Capítulo 19

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—Hazz... ¡Hazz! —corrió a él abrazándolo de la cintura— Perdóname, amor, tenías razón. Lo siento tanto, fui muy malo contigo.

—C-Creo que voy a vomitar...

—¿Qué?, ¿estás bien? —el castaño se apartó para verlo preocupado.

—Y-Yo... estuve tomando un poquito —se tambaleó y negó— Estoy bien.

—Ven, debes vomitar —tomó la mano de Harry, pero este no se movió.

—Solo... quería verte y escucharte. No vine a... —de pronto se hizo a un lado comenzando a vomitar en el pasto.

—Oh, Hazz —se agachó junto a él y tomó los rizos para que no se ensuciaran, con una liga, que comenzó a llevar desde que Harry perdía constantemente las suyas, le ató el cabello— Espera aquí, voy por agua ¿okey?

Entro a su casa y tomó tan rápido como pudo un vaso y sirvió agua en el.

Pero cuando volvió Harry ya no estaba ahí.

No. Esta vez no.

Dejó el vaso en el suelo y volvió a correr en busca de Harry. Lo veía a lo lejos y Louis se preguntó como es que podía caminar tan rápido en su estado, lo alcanzó aferrándose a él por la espalda.

—No, no te vayas, por favor...

—Lou, déjame, no quiero m-molestarte...

—No, Hazz, no me molestas. Perdón por no contestarte, te prometo que no molestas. Ven conmigo, quédate conmigo, por favor.

—E-Estoy borracho... es asqueroso estar conmigo así, huelo mal y-y no puedo... pensar —sintió en su espalda como Louis negaba con la cabeza rápidamente— Si, Lou.

—No, no me importa. No te voy a dejar irte, así que si tengo que pasar la noche aquí lo haré —Harry no respondió y Louis chasquea la lengua— Y es una pena porque tengo tanto frío y me podría enf...

Harry se dio la vuelta tomó a Louis sorpresivamente para cargarlo sobre su hombro. El menor chilló y se sujetó con fuerza.

—No te vas a enfermar, yo me quedo.

—Nos vamos a caer los dos...

—No te caerás, yo te sostengo, siempre te sostendré.

Harry lo bajó con una suavidad torpe cuando estuvieron en la sala nuevamente, Louis lo obligó a beber el agua y lo guío hasta el sofá para no hacerlo mover más. Y antes de que pudiese llevarle una manta o almohada Harry tira de él y lo aprieta contra su pecho.

Ambos se duermen y Louis no vuelve a sentir frío.

Cuando el ojiazul vuelve a abrir sus ojos ya no siente los fuertes brazos rodearlo, una manta lo cubre y una almohada sostiene su cabeza.

Pero antes de poder entrar en pánico y moverse, una taza es dejada suavemente sobre la mesa ratona frente a él. Se reincorpora y ve a un Harry mucho más fresco, sus rizos mojados, llevaba ropa de Louis puesta y sostenía otra taza en su mano.

La otra taza fue depositada en la mesa cautelosamente.

—Espero no te moleste, esto fue lo más grande que encontré en tu armario...

Louis tomó una mano de Harry y tiró de él sentándolo, se trepó a horcajadas y lo miró a los ojos preocupado.

—T-Te hablé feo y te ignoré. Tenías razón, Damián vino aquí y dijo que yo le gustaba, fui a tu casa y no estabas y-y lo siento tanto...

—Bebé... —tomó el rostro del menor entre sus manos y este negó.

—Me duele tanto en el corazón haberte lastimado, debí confiar en lo que me decías y de verdad lo siento, no quiero perderte, lo eres todo para mi y si tu ya no quisieras estar conmigo...

El peso que Harry llevaba desde que despertó se disuelve. No sabe si el sentimiento es cruel, pero le alivió tanto saber que no era el único con miedos e inseguridades. Lo entiende, por fin se siente comprendido y le llenaba el corazón que fuese él quien lo hiciera.

—Lou, quiero estar contigo, cada segundo de mi vida deseo estar contigo. Yo te grité, me dirigí a ti de una forma que no debía y lo siento, perdóname...

—¡Harry! No, deja de disculparte, no debiste hacerlo con Damián y menos conmigo. Fui un tonto... me merecía...

—Louis —Harry lo interrumpió, mirándolo incrédulo y molesto— Ni se te ocurra terminar esa frase, tú no te merecías ningún mal trato de ningún tipo, de nadie. ¿Me entiendes? Dilo. —Louis bajó la mirada y asintió— Necesito escucharlo de ti.

—Lo entiendo, no lo merecía y me dolió —asintió.

—Y debo disculparme por eso.

—Te perdono, Hazz.

—No... No, yo me ganaré tu perdón, te voy a demostrar que no lo volveré a hacer —Louis sonríe apretando sus labios y Harry no puede evitar comenzar a acariciar las mejillas de este.

—Me gusta eso... Yo también lo haré.

—Ya basta de todo esto, bebé... Te necesito.

Tan pronto como dijo esto unió sus labios de forma torpe y desesperada. Se necesitaban tanto, tres días separados de esa forma lo habían sentido como tres años.

Harry clavó sus dígitos en la cadera de Louis, lo arrastró sobre sus piernas hasta pegarlo más contra su cuerpo y deslizó sus grandes manos por debajo de la camiseta, acariciando y casi arañando la piel del menor.

Se separaron unos segundos por falta de aire, sus pechos subían y bajaban recuperándose, pero antes de poder hacerlo realmente, volvieron a unirse con sus lenguas de por medio.

Louis no pudo contener el impulso y deseo de mover sus caderas sobre el regazo de Harry haciéndolo jadear contra sus labios, como respuesta las manos sostuvieron su cadera para ayudarlo a moverse con firmeza y todo su cuerpo se sacudió al descubrir como estaba el rizado por sus movimientos.

—Ha-Harry —un gemido se escapó de sus labios y apretó sus manos entre los rizos sintiendo la cadera del mayor alzarse con desespero.

—M-Mierda lo haces sonar tan bien —Estaba volviéndose loco sin ser dueño de las palabras que saldrían de su boca, elevó las caderas llevando sus manos a sus glúteos apretándolos entre sus dedos y para su suerte, o desgracia, Louis seguía en pijama por lo que podía sentirlo mejor por la delgada tela— ¿E-Esto está bien pa... —un gemido ronco salió de sus labios cuando Louis tironeó de sus rizos—...para ti?

—S-Si —mordió su labio inferior conteniendo un nuevo gemido al sentir la piel de sus clavículas ser succionada y probablemente dejando marcas a su paso— Se siente... —¿cómo podría describirlo? ¿excitante? ¿caliente? ¿bien? ¿adictivo? se sentía tan bien que las palabras se desordenaban en su cabeza solo queriendo sentir.

—Si..., dime, dime cómo se siente —su voz era ronca y lenta. Louis seguía moviendo sus caderas con ninguna intención de parar y no sabía hasta dónde llegarían, pero no le molestaría descubrirlo.

Entonces la puerta de entrada fue abierta.

—Epa, comenzaron a almorzar sin mi o qué —dijo Niall encontrándose con aquella escena.

Louis abochornado escondió su cabeza en el cuello de Harry, Harry se giró a verlo de mala manera.

—Uy, amargados. Al menos inviten la próxima —se dio la vuelta y volvió a irse. 

¿Cliché?Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt