Endulzando un corazón.

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Endulzando un corazón.

Brant Monterrey.

_Brant, te cortarán tus preciadas bolas.

Empiezo a caminar y subo las escaleras de la puerta principal, el guardia de seguridad me hecha un vistazo a través de los lentes y me abre la puerta.

Estoy nervioso como la mierda y las manos me están sudando, no quiero que mi esposa piense que la engañé por qué su estúpida hermana me vio con la niñera.

Ahora la odio mas que antes.

Al entrar las personas se fijan en mi y me empiezan a saludar, todas las caras aquí son conocidas. Pertenecen a la mafia y nunca han dado la espalda.

Alcanzo a ver a Eliza sentada hablando con sus dos hermanas, no se ve bien, sus ojos están hinchados y supongo que su hermana ya le contó su gran mentira.

_Brant.

Me volteo y Brandon me extiende una copa de champagne que me la bebo toda de un trago.

_Viejo estás tenso.

_La estúpida hermana de Eliza seguramente le dijo que la engañé con la niñera.

_...¿Y lo hiciste?.

_Claro que no, me ayudó con los trajes.

_Te voy a extrañar tanto.

_Esta buena si lo acepto pero soy fiel al culo de mi mujer, no la engañaría y mucho menos la rebajaría con cualquiera.

_Diselo a ella, yo no te quiero escuchar.

_No me estás ayudando.

Tomo otra copa de champagne de la bandeja de los meseros y es otra que también me trago hasta el fondo.

Le extiendo las dos copas a Brandon y masajeo mi cien con estrés.

_Tengo miedo de decirle algo.

_Te ayudaré está vez, pero págame veinte dólares.

_¿Es enserio?.

_Si.

Entro la mano en mi bolsillo y saco los veinte dólares que nisiquiera se para que los quiere si se está pudriendo en dinero.

Se mete el dinero en los bolsillos y empieza a caminar entre las personas, me mezclo con un grupo de hombres para que no se de cuenta de que la miro y cuando Brandon llega habla un poco con ella.

Veo como se levanta y me muerdo los labios cuando veo su perfecto trasero en ese vestido rojo que trae, es sexi y llamativo que en segundos me engorda la polla.

Oculto mi erección como puedo y cuando Brandon me hace señas empiezo a caminar subiendo las escaleras, la sigo entre los pasillos hasta ver en la habitación que entra.

No se por que hago esto, debería de acercarme y hablarle pero no, la estoy siguiendo como un tal psicópata enmascarado.

Entro en la habitación y cierro la puerta detrás de mi, está de espaldas buscando no se que y dejo que se de la vuelta y me mire.

Se queda parada mirándome con esos enormes ojos verdes que me vuelven a engordar la polla, se muerde los labios y voltea a otro sitio cuando empieza a llorar.

Le coloco seguro a la puerta y a pasos lentos comienzo a caminar hacia ella pero retrocede chocando con el tocador.

_No te me acerques maldito asqueroso.

_¿Que pasa princesa?.

_Ahora me das más asco.

_Osea que antes también te daba asco.

_No te me acerques brant, por tu bien.

_¿Mi bien?.

La acorralo contra el tocador y empiezo a olfatear su cuello.

_Te pusiste el perfume que tanto me encanta.

_No, aléjate.

_No lo haré.

Estoy embobado de su hermosura que no me doy cuenta cuando me entierra algo en el vientre, bajo la cabeza preso del dolor y esa distracción es suficiente para que intente escapar.

Me saco el cuchillo y la vuelvo a tomar antes de que llegue a la puerta, la herida me sangra y me duele pero la vuelvo acorralar contra el tocador y está vez la subo.

Sus ojos destilan miedo y le sonrió mostrando los dientes lo que hace que se encoja en su sitio.

_Acabas de apuñalar a tu esposo.

_Lo... Lo siento... Yo.

_Shhh, no tienes nada que decir.

Siento como la sangre me cae por el vientre machando el piso. Le abro los pies y apartó las bragas.

_Dejame.

Se mueve pero ejerzo fuerza en su cintura evitando cualquier tipo de movimiento, me entró entre sus piernas y hundo un dedo en su vagina.

_Estas muy mojada.

_Acabas de salir de estar con otra mujer y no quiero que me toques.

_¿Eso te dijo tu hermana?, Que atrevida.

No evita soltar gemidos con los movimientos de mis dedos.

_Esa niñera que contrataste tiene un buen culo.

_Eres un estúpido.

_Sabe usar la boca.

Se mueve e intenta irse y es suficiente para rosar mi polla con su clítoris.

Empujo un poco y se contrae.

_Sueltame.

_¿Enserio quieres eso?.

Le pregunto mientras me muevo.

_En cinco segundos te soltaré y tú vas a decidir si te vas o no.

_Uno...

Empiezo a contar mientras me muevo más rápido.

_Dos...

_Tres...

_Cuatro...

_Cinco...

Quito la mano despacio de su cintura y no dejo de moverme, no hace nada para escaparse otra vez si no que está perdida en el placer que le estoy dando.

La vuelvo a tomar del cuello sin una pizca de piedad y sin dejar de moverme.

_¿Enserio crees que te engañé?.

No dice una palabra soltando pequeños gemidos.

_Si te hubiera engañado te lo hubiera dicho yo mismo, te hubiera dicho lo rico que me montó y como su boca hacia contacto con mi pene, si te hubiera engañado no fuera tan cobarde para estar follandote con una herida en el vientre que cada vez más me deja débil y sin sangre.

Confieso.

_No te quiero engañar por qué eres mi mujer y no te comparas con las demás.

Tomo sus piernas y la atraigo más a mi moviéndome está vez más rápido y dejando que llegue al orgasmo.

_Si te hubiera engañado no estaría aquí tratando de endulzar tu corazón.

La boca se me agua y el pecho me late rápido cuando me derramo en su interior.

_No soy ningún cobarde para engañarte detrás, hubiéramos hecho un trio antes de disfrutar yo solo.

La cabeza me da vueltas cuando la suelto, el piso tiene un charco de sangre y siento que la vista se me va cuando caigo de rodillas y los ojos se me cierran solos.

Saga mafiosos #4 Conclusiones Where stories live. Discover now