[Una historia de Sadie Sink & Malina Weissman]
¿Algunas vez has oído hablar sobre ángeles y demonios?
Al parecer Caitlyn Falls no creía en esas historias tan surrealistas, pero nada en esta vida era imposible y la piedra Geoda podía demostrárselo.
B...
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CAPÍTULO 3
TENGO UN MAL PRESENTIMIENTO
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Jullian Vangh tenía una especial obsesión con los mitos y las leyendas. Desde muy pequeño aguardaba en sus manos libros que hablaban sobre dioses y demonios, como los hermanos Solón y Azaziel o la propia reina de las tinieblas, apodada como Aradia, quien era hermana de Lucifer y le quitó el poder. A Vangh siempre le dio rabia que consideraran como malos a aquellas personas o seres que se revelaban por una injusticia o por tan solo estar cansados de un mundo tan estandarizado, apoyando la ideología de Azaziel. A él también le tenían harto las sucesivas leyes que tenía que obedecer. Vangh deseaba ser libre, y poderoso, sobre todo lo último.
Crecieron tanto él como sus ideales, dejándole una molestosa espina en su costado. Las repetidas burlas en el instituto de Sharville le hicieron de su adolescencia una tortura. Solo quería hacerles callar la boca, incluso que se arrodillaran ante sus pies. Un día decidió enfrentarse a ellos, pero eso solo les hizo reír a sus compañeros, quienes empezaron seguidamente a golpearle, hasta mandarlo al hospital, dejándole ciego de un ojo, entre otros problemas. A pesar de ello, nadie lo apoyó. Los profesores solo castigaron a los niños y la policía local les hicieron pagar una pequeña multa a los padres, pero eso no era suficiente para Vangh. Él quería vengarse y no solo de esos niños, sino también de la humanidad.
Su organismo se alimentaba de rabia a medida que crecía y, tras encontrar un libro con todas las soluciones, decidió poner el plan en marcha. Siempre tuvo la esperanza de que los seres sobrenaturales existieran y Geoda demostró su teoría. Según la leyenda de Sharville, era una piedra fuera de lo usual que era capaz de abrir una puerta de acceso al inframundo, o de salida, ya que los seres que habitaban en ese cálido y siniestro lugar podrían traspasar las barreras. Geoda se encontraba en las minas del bosque de robles blancos. Encima de estas se encontraba un gran castillo, situado en la colina más alta, donde se puede apreciar un aterrador acantilado. Y ese lugar sería perfecto para inaugurar el internado Quercus Alba.
Su intención era encontrar esa piedra y poder conectar con la reina de las tinieblas o con Azaziel, dominando de esa forma el mundo. Sin embargo, ese plan no podía ejecutarlo solo, por lo que reclutó a personas con mismos intereses y pensamientos, convirtiéndose en sus secuaces. Trabajaron día y noche en las minas en busca de ese mineral, pero era una tarea bastante agotadora y difícil, por lo que un día se le encendió la bombilla de las ideas.
