robin.
- Nadie va a llevarse a Trece. -dijo Uno con la voz grave, interponiéndose en nuestro camino.
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OH OHHHHHHH DRAMITA
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Winter - Steve Harrington +18
FanfictionUna explosión en el laboratorio de Hawkins cuando Winter era pequeña dio mucho que hablar en ese pequeño pueblo. Ningún superviviente, todos muertos en la tragedia. Jim Hopper sabía que eso no era verdad, que su hija adoptiva, Winter, había salido d...