Capítulo 7

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Gemma no era particularmente simpatizante de los lunes, no era una psicópata después de todo

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Gemma no era particularmente simpatizante de los lunes, no era una psicópata después de todo. Sin embargo, este inicio de semana había sido bastante optimista y la sonrisa inconsciente que portaba era solo una muestra más de su buen ánimo.

Tras ayudar un par de veces en la "terapia de rehabilitación" que Johnny Lawrence había diseñado para su alumno favorito, Miguel había aceptado dar declaraciones al periódico escolar sobre su retorno a clases. Por ello, no solo Gemma estaba contenta por la recuperación de su amigo sino por la cantidad de alumnos que habían adquirido el semanario.

El regreso del latino había sido triunfal, con pancarta y aplausos incluidos. La de rizos también se había asegurado de incluir un mensaje de bienvenida en sus anuncios matinales desde la sala de audiovisuales. Por si fuera poco, Moon y Piper habían terminado, la morena no podía estar más contenta de no volver a escuchar de la gimnasta.

Tan pronto su clase de Literatura culmina, Josh y Gemma se levantan de sus sitios, ambos habían entregado hoy su tarea de redacción y estaban bastante seguros de que tendrían sobresalientes.

—¿Recuerdas el ranking que quería hacer de restaurantes cercanos para el periódico escolar? —pregunta el de cabello largo mientras recoge sus materiales.

—Sí, claro.

—Bueno, fui al nuevo local de sushi y no vas a adivinar a quién me encontré.

—A Tory —respondió la de rizos mientras abandonaba el aula junto a su amigo.

—A Tor... espera, ¿cómo lo sabías?

—Miguel me comentó que la encontró allí también, suena como que aún está enojada.

—Ni lo digas —mencionó el adolescente mientras buscaba una mesa disponible en la cafetería—, le pregunté si podría entrevistarla y me mandó al diablo.

—No me sorprende.

Gemma definitivamente no tenía el mejor historial con la rubia, solo una vez habían interactuado y en esa ocasión la había lanzado contra la pared con tal fuerza que había perdido la consciencia.

—También insultó mi cabello.

—¿Qué? —preguntó Gemma, sorprendida y divertida a partes iguales.

—Sí, dijo que parecía un vagabundo, ¿tú crees que parezco un vagabundo?

—No... claro que no.

—¿Puedes ser más convincente? Parece que estás a punto de reírte.

La de rizos esta vez no escondió su risa. Sin embargo, su diversión tuvo un fin precipitado cuando cayó repentinamente con su bandeja llena de comida. Gemma sintió como su camiseta era arruinada inmediatamente por el jugo de naranja, las risas no se hicieron esperar. Con la poca dignidad que le quedaba, se puso de pie sin aceptar ayuda de nadie.

𝕵𝖔𝖚𝖗𝖓𝖆𝖑𝖎𝖘𝖙𝖎𝖈 𝖎𝖓𝖘𝖙𝖎𝖓𝖈𝖙 - 𝑹𝒐𝒃𝒃𝒚 𝑲𝒆𝒆𝒏𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora