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Nanon subió a casa y puso cuidadosamente la bufanda de Dew doblada en una bolsa. Se sentó en el sofá durante mucho tiempo sin pensar en nada, pero se sintió un poco frío y se levantó.

Un hogar que está roto se sentirá helado siempre, y ese es el tipo de frío que no puede eliminarse independientemente de si la temperatura del aire acondicionado está alta o no. Nanon sabe que el libro está sobre su colcha, los gatos están en su nido, la estufa está apagada, la puerta está cerrada y en realidad, no le queda más que dormir.

De repente, al despertarse en mitad de la noche, se percata de que los faroles de la calle continúan brillando intensamente y de que la oscuridad allí dentro no puede ser más espesa. Ve entonces que solo había dormido menos de media hora. No se cree capaz de volver a hacerlo, el sabor metálico en su lengua lo hace más difícil.

No puede evitarlo, quiere escuchar la voz de Ohm.

En Francia son alrededor de las cinco de la tarde, debería estar bien llamarle... Nanon es muy paciente y usa sus acalambrados dedos para marcar el número de Ohm. La libreta de direcciones no está con él, pero afortunadamente su memoria sigue intacta. La quimioterapia no pudo quitarle eso, al menos.

El teléfono suena varias veces y pronto parece que ya está conectando. La voz grave del hombre en el otro lado parece ser un poco gentil para cuando dice:

— ¿Recordaste llamarme hasta ahora?

Nanon sostuvo el teléfono durante unos segundos. Quería hablarle todo el tiempo, lo haría varias veces al día, pero no tenía el dinero suficiente como para pagar la factura. En ese momento, Nanon sintió que lo más razonable y lo menos inconsciente era usar el crédito de su teléfono para conversar con Ohm, aunque fuera unos minutos y en la madrugada. Siempre piensa que el día es demasiado largo mientras espera a hacerlo.

Por el contrario, Nanon siente que no hay nada que decir, intenta cortarle.

— Nos veremos pronto, no debes estar intranquilo.

— Te extraño — Nanon se hunde en sus emociones. En este momento, su mente ha tenido un colapso que parece durar varios minutos. Sus palabras casi salen solas — Te extraño.

Ohm inhala profundamente. No había escuchado esas palabras de Nanon en mucho tiempo. Parece ser cierto, pero también es como si se tratara de una ilusión.

— Te extraño mucho también. Estoy ocupado y temo molestarte llamando cuando seguramente tú ya estás dormido. Intentaré hacerlo más a menudo. Regresaré pronto para acompañarte.

La voz de Ohm era suave y parece honestamente apenada.

Pero Nanon no es estúpido. Sabe que esa es una excusa para ocultar el hecho de que no quiere hablar con él. Nanon ni siquiera ha enviado un mensaje de texto. El hombre está muy lejos en Francia, con alguien más joven que él. Es un país romántico y seguro está muy feliz.

Nanon está en Tailandia solo, intentando no morir durante la noche.

Nanon se rasca la cabeza, se lame los labios, y suspira sobre el teléfono. Todavía no pensaba en que decirle cuando escucha débilmente una segunda voz en el auricular:

— Ohm... ¿Cómo puedes seguir en el teléfono? La comida va a enfriarse...

Suena claro, brillante, menor... La voz del muchacho parece estar impaciente.

No escucha a Ohm de repente, todo se calma del otro lado y no hay ningún ruido. Nanon intenta duramente estabilizar la línea. No sabe si lo escucha, no puede respirar, pero prosigue:

— Bangkok se ha enfriado demasiado en estos días, hace mucho frío. Llámame cuando vuelvas. Te recogeré en el aeropuerto y te llevaré una poco de congee...

— Te amo.

Nanon lo escuchó y se rio, se le escapó un pequeño bostezo:

— Bueno, seguro estás muy ocupado ahora. Tengo sueño...

Nanon dijo:

— Buenas noches — su tono es muy suave.

Nanon no ha dormido y su corazón ha sido destrozado por un cuchillo afilado. En medio de la noche, Nanon está lleno de dolor. Está perdido, quiere algo, pero no sabe lo es. No sabe que está buscando cuando se arrodilla a un lado del sillón.

¡Está tan cansado!

Sentado en el suelo de la fría sala de estar, llora como un niño que ha perdido todo el mundo. Se muerde los labios. Los destroza. Sus hombros tiemblan y jadea y pone el teléfono desconsoladamente contra su pecho. Ruega por qué el frío lo congele, pero se está quemando con fuerza. Toda dentro de él se está volviendo caótico.

Nanon mostró algunas sonrisas de liberación cuando se escapó a su lado, dejó a sus padres, dejó la universidad, su pueblo, sus amigos. Se dio por vencido y no tomó el examen. ¡Lo perdió todo! Se enamoró de alguien que no debía de amar.

El timbre del teléfono sonó, y Nanon respondió rápidamente. El ataque de pánico incrementó:

— Ohm... ¡Voy a morir!... ¿Por qué no me quieres? ¡Voy a portarme bien! ¡Ven por mí, por favor! ¿¡Cómo puedes mentirme!?

Los ojos de Nanon ardieron. Es realmente difícil detener las emociones una vez que se han acumulado durante tantos años.

— ¡Non! ¿Qué pasó? ¿Estás en tu casa? ¡Iré pronto! ¡Dime qué número es!

Resultó ser el médico... Sabe que se está desmayando, pero su subconsciente todavía confía en Dew lo suficiente. Le da la dirección exacta y luego se deja caer.


•                   •                 •


Dew rompe directamente la manija y abre la puerta de un solo golpe.

Nanon no se despierta. Dew mira al hombre delgado y pálido que está en el suelo. Tiembla y sus mejillas están repletas de lágrimas. Tiene los labios heridos, las manos heridas...

La frente de Dew se arruga entonces con fuerza.

Se inclinó, lo tomó entre sus brazos y no se sorprendió al descubrir que era demasiado ligero. El rostro de su persona amada está pegada a su pecho. La temperatura le subió, el ritmo de su corazón ha cambiado.

— Realmente me gusta.

Dew lo confirma mientras se va.







DANI

Los 10 años en los que más te amé  || OhmNanonNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ