CAPÍTULO 25

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LOS REYES EN LA TELE.

Will

¿En qué loco momento mi hermana ha decidido que es una buena idea ir a un programa famoso de la tele? Aunque entiendo la estrategia más allá de querer divertirse, también es una oportunidad para dar una imagen de cercanía y unión.

Al final va a ser verdad que mi hermana es involuntaria e inconscientemente buena estratega. Una pena que no explote eso al máximo, pero si soy sincero, prefiero que explote su arte a que se pase al lado parlamentario y administrativo, porque es algo que, hasta yo, que he estudiado precisamente para eso, me aburre de sobremanera.

Supongo que nos vendrá bien a ambos esa entrevista para soltarnos un poco después de semanas bastante tensas en palacio en las que he estado bastante ausente tras la vuelta de París, sin tiempo a penas para dedicárselo a Caleb o a mi hermana.

Lo que más me inquieta de todo, es que lo que me quita el sueño es la investigación sobre la muerte de mi hermano que se está llevando en secreto junto al MI6. Mi intuición me gritaba desde que supimos de que había muerto que no fue de forma natural, y no fallé, porque los últimos informes que miré revelaban una sobredosis de la medicación habitual que tomaba, lo que confirma mi continua inquietud en el pecho.

A mi hermano lo mataron para quitarlo del trono, lo que significa que mi hermana y yo corremos el mismo peligro de sufrir el mismo destino.

Solo de pensar en la muerte me dan escalofríos y la piel se me eriza debajo del traje de raya diplomática.

Dos toques a la puerta aceleran de forma incontrolada el latido de mi corazón debido a la sugestión por mis pensamientos neuróticos. A veces incluso tengo que pensar en que nadie va a matarme y que son solos divagaciones mías en condiciones de estrés.

A veces funciona, a veces no, así de incierta es la mente humana.

—Adelante —digo casi olvidándome de que habían llamado.

Jasper entra echando un vistazo a mi despacho por si había alguien conmigo. Sus hombros se relajan mínimamente cuando ve que estoy solo.

—¿Mi hermana ha hecho algo grave y vienes a mí a pedir una renuncia? —intento bromear, pero su cara no se mueve para reírse.

—No vengo a hablar sobre Avalon, pero no, aun no pido esa renuncia —se sienta en una de las sillas frente al escritorio—. Pero sí que vengo a hablar de tu tío y de un comentario que hizo Avalon sobre él.

Me saltan las alarmas cuando menciona a mi tío.

—¿Qué ha pasado?

—Me mandó investigarlo a raíz de aquella discusión que tuvieron sobre una dote. Creo que estabas también cuando eso pasó. También me dijo que quería que buscase trapos sucios sobré él para tener un motivo por el que quitarle el título nobiliario.

Vaya, mi hermanita no iba de farol aquel día cuando lanzó la amenaza por la que me tuve que contener y no aplaudirla en ese mismo momento por tener ovarios y plantarle cara. Avalon en realidad tiene garras afiladas que no duda en usar si te ve como una amenaza.Pero en este caso, puede que su movimiento pueda interferir con la investigación. No nos conviene alterar a mi tío por lo que pueda pasar.

—¿Ella lo sabe? —pregunto.

—¿Qué hay abierta una investigación del presunto asesinato de su hermano en la que su tío es el principal sospechoso? No, no lo sabe, pero justo eso es la razón por la que he venido a hablar contigo —se inclina para coger un bolígrafo y juguetear con él—. Debería saberlo.

DINASTÍA ©Where stories live. Discover now