XII

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Tres días.

Habían pasado tres días viajando.

Sunghoon le había dicho que conocía un lugar a las afueras del reino, un pequeño pueblo fuera del mapa, donde la gente pocas veces se enteraba de los escándalos de otros lugares y que a pesar de tener poco, todos vivían muy bien.

El viaje fue duro, o al menos así lo sintió Sunoo. Siempre quiso pensar que podía sobrevivir sin las comodidades que tenía en el castillo, pero una vez se puso a prueba se dio cuenta de que no.

Tuvieron que pasar la noche viajando y cada vez que intentaba dormir, sueños de lo que había pasado la última vez que estuvo en el castillo lo atormentaban a tal punto que no podía volver a pegar el ojo. Sunghoon lo había notado y a la segunda noche que pasaron juntos le preguntó:

—¿Estas bien?

—Si, solo tengo algunos problemas para dormir —respondió Sunoo adormilado.

—Sun....¿Te sientes listo para hablar sobre lo que pasó?

Sunoo que sabía a lo que se refería, solo abrazo sus piernas y escondió su cara en sus rodillas.

—No.

—Bien.

Sunghoon quería ser comprensivo y darle su espacio por lo que no opinó demasiado, simplemente esperaba que en algún momento Sunoo pudiera terminar de contarle.

A la mañana siguiente, Heeseung que era quien los llevaba, se levantó muy temprano para retomar el viaje.
Jake le había pedido el favor porque sabía que podía confiar en él y Sunoo también lo conocía. Además, gracias a su trabajo, el mayor debía salir del reino constantemente y podían aprovecharse de eso para comunicarse mediante cartas.

Llegaron a la villa con el sol, que apenas empezaba a aparecer. Los tres se sorprendieron por lo linda que era.
En el centro de la aldea, una hermosa fuente relucía y el agua cristalina que brotaba de ella brillaba tanto con los rayos del sol que parecía ser que tenía pequeños diamantes dentro.

—¡Wao! —exclamó Sunoo yendo directo hacia ella —¡Esto es hermoso!

—Lo és —dijo Heeseung —Yo jamás había estado aquí, lo que me impresiona mucho ya que es bastante llamativo.

Habían flores de distintas especies por todos lados, los colores que más resaltaban eran el rosa, el verde, el azul y el amarillo dándole un toque más espléndido a la aldea.

—Siganme —dijo sunghoon adentrándose en aquel lindo pueblo.

Mientras más caminaban, Sunoo más se enamoraba del lugar. Las personas poco a poco salían de sus hogares y el olor a comida recién hecha se hacía presente.

Algunas personas lo miraban raro y con razón ya que Sunoo tenía la ropa sucia y manchada, además no era normal ver gente nueva por esas zonas.

—Aquí es —sunghoon paró de caminar repentinamente y apuntó a una linda casa que tenía toda la fachada cubierta por enredaderas con flores de varios colores.

—Que lindo —pronunció Heeseung —Pero ya debo irme. Volveré cuando traiga noticias de Jake. Fue un placer trabajar con ustedes.

—Muchísimas gracias por traernos, Hee —agradeció Sunoo abrazandolo —Eres muy amable, aceptaste justo cuando nadie lo haría.

—No hay de que, pequeño —Heeseung le devolvió el abrazo.

Luego de aquella breve despedida, Heeseung se fue.

—¿Como abriremos la puerta? — preguntó el azabache, confundido.

—¡Oh! Tengo la llave aquí —sunghoon saco un collar que tenía la llave guindada en él.

Cuando entraron, el menor quedo sorprendido con lo lindo que era por dentro, había polvo y suciedad por todos lados, pero aún podía notarse que había sido un lugar precioso.

—¡Bien! —el tono de voz de Sunoo mostraba emoción —¡Manos a la obra!

—Sun —sunghoon tenía miedo de arruinar su emoción pero.. —No podemos limpiar sin productos para ello.

—Cierto.... ¡Entonces hagamos amigos!

Dicho eso, Sunoo salió muy decidido de la casa, su plan inicial era hablar con la primera persona que viera, pero era muy tímido por lo que decidió solo salir a ver cómo era aquel pueblo.

Le impresionó que cada lugar por el que caminó habían flores, aquella villa era muy linda, poseía lagos de aguas cristalinas y algunas cascadas también se ubicaban cerca de allí.

Como pudo volvió al centro, encontrándose con la fuente. Se quedó mirándola un momento hasta que decidió sentarse al borde de esta.

—Hola, cariño —una mujer que no había visto se sentó a su lado —¿Como te llamas?

La fémina tenía el cabello largo de un negro tan opaco como el suyo y portaba un lindo vestido blanco y una linda coronilla hecha de flores. A Sunoo le inspiró confianza.

—Mi nombre es Sunoo, señorita.

—Que lindo nombre, significa bondad y amabilidad ¡Justo lo que transmites! —al escuchar eso el príncipe sonrió —Y.... ¿De donde vienes, Sunoo?

—Vengo del reino Niffathor —respondió cortamente.

—¡Oh! He oído muchas cosas de ese reino. Mi nombre es Lee Chaeyoung. Siempre es bueno ver nuevos rostros por este lugar, aunque no sea muy a menudo.

Sunghoon, que veía todo desde la distancia, estaba feliz de que el brillo en los ojos del menor volviera a encenderse de a poco. Pero, sabía que aún tenía algunas cosas que lo atormentaban, deseaba poder ayudarlo a superar eso en algún momento.

—¡Sunghoon! —escuchó decir a Sunoo.

¡Ups! Lo había visto siendo un acosador.

—¡Ven aquí! —continuó el pequeño y cuando llegó a su lado, dijo: —Esta amable señorita me estaba contando la historia de este lugar.

—Mi nombre es Chaeyoung ¿Y el tuyo?

—Sunghoon.

—¡Esta villa es lo mejor! —exclamó Sunoo —Chaeyoung noona me estaba contando que son un pueblo independiente ¡Ningún rey de otro reino tiene poder sobre ella! ¡Es simplemente maravillosa! ¿Como sabías sobre ella?

—Bueno —empezó a decir el peliblanco, un poco avergonzado por la repentina atención que obtuvo —Vivía aquí con mi abuela antes de irme al castillo de Priphigia. No recordaba mucho sobre este lugar, pero cuando tenía unos 14 me interesó saber de donde venía y pues, este fue mi descubrimiento, vine por primera vez cuando tenía 16. En cuanto a la llave, es lo único que me queda de mi abuela, me la dió antes de morir.

—¿Te apellidas Park, cierto?

—Si —respondió Sunghoon confundido —¿Como lo sabes?

—Tu cabello. No es normal ver personas con el cabello blanco. Los Park, junto con otros clanes como el mío, fueron los que fundaron este lugar que va en contra de las reglas que establecen otros reinos y obviamente busca la paz.

—No tenía idea —dijo sunghoon rascándose la cabeza y miro a Sunoo.

Este último estaba más que impresionado. Pero rápidamente cambio su expresión al recordar algo importante.

—Bien... Señorita Chaeyoung.... —Sunoo se veía un poco avergonzado —¿Podrias brindarnos algunos productos de limpieza?


𝘳𝘶𝘯𝘢𝘸𝘢𝘺 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora