•2.6•

67 9 1
                                    

La noche llegó a la recidencia Gray dejando el lugar sin ninguna pisca de luz, la joven Allison se observó como ya llevaba puesta su pijama y su cabello caía suelto a los lados.

—¿Hola?— Habló alto intentando ver en la profunda oscuridad, por algunos ventanales se colaba la luz de la luna pero de igual manera le era difícil ver.

Un suave quejido se logró escuchar a lo lejano de aquel interminable pasillo, la joven frunció la expresión mientras aceleraba el paso y cada vez más fuerte era el quejido.

—¿Quién está ahí?— gritó alarmada observando a los lados para darse cuenta que ya no estaba en los pasillos de aquella enorme casa si no en el profundo bosque.

Empezó a caminar entre las ramas sintiendo como sus brazos eran rasguñados por estas, todo era confuso y extraño mientras sentía sus ojos picarle de la impotencia.

Hasta que llegó al dueño del quejido, su corazón dejo de latir por un momento mientras su boca se abría en una perfecta o.

J-Jean...

Sus manos empezaron a temblar y con sus pies descalzos empezaba a retroceder por la tierra húmeda intentando no hacer ningún ruido más, pero falló. Piso una pequeña rama que alertó a las dos personas vestidas de traje que disfrutaban quitándole la vida a un hombre mayor.

Los ojos de Allison solo expresaban pánico cuando los dos ojos rojos la observaron directamente, la cara suave de Jean que la reconfortaba ya no estaba, esta era una de hambre insaciable mientras la otra a su lado era de odio, lograba reconocer aquella vampira que una vez la acorraló contra la tumba de su abuelo.

Y antes que lo pudiera notar se avanzó hasta ella para tomarla entre sus brazos.

Y despertó.

(...)

Mathew despertó exaltado al escuchar un fuerte gritó dentro de la casa, se levantó tropezando con las cosas en el proceso mientras corría en dirección a la habitación de su nieta con agitación.

—¿Que sucede?— preguntó alarmado cuando abrió la puerta de golpe observando como las lágrimas corrían por las mejillas de la menor.

—Tuve una pesadilla— habló con la mirada perdida en algún punto de aquella enorme habitación tratando de contener las lágrimas.

El mayor se acercó a ella para darle un suave abrazo y acunarla intentando darle algo de consuelo.

—Ya estás bien, ya pudiste despertar y todo pasó.

Allison negó suavemente soltando un desgarrador quejido.

—Ella me atrapó— Murmuró por lo bajo entre sollozos contenidos.

—No, claro que no pequeña, todo estará bien.

La menor se separó del abrazo para mirarlo con miedo y enseñarle sus brazos.

El horror recorrió sus ojos en aquel momento.

—Te dije que me había atrapado....

(...)

La gran puerta de madera se abrió para dejar pasar al joven vampiro en aquella casa tan apagada.

—¿Que sucedió viejo amigo?— preguntó Libardo cuando la puerta se cerró — Para qué necesitabas mi presencia con carácter de urgencia?

La cara de Mathew demostraba el pánico en esta, en el fondo aunque su expresión fuera neutra también estaba algo alarmado por el repentino llamado que recibió.

—Es sobre Allison... Necesito que la revises, tu conoces mucho más que yo sobre todo esto.

—vamos entonces.

Ambos subieron hasta la oficina médica de Mathew adentrándose en esta, Libardo observó como el rostro de Allison estaba en pánico y con su grandiosa vista pudo distinguir como empezaban a salir unas notables ojeras, la escaneó por completo intentando encontrar que andaba mal hasta que se detuvo en sus brazos.

—¿Qué sucedió?— cuestionó cuando distinguió como sus brazos tenían algunos rasguños y unas marcas moradas de unos dedos sobre estos.

—Eso es lo que no llego a comprender— Murmuró Mathew.— solo dijo que tuvo una pesadilla de estar en el bosque y que luego la atrapaban... Después despertó gritando y cuando la ví tenía esas marcas.

Libardo se acercó para observar mucho más detallado, algo era extraño, nadie se levantaba así como así solo por un pesadilla....

—Lo hizo ella— fue lo que dijo Allison mientras lo miraba fijamente.

—¿Quién?— Cuestionó Libardo confundido.

—La que te hizo eso a tí— Fue lo único que respondió.

Hubo un pequeño momento de silencio mientras sus miradas hablaban por si solas.

—Lo hizo Amadorat no es así?

La menor asintió y todo en la mente de Libardo se aclaró, solo faltaba un detalle por aclarar.

— ¿cómo la conociste?

—Pues muchos siglos más adelante intentará asesinarme...

Y el silencio sepulcral volvió.

Aquella mirada inexplicable que le daba el vampiro la hizo sentir mucho más preocupada de lo que ya estaba.

—¿Qué podemos hacer?— Le preguntó Mathew con duda sin apartar la mirada del contrario.

—Solo hay una solución...

—¿Qué pretendes?.

Libardo observo como en su cuello colgaba un péndulo ya algo quebrado.

—Hay que reponer esa piedra— respondió frunciendo su expresión— es la única manera que tenemos para evitar que entre en su mente, la piedra está tan atacada que ya no tiene el suficiente poder para batallar el don de Amadorat.

Mathew estaba confundido y eso lo pudo notar Libardo.

—la piedra evita que ella la atrapé, pero no que entre a su mente— aclaró— pero el don que tiene Amadorat es uno muy fuerte, invade la mente de las personas aunque conociendo la prefería hacerlo cuando estos duermen ya que era más fácil para esta ya que la mente está en reposo.

Libardo llevó sus frías manos al cuello de Allison dándole una suave sonrisa.

— conseguiré el collar nuevo así que tranquila, solo trata de no dormir mientras tanto ya que si vuelve a entrar en tu mente la piedra no soportará más.....

El Diario De Mathew Gray- Jean LeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora