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Thakmet caminaba de un lado a otro, después de insistir al marqués por unos aposentos para él solo fuera de la residencia de concubinas, le habían dado unos aposentos dentro de la residencia del emperador porque no quería peleas ni cizaña en su tranquilidad.
El almuerzo con la emperatriz salió tenso, Benela lo jaló junto con Cryna lejos de la vista de Rose.
Aun recuerda su conversación.
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Después del almuerzo, ambas concubinas pidieron hablar con él a solas, llevándolo a un lado del jardín que estaba rodeado de enormes muros de rosales blancos cambiando sus colores a rojos y amarillos, como si supieran quienes estaban ahí.
— muros del amor, sus flores son similares a las rosas, solamente que cambian de acuerdo a la presenciade la persona que se encuentra aqui—Cryna desprendió con cariño uno de los rosales y acercarlo a su nariz para olfatear aquel dulce aroma—
El moreno vio como la rosa desprendía ese tono amarillo, con ligeras notas naranjas, similar a Cryna. Benelatomó la flor esta vez, cambiando a una rosa tan roja como la sangre con notas negras.
Benelaarrojó la flor al muro viendo como esta se volvía a unir.
— debo decir querido, tu me eres bastante molesto —habló sin pelos la pelirroja, movía su abanico con gracia y mantenía esos ojos fieros sobre él— se por buena fuente que uno de tus "tesoros" se volvió el amante de mi hijo
Thakmetretrocedió al ver un aura roja rodear a la mujer.
Magia negra.
— sin embargo, tengo el presentimiento que no serán para mi el fastidio —ahora bajo su abanico, mostrando su sonrisa—
