❝Pareces el culo de una rata, Lip.❞
❝Jesús, gracias por el aporte, Amara.❞
LOVESTRUCK. | PHILLIP GALLAGHER.
En el que cierto chico se enamora de la chica de al lado, y Amara se encuentra devolviendo sus sentimientos.
𝑵𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 �...
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"Entrega especial", anunció la voz de Ian mientras entraba a la residencia de los Gilbert temprano a la mañana siguiente. Amara levantó la vista de su libro y sonrió una vez que vio el medio galón de leche en sus manos.
"Gracias", dijo, tomando los cupones de la mesa y entregándoselos mientras intercambiaban artículos. "V y tú todavía sabéis cómo hacer funcionar su magia, ¿eh?"
"Sí, es como la prostitución", le dijo Ian, abriendo la puerta para irse. "Pero sin el sexo".
Amara se rió entre dientes cuando la puerta principal se cerró, y volvió a centrar su atención en el libro que tenía delante. Sus ojos recorrieron la página y volvió a la historia, justo cuando el sonido de las risitas de los borrachos resonaba por toda la casa.
La morena suspiró y levantó la vista justo a tiempo para ver a su madre sacar a escondidas a otro chico de la casa. La mujer mayor se tambaleó hacia la cocina, claramente su bebida nocturna también se había convertido en bebida matutina. Eran las ocho de la mañana.
"¿Conseguiste los gofres que te dije que compraras?" Margot Gilbert preguntó, estabilizando su estado de ebriedad agarrándose a la manija del refrigerador.
"No", respondió Amara. "Apenas teníamos suficiente dinero para pagar la factura del gas. No pude comprarlos. Hablando de eso, ¿no deberías estar estafando la casa de ancianos ahora mismo?"
Margot despidió a su hija y las dos terminaron su conversación allí. Amara no era nueva en tener una vida hogareña de mierda. Desde su padre abusivo que se fue cuando ella tenía siete años, hasta su madre que se convirtió en alcohólica poco después, ella era básicamente una experta. Fue solo una especie de destino que ella terminó en una familia con los mismos problemas que ella, y se unieron por tener padres horribles.
"Voy a pasar el rato con Debbie", anunció Silvia, bajando las escaleras con una camisa al revés. "¿Vienes?"
"Tal vez más tarde", le dijo. "Cuídate."
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"Sabes, si tuviera un dólar por cada vez que busco a Frank debajo de un puente o en un callejón, ya no estaría viviendo en esta ciudad", dijo Amara, más para sí misma que nada, pero Lip dejó una pequeña risa ante sus palabras.
Las manos de Amara estaban metidas en el bolsillo de su abrigo, sorprendentemente, encontró un par de guantes tirados por la casa esa mañana. Estaba un noventa por ciento segura de que eran de su padre, pero ¿a quién le importaba? El idiota se había ido por años.
"¿Frank?" Llamó Lip, agachándose para mirar debajo de un banco. Para disgusto de Amara, Karen los acompañaba. Amara hizo todo lo posible por ser lo más amable posible, pero no podía quitarse el mal presentimiento que desprendía la rubia. Tal vez solo estaba paranoica, preocupada por Lip. Sus relaciones pasadas nunca resultaron bien y ella trató de convencerse de que esa era la razón por la que no le gustaba Karen. Aunque en el fondo sabía que era otra cosa, simplemente no podía ubicarlo todavía.
