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Jungkook se echó a reír cuando la Valkiria se volvió hacia la línea de costa en lugar de a la casa adosada.

—De verdad va a volver al hotel –murmuró Jungkook, siguiéndolo en su viejo Mustang.

Cuando Jungkook encontró un lugar para el coche, SeokJin ya había desaparecido en el interior. Jungkook dio a la parte delantera del coche una palmada al pasar. Había tenido la intención de pasar el fin de semana de Pascua trabajando en ella, ya que sólo había logrado restaurar las partes mecánicas y el interior hasta el momento, pero tenía la sensación de que SeokJin tenía otros planes. Entró en el vestíbulo, esperaba que SeokJin le estuviera esperando, pero no vio a su compañero por ninguna parte.

—¿Agente Especial Jeon? —Preguntó una mujer desde la recepción. Jungkook se acercó, sin dejar de sonreír.

—Su compañero dijo que le diera esto —dijo la joven con una sonrisa amable. Le entregó una llave de la habitación.

—Gracias. —Jungkook se volvió hacia los ascensores, mientras buscaba el número de habitación en el sobre. Había conseguido una suite—. Jesús, SeokJin. Por todo lo alto, ¿verdad?

 Ni siquiera había conseguido pasar por la puerta de la suite cuando fue agarrado y empujado contra la pared. Manos encontraron su camino debajo de la chaqueta de su traje y labios presionaron contra los suyos.

—SeokJin –jadeó Jungkook.

—Mejor que lo sea —gruñó SeokJin—. ¿Estás listo para ser alimentado con pastel?

Jungkook sonrió, mirando a los ojos casi negros de SeokJin. Pasó los dedos por encima de su hombro, tiró de su camisa de vestir, disfrutando del modo en que los ojos de SeokJin eran atraídos a sus labios cuando los lamió.

La voz de SeokJin cayó.

—¿Y un poco de crema también?

—Falta por mal juego de palabras –anunció Jungkook con el tono profundo de un comentarista deportivo mientras sostenía una tarjeta roja imaginaria.

SeokJin le agarró la muñeca y la apretó contra la pared.

—Oh, castígame —dijo mientras comenzaba a desabrocharse la camisa con la otra mano.

—Creo que soy yo el que está siendo castigado. —Ambos rieron.

Jungkook le sacó la camisa de los pantalones y pasó la mano por el vientre de SeokJin. Éste se apretó contra él y arrastró los labios sobre los suyos. Apretó la mano sobre la muñeca de Jungkook y el corazón se aceleró. Podía decir que esta primera ronda iba a ser dura y sucia.

—Vamos a la cama –logró murmurar—. La última vez que lo hicimos contra una pared, las pantorrillas me dolieron durante una semana. Y la espalda me ha estado matando el último par de días.

SeokJin se rio y asintió. Puso los labios contra la oreja de Jungkook, a continuación, le tomó a través del pantalón.

—Dime dónde desapareciste esta noche.

Jungkook sopló contra la mejilla de SeokJin.

—¿Crees que me puedes torturar para obtener información?

—Sí. —Le mordisqueó la oreja, y un escalofrío recorrió todo el camino hasta los pies de Jungkook.

Este intentó reír, pero le salió como un jadeo cuando SeokJin lo apretó de nuevo.

—Tenía que coger la orquídea del coche.

SeokJin giró la cabeza para rozar su nariz contra la mejilla de Jungkook. Estaba tarareando, como si tratara de decidir si aceptaba la explicación de Jungkook. Finalmente, rio entre dientes, y luego pasó la mano arriba y abajo por el torso de Jungkook y le besó.

Situación Crítica || #7Where stories live. Discover now