Final Line

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Tanto Hyunjin como Minho permanecieron en el hospital hasta sanar sus heridas por completo. Durante su estadía allí a ninguno se le permitió visitar o mantener contacto con el otro.

Posteriormente a los incidentes con los demonios transcurridos en la ciudad de Corea del Sur, la opinión pública se inclinaba en una dirección más dura con respecto a los vampiros.

El Proyecto de Ley de Protección de Ojos Rojos fue presentado en tribunales, y las protestas se intensificaron. No obstante, todo lo que llevaría a cabo esta ley era la implementación de medidas restrictivas aun más elevadas para los demonios hasta que se encontrara una mejor solución a la problemática.

Con la situación de la seguridad pública actual, la policía no tuvo más remedio que enfrentarlo como lo hicieron.

-A partir de mañana por la tarde, tú y Minho no podrán contactarse entre sí. -Informó el hombre uniformado frente a él- Si hay algo que quieras decirle, se te habilitara un permiso para verlo.

- ¿Hablar con Minho? ¿Qué le diría?

-Se valiente y enfrenta al hombre que amas, Hwang Hyunjin. –Dijo exasperado Jeongin viendo a su amigo con la cara triste.

Era su último día en el hospital y se encontraba sentado en un banco ubicado en el pequeño jardín detrás del edificio esperando por Minho.

-Hola. –Saludó al verlo llegar y sentarse a su lado.

-Hola.

- ¿Has oído sobre mi castigo?

-Si. –Respondió en un susurro triste, le dolía ver a Hyunjin en ese momento. No quería que esa fuera la última vez.

-Me alegra que hayas venido. –Dijo Hyunjin con una pequeña sonrisa en sus labios- Hay algo que realmente tenía que decirte.

- ¿Qué cosa?

-Me alegra que estés vivo, Minho. Gracias por salvarme. –Su mano derecha se deslizó hasta la mejilla del castaño y la acarició con delicadeza- Yo...estaba tan cerca de encontrar la clave para enfrentar al demonio dentro de mí. Si tuviera un poco más de tiempo...pude haberla encontrado. Pude haber encontrado esperanza...un futuro.

-Perdón. Es mi culpa. -Minho no puedo contener más las lágrimas y se largó a llorar ahí mismo, todo era su culpa.

-No, Minho no. –Hyunjin lo atrajo hacía su cuerpo y lo abrazó fuertemente- Si no me hubieras dado tu sangre, ahora mismo estaría muerto. No me malinterpretes, por favor. No hubiera llegado tan lejos sin vos. Simplemente estoy asustado de perderte después de todo lo que pasamos.

-No sé lo que vi en vos. –Habló por fin el castaño- No puedo explicármelo ni a mí mismo. Pero desde la primera vez que nos vimos...siempre estabas en mi mente y cuando te volví a encontrar, me había enamorado. -Hyunjin lo observaba atento sin perderse detalle alguno de Minho- Podés ser un demonio, pero eso no es todo lo que sos.

-Siempre odié al demonio dentro de mí. –Suspiró- Siempre me odié a mí mismo. Pero eso, cuando dijiste que te gustaba...-Rio recordando las palabras de Minho- Tu sonrisa era tan deslumbrante, que no pude aceptarlo en ese entonces. ¿Me dejas escucharlo, solo una vez más? ¿Qué sentís por mí?

Minho se apartó de Hyunjin lo suficiente para verlo a los ojos, su semblante era firme y su mirada no titubeó cuando dijo aquellas palabras.

-Te amo, Hyunjin.

-Yo también te amo, Minho.

-Han pasado muchas cosas, pero...me alegro tanto de haberte conocido. No te preocupes, te esperaré.

-También a mi Minho. Me alegro mucho de haberte encontrado en mi vida.

Hablaron hasta que se les acabó el tiempo, al ver ingresar a los oficiales que se lo llevarían, Hyunjin tomó a Minho entre sus brazos una última vez y lo besó con todo el amor que podía transmitirle en ese instante. Ese sería su último beso, su último regalo para él.

Minho no pudo evitar llorar al ver como esposaban a Hyunjin y se lo llevaban del lugar. Esa iba a ser la última imagen que tendría del peliblanco y su pecho dolió por perder al amor de su vida.

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6 años más tarde

Retorcía sus manos entre sí y se mordía con fuerza su labio inferior por los nervios. La soledad por fin iba desapareciendo de su sistema a medida que los minutos pasaban.

Las enormes puertas de aquel lugar se abrieron frente a sus ojos dejando ver a lo lejos a la única persona por la que estuvo esperando tantos años.

Había cambiado, se lo veía más feliz y tranquilo que antes, como si su estancia allí le hubiese servido más de lo que esperaba. Su pelo blanco que tanto recordaba ya no estaba, en su lugar una larga cabellera negra lo saludaba, aun así, Minho lo seguía viendo igual de hermoso a como lo recordaba.

Las lágrimas picaban en sus ojos y estaba a punto de llorar, pero se contuvo, no quería que la alegría del momento se viera arruinada.

-Me gusta tu pelo. Es genial. –Comentó nervioso sin saber que más decir cuando por fin lo tuvo a escasos centímetros frente a él. Tantos años y sentía que su amor por aquel vampiro no había cambiado, sino que, todo lo contrario, se había intensificado mientras esperaba por su regreso.

-Sos...más hermoso de lo que recordaba.

- ¿Qué esperas para besarme? - Hyunjin no lo dudó y atrapándolo entre sus brazos unió sus labios con los del castaño. El perfume de Minho, aquel característico olor del cual fue privado por años, inundó sus fosas nasales provocando un efecto relajante instantáneo en su sistema. Se sintió como volver a tocar el cielo con las manos.

-Te extrañé, Minho. –Susurró con voz profunda en su oído y Minho sintió como su corazón latía con mayor intensidad y como su cuerpo se relajaba entre sus fuertes brazos.

-Yo... -Dijo tratando de deshacerse del nudo en su garganta- Yo también te extrañe, Hyunjin. Más de lo que te puedas imaginar.

Se sentía cálido tenerlo pegado contra su cuerpo, era como volver a casa. Lo apretó con más fuerza y dejó que la primera lágrima se deslizara por su mejilla.

-Te amo, Minho. –Confesó apartándose un poco del castaño y limpiando las lágrimas de las mejillas de Minho con una sonrisa en sus labios- De hecho, no hubo un día apartado de vos que no lo hiciera.

Minho no se contuvo más y unió sus labios nuevamente, rodeándolo por los hombros hasta pegarlo por completo a su cuerpo y profundizar el beso. No quería separarse un milímetro de él, temía que si eso sucedía lo volvería a perder. Hyunjin fue el primero en intensificar el beso y buscar con su lengua la del contrario para saciar esa incontrolable sed que sentía por Minho y de la que había sido privado todo este tiempo.

Minho lo siguió segundos después y río entre el beso, feliz por cómo estaba sucediendo todo y por irreal que se sentía su reencuentro. Feliz por volver a tener a su persona favorita junto a él otra vez y esta vez para siempre.

Devil's Line - [Hyunho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora