CAPÍTULO 17

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ASESINATO REAL.

Jasper

Uno, dos, tres, cuatro golpes al saco de boxeo de la base imaginando en vano que con cada golpe se resolverían mis problemas. Muy iluso de mi parte, pero al menos descargo de esta forma mil veces más saludable de lo que lo habría hecho años atrás.

Hace años me habría perdido y ahora sé que me estoy encontrando.

Muchos pensamientos cruzan mi mente con cada golpe sin guantes al saco. Los nudillos los tengo en carne viva, pero no hay nada más revitalizante que sentir esa quemazón familiar y el grito silencioso de los músculos al llevar más tiempo de la cuenta trabajando.

La razón principal de cada golpe es una castaña insolente, juguetona y jodidamente apetecible que no consigo sacar de mi puta cabeza. No debí permitir que las ganas nublaran mi juicio aquella noche, pero solo recordar la forma en la que su cuerpo reaccionaba a mi toque y en la forma que se corrió...

Debería odiarla, no querer tenerla bajo mi cuerpo de nuevo. Aunque, tal como me he comportado con ella después de aquello, ella sí que debe de estar odiándome. Fui frío, profesional e insensible con ella, tal como debería ser por ser su guardaespaldas, pero admito que no es justo para ella, pues Avalon al principio le desagradaba mi presencia y con el tiempo hacía amena y lo más cercana posible a una amistad entre ambos, ya que sabía que mi presencia tras de ella sería para largo.

Y yo me cargué esa pequeña confianza que tenía en mí de un plumazo.

«De un polvo querrás decir». Conciencia, vete a la mierda un largo rato.

Al dar el último golpe, logro descolgarlo porque le he hecho un agujero a la tela y la arena empieza a esparcirse por el suelo. Mierda, demasiado pronto se ha roto, aún no he terminado de descargar.

—No me jodas, tío. Era nuevo — Eric se lleva la mano a la frente mientras se acerca a mí y me lanza una botella de agua que bebo casi de un trago—. ¿Malos días?

—Eso se queda muy corto.

Si él supiera todos los problemas, pensamientos y líos que cruzan mi cabeza...

—Te fuiste sin avisar del bar. La última vez que te vi te escabulliste con Megan al almacén. ¿Te la volviste a follar?

Si él supiera lo que de verdad pasó esa noche...

—Casi. Hubo una emergencia que me dejó a media mamada.

Eric se queda con cara de qué cojones y yo simplemente ruedo los ojos.

—Avalon salió de palacio sin seguridad y tuve que ir tras ella.

Abre los ojos y asiente comprendiendo, pero lo conozco el tiempo suficiente como para saber que algo piensa.

—¿Por qué tengo la sensación de que hay algo que estás omitiendo y que no me quieres contar?

Contraigo mis músculos del abdomen inconscientemente planteándome si decírselo o no, ya que es un tema serio.

—Porque te estoy ocultando algo y no pienso decírtelo, aunque seas mi mejor amigo. Es un tema del que cuanta menos gente sepa mejor —digo serio y con tono de voz duro.

Por mucho que la odie y desee, sigue siendo mi responsabilidad protegerla, incluso de cotilleos de cama con mi mejor amigo. Es lo mínimo que se merece Avalon después de todo.

Aun así, Eric le quita hierro al asunto relajando sus hombros.

—Muy bien. Cuando estés listos me lo contarás. Mientras tanto, tenemos asuntos que atender, como una visita al departamento forense del hospital.

DINASTÍA ©Where stories live. Discover now