┊Capítulo diecinueve

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Naruto recuerda muy bien lo nervioso que se sintió la primera vez que Hinata visitó su hogar. Fue, por supuesto, varios meses después de que su noviazgo fuese oficial, además, ambos debían ser cuidadosos de no levantar falsos. Ambos eran novios, sí, pero Hinata era la hija de un líder y ella, tal cuál había dicho Hiashi más de una vez, debía cuidar su imagen como mujer.

Lo convencional no era lo suyo, pero él siempre respetó lo que Hiashi dijera, y más allá, la propia comodidad de Hinata.

Aún así, no quería que su modo de vivir fuese juzgado. No era difícil saber que Hinata y él eran muy distintos en varios aspectos, sobre todo en el asunto del orden. Naruto, gracias a sus misiones ya casi no tenía tiempo para mantener todo en su lugar, pero sabiendo que Hinata lo visitaría, dió su mayor esfuerzo para dejar todo reluciente.

Recordaba sentir el estómago apretado, le sudaban las manos, podía oír los latidos de su corazón haciendo eco en sus oídos. Acelerados, también asustados.

Esa sensación se repetía en la actualidad. Mientras Naruto incrustada la llave en la cerradura de la puerta sus manos sudaban y temblaban con desespero. La mirada de Hinata sobre su espalda le ponía los vellos de punta, y es que para él, es como si Hinata fuese a entrar a su hogar por primera vez.

La puerta se abre, agradece internamente que las bisagras de la puerta ya no hagan ese ruido molesto que tantos años se tardó en eliminar. Naruto toma una gran bocanada de aire inflando su pecho, lo único que espera es que todo sea como la primera vez, que Hinata sea honesta y le diga lo cómoda que se siente estando ahí con él, porque si se da el caso contrario no estaba muy seguro de poder soportarlo.

—A-Adelante —tartamudea, dándola una mirada nerviosa.

Hinata lo observa con el ceño ligeramente fruncido, ella parece confundida ante los ojos de Naruto, y él, ante los ojos de Hinata, parece al borde de un ataque de nervios.

—¿Estás... bien...? —pregunta con cierta duda. ¿Tal vez está enfermo? ¿Por qué sudaba tanto?

—Yo... —no le da tiempo de dar un “sí", él simplemente asiente con desenfreno y se hace a un lado, haciéndole el espacio suficiente para que Hinata pudiera cruzar el umbral.

Hinata musita un pequeño «Hmmm» poco convincente al no creerle, pero prefiere no preguntar más, Naruto lo suficientemente nervioso como para un desmayo, y eso no es algo que quiera provocar.

Tras dar los primeros pasos dentro de aquel espacio, una sensación extraña le recorre la columna. Una corriente, es lo que parece ser. No lo entiende, pero lo asocia a la perdida de sus recuerdos. No recuerda absolutamente nada de lo que hay frente a sus ojos, pero sabe muy bien que antes de la emboscada ese era su hogar, y junto a Naruto, formaban una hermosa familia.

Él no le ha hablado demasiado sobre su vida juntos, pero asumía que así era. Y es que siempre respetó el proceso que Hinata estaba viviendo, no solo por la recuperación física que debía atravesar luego de varios días en coma, además de asumir la noticia de perder la memoria, si no también, tener que volver a conocer a todos aquellos que formaban parte de su vida desde su niñez.

Simplemente, Naruto no quería que ella se sintiera incómoda, avasallada con toda la información que debía procesar.

—Es un espacio un tanto pequeño —Naruto cierra la puerta, dejando las pertenencias de Hinata a un costado. — Pero...

Hinata deja de observar superficialmente, volteando hacia él. Sus ojos y los de Naruto se encuentran en medio del silencio, parece que tiene tantas cosas que decir, y ella, muy en el fondo, muere por escucharle.

—¿Pero? —pregunta en un suave suspiro.

Naruto traga, sus palabras parecieron quedar atascadas en alguna parte, o es que tal vez todas terminaron por perderse en su garganta.

Not remember you ┊NaruHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora