Crescendo

1.4K 190 326
                                    


―Pareces bastante ansiosa ―Romani caminó hasta quedarse al lado de Olga Marie que estaba parada frente a un gran ventanal viendo el paisaje frente a ella.

Un paisaje estéril y lleno de nieve.

―Shirou mandó un mensaje hace unas horas, dijo que estaba en camino hasta aquí ―Olga Marie habló sin pensar mucho.

― ¿Es así?, va un tiempo que no lo veo ―Romani se rió un poco después de comentar aquello. Olga Marie alzó una ceja y miró a al hombre que estaba tranquilo ante la mención de Shirou.

Lo normal era reaccionar de manera negativa ante Shirou, no había un magus en la actualidad que no haya escuchado de sus "hazañas" matando a los suyos.

― ¿Lo conoce bien?, hasta donde sé usted y mi padre se conocieron en la guerra, ¿también Shirou?

Romani parpadeó un par de veces y sonrió.

―Se puede decir que lo conocí en la guerra y estuve también involucrado en su caso después de esta.

― ¿Su caso? ―Olga Marie tuvo curiosidad.

―Como eres tú no veo problemas para hablar, lo más probable es que conozcas que convirtió parte de sus nervios en circuitos ―Olga Marie arrugó el rostro ante esa información y asintió―. Bueno, me sorprende que te lo haya contado, odia hablar de eso.

― ¿Cuál es el punto de esto? ―Olga Marie estaba molesta por como aplaudió el doctor, pero a la vez estaba feliz.

Porque Shirou le tenía tal confianza para dar a conocer algo que no estaba feliz de hablar.

―Hubo un tiempo en el cual perdió casi la movilidad total en su cuerpo ―Romani suspiró al recordar a Shirou usar cada músculo que podía para caminar con normalidad―, de verdad que viéndolo desde otra perspectiva es un monstruo.

― ¡No lo es! ―Romani saltó hacia atrás cuando Olga Marie golpeó el cristal frente a ella, obviamente no le hizo daño al cristal blindado, pero sí a su mano.

―Olga-chan tú-

―No es ningún monstruo, sufre como nosotros, le duele, cuando le dicen las cosas solo sonríe, pero sufre... tiene pesadillas, miedos y sueños... ―Olga Marie miró el suelo y luego alzó su mano para ver su puño que estaba manchado en los nudillos.

―Lo sé ―Romani le dio unas palmaditas en el hombro y luego le tendió un pañuelo. Olga Marie aceptó aquello con algo de escepticismo pero lo tomó de igual forma a los pocos segundos.

―Sí lo sabes entonces-

―Médicamente es un monstruo ―Romani se rió cuando vio la cara confundida de Olga Marie, confusión que pasó a un sonrojo profundo al darse cuenta de lo que hizo y como reaccionó―, no te preocupes tanto.

La risa estalló en Romani cuando vio como Olga Marie se tapaba el rostro con las manos.

―Yo... ¡es su culpa! ―la cara de Olga Marie seguía roja por la vergüenza. Había actuado demasiado emocional y a la defensiva por Shirou.

Obviamente por lo visto Romani y Shirou se llevaban realmente bien por como hablaban del uno y del otro.

¿Romani?, es solo un doctor molesto en el peor de los casos, pero es buena persona, la ultima vez que tomé algo con él terminé llevándolo a su casa, ¿creerías que lo vi entrar a un café con personas en traje de sirvientas y preguntar si había alguna dispuesta a casarse con él?, fue tan surrealista que no podrías creerlo sino lo vieras.

Olga Marie suspiró al darse cuenta de lo tonto que fue su actuar, era más que obvio que Romani no tenía en la misma categoría que los demás a Shirou.

Hierro en PlataWhere stories live. Discover now