💜 Beso en la lluvia 💜

30 7 0
                                    

Cabizbajo limpiaba arduamente los restos del gis sobre el pizarrón, nuevamente había acabado en detención y el castigo era limpiar todos y cada uno de ellos.

Afuera el cielo amenazaba con desatar una terrible tormenta que probablemente era el peor de sus problemas ya que no había cargado una sombrilla de lo rápido que salió corriendo tras darse cuenta de que se le había hecho tarde.

—bueno uno menos —suspiró cansado. Tomó las cosas, dispuesto a marcharse a la planta de abajo para continuar con su labor.

—¿listo para ir a casa? —le saludó Shinso desde la puerta.

¿Cuánto tiempo llevaba ahí?

—aún me falta la planta de abajo.

—que suerte que ya lo hice.

Lo miró incrédulo por lo que sin pensarlo dos veces se lanzó corriendo a comprobar que no fuera una broma, tras abrir abrutamente cada puerta y encontrarse con todo completamente limpio soltó un suspiro.

—pero ¿tu hiciste todo esto por mí? —se dio la vuelta para encontrarse con el de cabellos índigos.

—no quería que tardaras tanto es lo que hacen los amigos ¿no? Ayudarse

Auch, le habían dado justo donde le dolía ¿amigos? ¿Acaso no notaba lo mucho que le gustaba? ¿No había captado todas sus indirectas telepáticas durante las clases?

Mientras tanto un destello ilumino el cielo seguido de un fuerte tronido que concluyó en un fuerte aguacero, ambos chicos se miraron preocupados.

—mi sombrilla jamás se daría abasto ante esto

—¿crees que tarde mucho en parar?

—¿deseas irte?

El rubio se encogió de hombros, lo único que le preocupaba en ese momento era que no podría llegar a tiempo para comer.

—¿el profesor Aizawa vendrá por ti?

El más alto negó, había mentido con la intención de quedarse a ayudar al rubio con tal de que no llegara tarde a casa pero la inesperada tormenta le había jodido los planes.

Decidieron matar el tiempo realizando las tareas que tenían pendientes al menos así el sofocante silencio no sería tan incómodo.

—¿juegas? —cuestionó Kaminari mientras agitaba una cajita de pokys.

El ojivioleta lo miró con confusión ¿a que se refería?

—no entiendo.

—bueno el juego consiste en poner un extremo del poky en mi boca y el otro en la tuya, después tenemos que comerlo y el primero que se separe pierde.

—suena ridículo.

—gallina.

A regañadientes se acercó a Denki el cual se veía bastante confiado hasta que tuvo al chico a escasos centímetros de su cara. Los centímetros se fueron acortando lentamente, ambos podían sentir la respiración del otro chocandoles en la cara.

¡Crack!

Denki fue el que se separó primero preso del pánico, tenía la cara completamente roja producto de su vergüenza.

—gallina —se burló Shinso un tanto decepcionado.

Afuera la lluvia se había apaciguado un poco, la sombrilla que Shinso llevaba consigo era más que suficiente para cubrir a ambos de aquella pequeña lluvia. Ambos guardaron sus cosas y se dirigieron rumbo a la salida, ninguno mencionó nada pero ambos tenían impregnado en el rostro aquel sentimiento de decepción era obvio que esperaban algo más de aquel juego con el poky.

Denki se detuvo abrutamente lo que provocó que Shinso lo mirase molesto, tenía los pies completamente empapados y lo que menos quería era seguir caminando de aquella manera incomoda pues la sensación de los calcetines mojados era horrible.

El corazón del joven Kaminari iba a mil por hora, juntó toda la valentía posible para estar frente a frente con el chico de cabellos índigos y lo besó. Ante aquel acto tan repentino el de mayor estatura dejó caer la sombrilla a causa de la sorpresa.

Ambos estaban ahí de pie bajo la helada y pacifica lluvia pero parecían no notarla, todo lo que sus cabezas podían procesar era aquel encuentro entre sus labios.

Shinso era el más Avergonzado de los dos y el sonrojo en su rostro lo delataba, al sentir que los labios del contrario se alejaban lo tomó del cuello de la camisa para volver a pegarlo hacia él.

Era su primer beso.

Aquella sensación lo había dejado fascinado, si pudiera besar al torpe de Denki por el resto de su vida lo haría encantado.

Al final se separaron sonrientes, las palabras no hacían falta para saber lo que el otro sentía en ese momento, recogieron la sombrilla y todos empapados siguieron su camino tomados de la mano.

Al final se separaron sonrientes, las palabras no hacían falta para saber lo que el otro sentía en ese momento, recogieron la sombrilla y todos empapados siguieron su camino tomados de la mano

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Baúl de recuerdos [Fluffytober]Where stories live. Discover now