╰─━ ◜𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐎𝐋𝐎 𝐒𝐄𝐒𝐓𝐎.

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── La mia strega ──murmuró perdido en los ojos verde de la chica.

Natalia apartó bruscamente la mano del hombre de su mejilla mirándolo con enojo.

── No me toques ── Murmuró entre dientes.

── ¿No es encantadora? ── Preguntó con diversión.

Natalia solo se alejó de él mirándolo con desconfianza, no le agradaba en nada que un vampiro qué bebía sangré humana tuviera demasiado interés en ella.

──¿Quién eres? ──preguntó el rubio aún con su mano en la mejilla de la chica.

La pelirroja no dijo nada, estaba demasiado aterrada en ese momento como para poder hablar. No hacía falta ser inteligente para darse cuenta que en esta habitación todos eran vampiros y no amables como los Cullen.

──Hermano ──Hablo el hombre de cabello negro completamente tenso. ──¿Qué pasa?

El rubio se alejo de Natalia para acercarse a su hermano y extenderle la mano, este la tomó y se asombro.

──Una humana ──susurró siendo audibles para los vampiros ──Has encontrado a tu compañera.

Marcus sonrió, desde que la había visto en el jardín enojada porque se había mojado supo que la chica seria alguien muy importante.

Elena se acercó a su sobrina y en un intento de valentía ambas salieron de ahí lo más rápido que podían.

──Corre, corre ──llevaba a su sobrina del brazo ──No te detengas por nada del mundo.

Natalia sabía que eso sería imposible, ellos eran mil veces más rápidos que ellas pero no quería quitarle la ilusión a su tía.

──Dejenlas ──demandó Caius a los vampiros que estaban dispuestos a ir por ellas ──Necesita mucho que procesar.

──Yo sabía que esa chica sería demasiado importante ──Marcus parecía orgulloso de sí mismo.

──¿Lo sabias, hermano? ──preguntó Aro.

──No sabía que sería compañera de Caius pero sin duda sabía que sería alguien demasiado especial ──una ligera sonrisa apareció en sus labios, la mujer castaña le recordaba a su preciada Didyme.

──Bueno ──carraspeo Aro llamando la atención de todos ──Si su compañera es una humana no podemos hacer nada más que... Conocerla.

El más que nadie sabía lo que estaba pasando su hermano tras la muerte de su querida Athenodora.

Caius no dijo nada solo salió de la sala, el necesitaba pensar su sugiente movimiento, los ojos aterrados de su compañera seguían en su mente.

──Esto es maravilloso -murmuró Aro con una sonrisa ──Jane, Alec investiguen sobre ellas.

Los gemelos asintieron y salieron de ahí para cumplir la orden de su amo.

Por otra parte Elena y Natalia habían llegado a la mansión de la primera.

──Quiero que doblen la seguridad ──el jefe de seguridad asintió ──Natalia ve a tu habitación y no salgas para nada de ahí.

No dijo nada solo corrió hasta esta y cerró su puerta. Elena creía que eran humanos caníbales, qué equivocada estaba.

──Esto no puede estar pasando ──susurraba para sí misma mientras caminaba por su habitación ──¿A caso atraigo vampiros? Todo esto está mal.

──¿A caso conocías otro? ──una voz hizo que la pelirroja detuviera sus pasos ──Hola La mia bella farfalla.

Natalia se giro despacio encontrandose con el rubio, rápidamente tomó lo primero que encontró que era la lámpara que descansaba en su buro.

──¿A caso piensas hacerme daño con eso? ──preguntó burlon.

──No, se que no pero de algo servirá ──respondió mientras apretaba la lámpara concuerda. ──¿Qué quieres?

──Por el momento saber de dónde conoces a los vampiros.

──Mi ex novio era vampiro, nada importante ──trato de restarle importancia, después de todo ella no quería que Rose sufriera algún daño.

──Ya veo, baja la lámpara no te haré nada ──se acercó a ella pero esta volvió a alzar la lámpara.──Estoy aquí para hablar.

──Bien, hablemos pero tu lejos de mi ──la cara de Caius perdido todo rastro de amabilidad ante el rechazo de su alma gemela.

──Bien, si así lo quieres.

Se alejo de ella y Natalia pudo volver a poner la lámpara en su buro, se quedó quieta cerca de ésta por si volvía a necesitarla.

──¿Qué es lo que quieres de mi? ──volvió a preguntar.

──Verás, los vampiros tenemos tua cantantes y almas gemelas ──Natalia asintió ella sabía lo que era tua cantantes, Edward se lo había explicado ──Para mí tu eres mi alma gemela.

──¿Qué quieres decir?── lo miró con sospecha, estaba segura que el estaba bromeando.

──Qué tu y yo estamos destinados a estar juntos ──Natalia sintió que en cualquier momento iba a vomitar ──El destino así lo quiso.

──No lo entiendo, yo ya tengo un alma gemela ──murmuró bajando la cabeza.

──Explicate ──le ordenó ganándose una mala mirada de la pelirroja pero aún así respondió.

──Mi ex novio me dijo que era su tua cantante ¿no es eso ser almas gemelas?

──Mi hermosa dama, déjeme decirle que le mintió. Ser tua cantante significa que tu sangre lo llama, lo atrae y que eso solo acabará cuando beba hasta la última gota de tu sangre, normalmente endulzan a la presa, la enamoran para tenerla solo para ellos.

Natalia se quedó callada, Edward nunca la amo, solo estaba con ella porque esperaba el momento preciso para beber su sangre. Se dejó caer en la cama antes de comenzar a llorar.

El se fue porque si seguía con ella la iba a matar para satisfacer su deseo, ella si se había enamorado de él pero él de ella no.

𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡  | EDITANDOWhere stories live. Discover now