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Louis esta jodido.

Esta jodido y lo sabe, y no puede dejar de repetírselo a sí mismo.

Se da cuenta cuando por las mañanas sonríe al escuchar a Harry cantar suavemente, cuando se decepciona al no verlo en la cafetería, cuando se encuentran en los pasillos y Harry sonríe levemente antes de entrar rápidamente en su apartamento.

Se da cuenta cuando comienza a pensar en él, cuando miles de preguntas sobre Harry se crean en su cabeza, todas ellas sin respuesta.

Se pregunta que estaría haciendo Harry en aquel momento, se pregunta si le gusta el café o si tan solo beber un sorbo le hace sentirse de alguna manera un tanto enfermo, si una taza de té le ayuda a dormir por las noches, cual sería su comida favorita y su película favorita...

Esta jodido, y no puede hacer nada para evitarlo.

Y bueno, Harry todavía seguía repartiendo postres a Niall, Zayn y Liam, a todos, menos a él.

Pero intenta no darle mucha importancia a eso, intenta no sobre pensarlo más de lo que debe. Porque si no, estará perdido. No, él puede conformarse con las sonrisas del rizado, con hacerle reír de vez en cuando con estupidas bromas y verlo ciertas veces en los pasillos del edificio.

Aquella tarde, llega a la cafetería un tanto más tarde de lo habitual. El cielo oscuro se encuentra repleto de nubes negras que aún sueltan agua de vez en cuando, el aire en las calles de Nueva York huele a lluvia fresca y tierra mojada, y quizás es el olor favorito de Louis. Después de un largo día de trabajo, no hay nada como aire fresco y un café caliente.

Al entrar, no puede evitar sonreír cuando ve al rizado en la caja, hablando alegremente con una de sus compañeras.

Se guarda las manos en los bolsillos de su chaqueta cuando el aire caliente lo recibe y comienza a caminar hasta la barra con una pequeña sonrisa.

—Hola, Harry.

—Hola -El rizado le sonríe, una sonrisa pequeña y amable que hace que Louis se sienta satisfecho-

Estamos progresando.

—¿Tienes la reseña de mis galletas o las tiraste a la basura nada más cerrar la puerta?

—Mierda, me has pillado -Louis no puede evitar soltar una pequeña risa-

Le pilla por sorpresa, la forma en la que Harry le sonríe sin miedo y le sigue la broma con confianza.

Se miran por varios segundos, donde los dos se sonríen y cuando los hoyuelos en las mejillas de Harry aparecen, marean un poco al castaño.

¿Como podía existir alguien así? ¿Alguien tan malditamente bonito?

—Estaban deliciosas -Harry finalmente dice-

—Eres un mentiroso -Louis niega lentamente, sonriendo-

—¿Por qué? -Harry pregunta aún sonriente, frunciendo el ceño levemente-

—Los dos sabemos que no estaban buenas.

—¿Sabias que no estaban buenas y aún así las compartiste conmigo?

—Que no estuvieran buenas no quiere decir que no me haya esforzado

"Esforzado en hacerlas para ti" Es lo que Louis no se permite decir.

—No eran exactamente bonitas, pero estaban buenas.

Louis tan solo puede sonreír, asintiendo como si no supiera que realmente aquello era mentira. Entonces se pregunta si de algún modo aquello podría ser verdad, si tal vez a pesar de la apariencia estaban comestibles, o si tal vez, Harry es demasiado amable para su propio bien.

sweet and sour, heart devoured - l.s Where stories live. Discover now