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NamJoon estaba esperando cuando se abrió la puerta, pero SeokJin pasó junto a él cuando trató de detenerlo. Tuvo que correr para mantener el ritmo de los pasos airados de SeokJin, y se sintió como un cachorro saltando junto con su amo mientras trataba de mantenerse al lado del hombre que bajaba por el pasillo.

—Sé que estás enojado, hombre, yo también. Pero Jungkook guarda secretos, eso es lo que hace. Eso es para que lo que está entrenado.

—No tienes que defenderlo —gruñó SeokJin—. ¿Eso es lo que has hecho durante veinte años? ¿Defender a Jungkook? Debes estar malditamente agotado.

—Sí, más o menos. —NamJoon alargó la mano y tomó el brazo de SeokJin—. ¿Irías más despacio? Jesús.

SeokJin se detuvo y se volvió hacia él. NamJoon podía decir que tenía unos dos segundos para presentar su caso.

—Mira, no voy a entrar en esto, ¿vale? Cualquier cosa que dijera allí, es entre tú y él. Pero conocí a Jung HoSeok. Y si Jungkook dice que está tratando de hacerte daño, yo le creo. No vayas por ahí solo sólo porque estás cabreado.

SeokJin puso los ojos en blanco y resopló. NamJoon apretó con más fuerza el brazo de SeokJin, con tanta fuerza que SeokJin lo miró fijamente.

—Imagina que estás ahí fuera en esta ciudad, y Jungkook está cazándote —dijo NamJoon. Las fosas nasales de SeokJin se dilataron y sus ojos se oscurecieron.

—Ahora imagínalo más inteligente. Más rápido. Imagínalo más implacable y con menos que perder. Ahora imagina a ese Jungkook, quiere venganza. No sé a ti, tío, pero a mí eso me asusta bastante.

SeokJin tragó saliva. Pareció enfadado un momento, pero luego asintió.

—Entiendo tu argumento.

—¿Me dejas que vaya contigo?

SeokJin se quejó y miró por el pasillo a la puerta de su habitación.

—Déjame seguirte entonces –intentó NamJoon—. Nunca sabrás que estuve allí y te vigilaré tus seis mientras haces lo que sea que necesites hacer para enfriarte.

SeokJin se rió y finalmente apartó el brazo de las manos de NamJoon.

—Sólo déjame en paz, ¿de acuerdo?

Se alejó antes de que NamJoon pudiera discutir. NamJoon se quedó allí le observó irse durante unos segundos, desgarrado. Confiaba en Jungkook cuando decía que SeokJin era el objetivo, pero no podía y no quería seguir al hombre si SeokJin se negaba a permitirlo. Se libraría de él con facilidad, y al final SeokJin era responsable de su propia seguridad.

Se dio la vuelta y se dirigió por el pasillo a llamar a la puerta de Jungkook.

Jungkook abrió casi inmediatamente. NamJoon negó con la cabeza en respuesta a su mirada inquisitiva.

—Maldita sea —escupió Jungkook. Se pasó las manos por el pelo y se paseó por la habitación.

NamJoon abrió la puerta para Jimin y Digger, que habían estado fuera, a la espera de ver lo que sucedería a continuación. Owen se había ido. Se metieron en la habitación de Jungkook, reuniéndose a su alrededor.

—¿Qué hacemos? —Preguntó Digger.

Jungkook tenía las manos en las caderas y la cabeza baja. Se veía pálido y demacrado, y NamJoon pudo ver que no estaba funcionando a toda máquina todavía. Pero los años de entrenamiento les habían obligado a buscarlo a él primero.

Jungkook sacudió la cabeza.

—Yo... no lo sé.

NamJoon lo miró durante un largo momento, y cuando se hizo evidente que Jungkook no estaba funcionando, NamJoon se aclaró la garganta.

Situación Crítica || #7Where stories live. Discover now