Eres mi perdición (Jughead y tú)

Capítulo 17

Primer Acto || Parte Diecisiete 

"Infidelidad"

Los mellizos Hale habían ido a la oficina del Azul y oro, sabían que tanto Betty como Jughead les ocultaban información. Después de verlos merodeando por la mansión Blossom comenzaron a sospechar de ambos.

—No puedo creerlo—Henry inspecciona el tablero referente la investigación de Jason.

—Nos están ocultando las cosas, teníamos un trato.

Salen molestos del lugar, caminaron por los pasillos en busca del Jones y la Cooper. 

Se escondieron al verlos juntos, la rubia lo estaba invitando a comer a su casa. Hope toma inconscientemente la mano de Henry, este la mira preocupado. 

Desde el funeral de Jason, Jughead evitaba a los mellizos Hale, no contestaba a sus llamadas ni a sus mensajes.

Henry estaba preocupado por su melliza, había intervenido en las cámaras del pueblo y había visto como la rubia y el pelinegro salían de la casa de la primera y como después los Cooper habían arrastrado a su hija a casa. Ese día había ido a visitar a Polly donde la tenían encerrada. 

Un día después, al ir a visitar a Archie para ofrecerle su ayuda en lo que pudiera para que el chico se animará a tocar, su mirada capto el momento justo en que Jughead le era infiel a su hermana.

Cuando Hope recibió la foto que le mando su hermano, no pudo evitar soltarse a llorar. 

Se acostó en su cama, lloro hasta quedarse dormida.

La chica Hale no era la única que sufría por aquel beso, Henry de igual modo sufría, ya que este estaba enamorado de la Cooper.  

Polly había llamado a los mellizos pidiéndoles ayuda, la Cooper les conto todo, desde la visita de Betty hasta cómo escapo. 

Ambos corrieron hasta donde estaba el auto donde escaparían los futuros padres, al llegar tuvieron que esconderse al ver como alguien le prendía fuego, lograron identificar a la persona, pero no se acercaron ni comentaron nada.

Regresaron a casa, recibieron un regaño de parte de sus padres por llegar a tan altas horas de la noche. Cuando sus padres los dejaron libres se retiraron al cuarto de Henry a descansar.

—¿Qué harás mañana?—acaricia la mejilla de la chica—. ¿Lo enfrentarás?

—No, quiero ver hasta donde llega.

—¿Podemos jugar un poco con él? Se lo merece después de lo que te hizo—sus ojos brillaron con malicia.

—¿Qué hay de Betty?

Henry se quedo callado, se acomodo de forma que su espalda quedará contra el colchón, suspiro pesadamente.

—Aunque Betty me guste mucho, te ha lastimo y nadie lastima a mi melliza.

—¿Estás bien?

—Tal vez no soy el indicado para ella—coloca su brazo sobre sus ojos—. Ni si quera me presta atención, no creo que algún día lo haga.

Hope se recuesta sobre su pecho, dejo que se desahogara.

—Todo estará bien, lo prometo—Hope besa su frente y lo arropa mejor en cuanto el castaño se quedo dormido.