Capítulo 18

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Gemma, tras varios días de sentirse extremadamente decaída, no tenía gran interés en asistir al baile, especialmente sin tener una cita

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Gemma, tras varios días de sentirse extremadamente decaída, no tenía gran interés en asistir al baile, especialmente sin tener una cita. Sin embargo, su abuelo no compartía la misma opinión. Ibrahim Cox se culpaba en gran parte por la muerte de su hija, convencido de que no haber estado presente mientras lidiaba con sus traumas por la guerra la había orillado al consumo de drogas. No pensaba cometer los mismos errores con su nieta, así que el de canas no dejó de insistir en que debía ir a divertirse con sus amigos, convencido de que ello le devolvería su usual sonrisa.

Tras notar lo mucho que parecía importarle a su abuelo, la de ojos cafés aceptó. Y, sinceramente, no se arrepentía.

Gemma apenas podía de dejar de mirar su reflejo, si bien nunca había sido alguien que se fijara demasiado en apariencias, esta noche se sentía hermosa. Josh, quien tampoco había buscado una cita después de que Tory lo ignorara por semanas, se mantenía a su lado meneando la cabeza de lado a lado al ritmo de la música.

Tan solo cuando Moon llegó y los animó a que se unieran a su grupo, ambos se empezaron a divertir. Los amigos bailaron y bromearon, olvidándose por un momento de las personas que raramente salían de su mente cuando, como si fuera un truco de magia, Robby y Tory llegaron juntos.

—Qué demonios —soltó Josh completamente incrédulo.

Gemma supuso que a ello se había referido Shannon cuando mencionó que el de ojos verdes estaba buscando una camisa para su cita. Tan pronto la nueva pareja cruzó el salón, su mirada chocó inmediatamente con la de Robby, como si de imanes se trataran.

La adolescente frunció el ceño cuando notó que Keene le susurraba algo en el oído a la rubia y esta sonreía cómplice.

—¿No podían dejarnos una noche tranquilos? —preguntó fastidiada la de rizos.

—¡Oh! Creo que sé de qué se trata —dijo Moon mientras analizaba las constantes miradas que los recién llegados le dedicaban a sus amigos—, están intentando ponerlos celosos.

Gemma estuvo a punto de negar la insinuación, pero cuando volteó levemente notó que los ojos de Robby efectivamente seguían puestos en ella y no en su acompañante. Josh, por su parte, no dudó en reaccionar.

—Eso es completamente inmaduro —criticó el de rasgos asiáticos, decididamente dándole la espalda a la rubia—, pero dos pueden jugar ese juego.

Sin más, las dos adolescentes notaron como el joven Nguyen no tardó en sacar a bailar a una pelirroja de su año, una sonrisa coqueta presente en su rostro. Gemma soltó un suspiro mientras le dedicaba una miraba a Moon.

—Bueno, yo me niego a jugar ese juego.

La castaña dudó un poco antes de responder.

—A mí no me molestaría...

Pero Gemma se negó de inmediato.

—No. No te voy a usar de esa forma, jamás.

La sonrisa que Moon le dedicó le hizo saber que había tomado la decisión correcta. Gemma hizo su mayor esfuerzo por ignorar la presencia de Robby y se concentró por completo en bailar con su mejor amiga, sin forzar absolutamente nada para obtener una reacción de otros.

𝕵𝖔𝖚𝖗𝖓𝖆𝖑𝖎𝖘𝖙𝖎𝖈 𝖎𝖓𝖘𝖙𝖎𝖓𝖈𝖙 - 𝑹𝒐𝒃𝒃𝒚 𝑲𝒆𝒆𝒏𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora