ᴜɴᴀ ʟʟᴇɢᴀᴅᴀ ɪɴᴇsᴘᴇʀᴀᴅᴀ |ᴍᴇᴀɴᴘʟᴀɴ| ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ

Veintitrés

El azabache se encontraba caminando por los pasillos buscando al castaño. Su humor no era bueno, estaba somnoliento y cansado por la falta de sueño. No había podido dormir desde que el castaño lo dejó el viernes en la Universidad. Le había estado mandando mensajes y ninguno de esos mensajes le contestaba, no había recibido llamada de parte de Mean el fin de semana. En las noches no podía dormir porque el pensamiento de haber hecho algo mal, algo que habría molestado al ojigris, no dejaba su cabeza dándole vueltas toda la noche. Dos días y ya extrañaba las llamas del castaño basadas en hacer reír al azabache, los abrazos cálidos y los pequeños besos en medio de películas, las charlas de Mean con la bebé. Soltó un pequeño puchero. Extrañaba demasiado a su castaño.

Luego de minutos de buscarlo, no lo encontró así que se empezó a dirigir a la cafetería. Levantó la mirada encontrándose con algo que le partió el corazón en miles de pedazos, sus ojo empezaron a picar.

Mean se encontraba besando a Mook, ella tomaba a Mean del cabello mientras soltaba ligeros jadeos.

Mean se percató de la mirada de Plan, pero no hizo nada para alejarse de ella, al contrario, la besó con más fuerza. Eso había terminado de romper el corazón del azabache. Las lágrimas acumuladas empezaron a rodar por las mejillas de éste en ese momento como si sintiera el dolor del ojiazul, la bebé empezó a patear con fuerza.

"Lo sé, también me duele". Le dijo entre sollozos. "Pero vamos a salir adelante solo nosotros dos".

Odiaba lo que sentía en el pecho en ese momento, quisiera poder regresar al momento en que ambos se odiaban, el tiempo en donde no le importara lo que le pasaba al castaño, donde no tenía ningún sentimiento hacia Mean.

Sin levantar la mirada se fue de ahí, y estaba seguro que a partir de ahora eran solo él y su bebé. Quería con todas sus fuerzas que solo fuera una fea pesadilla.

"Creo que hay que parar". Dijo el castaño alejándose de Mook, quitándose la saliva que se encontraba en sus labios.

"Me alegra que hayas recapacitado". Le dijo mientras se arreglaba la ropa. "Estaba segura que solo te quiso atar con un bebé que tal vez ni sea tuyo".

El castaño arrugó su frente, queriéndole gritar cosas. Ella no tenía el derecho de hablar de Plan y su hija de esa manera, ni de sacar argumentos falsos.

"No me importa que tengas un hijo". Enredó sus brazos en el cuello de Mean. "Puedes dejarlos para ser solo tú y yo".

"No, Mook". La apartó molestó. "No tienes el derecho de hablar así de ellos. ¿Sabes qué? Vete a la mierda".

"¿Perdón?". Exclamó molesta. "¿Entonces para que me besaste?".

"No entenderías". Dijo el castaño. No pensaba contarle nada a ella.

"No me digas que te enamoraste de ese". Dijo para luego soltar fuertes carcajadas. "Pobre ingenuo ¿Crees que Plan llegó a sentir algo por ti? Te lo dije cariño, Plan no sentiría nada por ti, por si no sabias se besó con su ex".

Había dado justo en el clavo, quería borra de su memoria aquella imagen. Odiaba pensar que los labios de Plan besaron los de Asher. En ese momento en que los vio, había sentido algo en el pecho que jamás había sentido, nunca había sentido el corazón tan vacío, tampoco había llorado tanto como ese día. Estaba tan decepcionado del azabache.

Mean había experimentado tantos sentimientos por Plan en esos meses para sabes que estaba tan enamorado de él.

Había besado a Mook cuando divisó a Plan a unos pocos metros de ellos, no pensó, solo la tomó y la besó. Quería que el azabache llegara a sentir lo que sintió él esa vez y tal vez era un tonto por hacer eso.