XXIV - ERES MIA

47 7 0
                                    


Capítulo veinticuatro
Eres mía

Oficialmente, "Matt" se había intentado sobrepasar conmigo, y Stefano me rescató en una de sus rondas por mi casa en busca de perdón, eso para Luisa y Victoria; para mamá, oficialmente me había quedado en casa de Luisa, donde mi vestido quedó manchado de vino y Luisa se ofreció quedárselo para lavarlo.

Luisa, Victoria y yo estábamos en mi habitación desde hace unas horas, habíamos estado viendo películas.
Victoria peinaba mi largo cabello.

Tenía un moretón en mi rostro, causa del golpe de Stefano. Aunque había intentado cubrirlo con un poco de maquillaje, el intento fue inútil. El recuerdo de la mañana de antes de ayer sí que era doloroso.

Ser humillado fue tan vergonzoso, y el saber que Stefano se había portado de esa manera era difícil de digerir, nunca creí que fuese capaz de golpear y violar a una mujer; siempre lo vi tan indefenso, parecía el mejor de sus hermanos, pero ya no podía afirmar lo mismo. Tuve que mentirle a mamá y a mis amigas al decirles que me habían asaltado y por eso los golpes.

—¿Cómo es que en Cortona comienzan a suceder cosas así? —expresó Victoria con indignación.

—Si, ¿cómo es posible que no podamos estar seguras en estas calles? —añadió Luisa.

—La verdad es que no quiero recordarlo, chicas. —Les dije con semblante cabizbajo.

Inmediatamente me levanté de mi cama y pasé a untarme la mascarilla de pepino que había preparado Victoria.

—No tienes de qué avergonzarte, Giulia, la culpa es de ese bastardo que te asaltó —siguió Luisa recostándose sobre las almohadas. —¡Si tan solo yo hubiese estado contigo nada de eso hubiera pasado!

—No hubieras podido ayudarme, y quizás te hubieran hecho lo mismo.

—Lo dudo —manifestó la trigueña con el rostro repleto de pepinos. —¡Recuerden que en mi bolsa siempre llevo mi doloroso cortaúñas!

Victoria y yo nos reímos un buen rato.

—Me gusta verte feliz, Giulia, no olvides sonreír siempre —dijo la pelirroja uniéndose al festín de mascarillas. —¡Es la receta de la juventud eterna!

Las tres estábamos acostadas sobre la cama mirando al cielo raso refrescándonos el cutis.

—Hay algo que no les he comentado. —Informó Vic.

—Siempre tienes algo que contarnos —Contesté desinteresada.

—La verdad es que, si no fuera por mí, sus vidas no tendrían ningún sentido —le lancé un golpecito en el hombro. —No quiero recordarte al idiota de Ethan.

Tragué fuerte al escuchar ese nombre.

—¿Tiene que ver con él? —contestó Luisa, irritadísima.

—No, no directamente, sino con su hermano. Iré al grano… Ustedes saben que Luiggi y yo estamos saliendo, hace un par de noches dormimos juntos.

—¿Qué? —Contesté asombrada quitando las rodajas de pepinos de mis ojos.

—¿Por qué te asombras? —cuestionó Luisa. —Ya deberías saber qué es lo que toda pareja hace.

ETHAN WALTON 1 © [TERMINADA]Место, где живут истории. Откройте их для себя