Capítulo 9

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El castaño sollozaba, acostado en su cama tapado hasta la cabeza, tomó su celular bajo las mantas y marcó el número de su amigo. Contestó al instante.

—¿Lou? —habló confundido.

—¿P-Puedes venir? —un sollozo se escapó de sus labios.

—¿Qué pasó?, ¿no tenías una cita con Harry hoy?, ¿te hizo algo? Ya voy, Lou.

Niall llegó en menos de veinte minutos, entró con sus propias llaves y subió a la habitación del castaño y lo vio aún bajo las sábanas.

—¿Lou? —se sentó en la cama escuchándolo llorar— ¿Qué pasa Loulou?, ¿Harry te hizo algo?, ¿quieres que lo mate?

—N-No.

—Dime qué pasa entonces, Lou.

—Hoy tuve otra cita con Harry, fuimos a la playa —sorbió sus mocos— Un cangrejo me picó el dedo chiquito del pie cuando apenas tocábamos el agua —salió de entre las sábanas, secando sus mejillas mojadas por las lágrimas— No quise meterme luego de eso porque ya me daba miedo, y... Hazz es tan lindo conmigo, me puso una curita en el dedo y luego puso las toallas en la arena y le compró helados al señor de los helados —su labio inferior tembló.

—Hey, calma, tú puedes —se acercó a él y lo abrazó.

—Es que... siempre arruino las citas —Llevaban ya mes y medio saliendo los fines de semana, viéndose en todos los recesos del instituto, el primero como siempre los cinco y el resto ellos solos— La cita pasada me dormí en el cine y-y... yo siempre arruino todo —volvió a sollozar con fuerza.

—Claro que no, Lou —acarició su espalda en modo de consuelo.

—Harry siempre me lleva a lugares lindos, yo lo arruino y él dice que está bien, mejora todo siempre. P-Pero se va a aburrir de mí.

—No digas eso, a él le gustas mucho y si "mejora todo" es porque quiere que te sientas cómodo en sus citas y quieras seguir saliendo con él.

—¿T-Tú crees? —se apartó secándose nuevamente las lágrimas.

—Por supuesto, es más... ¡Tengo una grandiosa idea!

—¿Cuál? —Louis lo miró confundido.

—Invítalo tú a una cita.

—¿Yo?

—No, tu abuela —rodó los ojos, burlón.

—Yo no tengo abuela, Niall.

—Dios —se llevó la mano al rostro y rió por la nariz— No es en manera literal. Solo... invítalo a una cita a un lugar divertido, llévale flores y esas cosas.

—Harry no parece una persona a la que le guste que le den flores —ladeó la cabeza, pensativo.

—No te dejes llevar por los estereotipos, apuesto que le encantaría y más si vienen de ti —pellizcó una de sus mejillas con cariño.

—¡Niall, eres el mejor amigo del mundo! —se abalanzó sobre él abrazándolo con todas sus fuerzas— Te quiero con muchísimo.

—Lo sé, lo sé —le devolvió el abrazo.

❀~✿ ❀~✿ ❀~✿ ❀~✿

Una nueva semana pasó, era viernes. Harry y Louis se encontraban en uno de los recesos, el castaño tiene apoyada su cabeza en las piernas del más alto, sus ojos cerrados y una gran sonrisa con los labios apretados. Harry acariciaba sus cabellos haciéndolos hacia atrás mirándolo con adoración, sentado con la espalda apoyada en un árbol. Una cancha de fútbol a unos metros con chicos y chicas mirándolos, algunos con ternura, otros con asco y otros con envidia.

—Hazz —habló en un susurró no queriendo romper esa burbuja de tranquilidad.

—Dime —Louis se levantó y se puso de rodillas frente a él.

—Me.

—Con que andas de graciosito, eh —tomó su cara con ambas manos comenzando a dejar besos por todo su rostro mientras reían— Payasito bonito —picoteó sus labios.

—Ya, Hazz —juntó sus labios ahora en un beso más profundo, Harry lo abrazó de la cintura atrayéndolo sobre él, sentándolo a horcajadas. Metió sus manos por debajo del suéter, acariciando la piel— Mhm, tienes las manos frías —se quejó aún sobre sus labios, el rizado pasó su lengua por sus labios adentrándola en su cavidad bucal— No, no. Espera, debo decirte algo.

—Estoy besándote, no me interrumpas —frunció el ceño.

—Tú me interrumpiste primero.

—Claro que no —hizo un puchero falso que Louis besó.

—Si me dejas decirte lo que tengo que decirte no te vuelvo a interrumpir.

—Bien —besó la punta de su nariz.

—Bueno, quería... —tomó su mochila que estaba a un lado de ellos y sacó una rosa roja de dentro, envuelta en un papel plástico transparente que la protegía— Quería saber si aceptas ir a una cita conmigo —mordió su labio nervioso y extendió la rosa.

—Oh, bebé —tomó la rosa con delicadeza, temiendo romperla, lo abrazó con fuerza— Es la segunda cosa más linda que me has hecho.

—¿Segunda? —preguntó apoyando su cabeza en el hombro del rizado.

—La primera es que me hayas besado —dejó un suave beso en su cuello.

—Harás que me sonroje, cállate —Harry sonrió.

—Acepto tu invitación.

El timbré sonó al cabo de unos minutos para pereza de ambos, Louis se negó a que Harry lo acompañase porque su clase quedaba más cerca a esa hora y Harry llegaría tarde si lo acompaña.

Los pasillos estaban vacíos, casi todos habían entrado a clase. Niall no lo esperaba ya que sabía que era probable que llegara un poco tarde por estar con Harry. Pero antes de llegar a clase, decidió ir al baño.

Cuando entró al baño había un grupo de tres chicos del equipo de fútbol, aquello le generaba un poco de ansiedad, pero no podría esperar a que se fueran, llegaría más tarde aún. Los ignoró, pero al parecer ellos no tenían ese plan.

—Hey, Tomlinson —saludó, en un tono poco amigable, un chico pelinegro de ojos castaños. Louis lo ignoró, ya que lo conocía de varios comentarios asquerosos que le hacía de vez en cuando y de otras cosas, aunque ahora que se la pasaba con Harry habían cesado— ¿Qué? ¿eres sordo? —le impidió el paso a uno de los cubículos.

—No molestes, Denlinson —murmuró Louis apartándose para entrar a otro, pero nuevamente le fue impedido.

—Uy, el niño bonito se cree valiente porque su novio es un chico grande —se acercó a él, demasiado para el gusto de Louis— Vi como le dabas una rosita.

—Asquerosamente maricón —agregó otro de los chicos.

—Casi vomito —se burló el tercer chico.

—Eso no es asunto de ustedes —respondió con el ceño fruncido, visiblemente enojado.

—Claro, pero queríamos que supieras que nos das puto asco —se rió Denlinson con una sonrisa burlona— No sé porque no me sorprende que seas un puto maricón, con el cuerpo que tienes era de esperarse que solo sirva para que te la met... —el puño de Louis se estrelló contra la cara del pelinegro, callándolo.

Todo pasó muy rápido, los tres chicos se abalanzaron sobre él comenzando a golpearlo. Louis se dejó caer al suelo y se tapó la cabeza con sus brazos en un vago intento de protegerse.

—No le den en la cara, no queremos arruinarle el muñeco al grandote —Fue lo último que pudo escuchar de Denlinson.

Perdió la noción del tiempo. Cuando finalmente pararon dijeron algo que Louis no supo descifrar concentrado en el dolor que sentía en su cuerpo.

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