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Y justo como Sakumo pensó, no durmió un solo minuto.

Cuando el sol apareció en la mañana Sakumo sacó a Kakashi del futón y luego fue a su propia casa a toda velocidad, cargando consigo su traje blanco y un par de cosas que él mismo llevará para la recepción, acordando llegar antes para adornar el lugar donde el juez oficiará la ceremonia.

Después de eso, Sakumo apenas tuvo tiempo de tomar una ducha y lavarse los dientes, perdiendo muchos minutos valiosos en perseguir a Kakashi alrededor del patio cuando su hijo decidió salir corriendo de la tina de agua luego de negarse a tomar una ducha.

No hay nada que a Kakashi le disguste más que le digan qué hacer, pero Sakumo asume que su hijo también tiene un problema con el agua igual que algunos de sus perros.

La ducha de Kakashi también tardó más de lo que debería y luego Sakumo tardó otros largos minutos vistiendo a Kakashi y arreglándose él mismo. El traje es absolutamente precioso, y Sakumo se quedó delante del espejo practicando lo que diría en caso de tener que decir algo además de "acepto" y "Dios, sí, sí quiero besar al novio".

De todos modos, Sakumo tardó demasiado. Y antes de que pudiera llegar más tarde de lo que se supone que debería hacerlo no tuvo opción más que cargar al pequeño Kakashi como una bolsita de papas bajo el brazo y correr hacia el bosque lo más rápido que el legendario Colmillo Blanco puede hacer.

Afortunadamente su traje no se ensucia, y afortunadamente Kakashi está tan entretenido por la velocidad que no se queja por la forma en la que se mueven a toda prisa y más bien luce bastante feliz, agitando sus manitas regordetas contra el aire y tratando de golpear cada hojita que pasa junto a su cara.

Sakumo finalmente aterriza a tiempo y Kakashi lucha entre sus brazos como un gusanito, listo para comenzar a jugar entre las flores aún si su papá le repitió toda la mañana que debería mantenerse limpio hasta después de la ceremonia. Pero Kakashi es un niño después de todo. Y las reglas de una boda obviamente no aplican a él tanto como Sakumo no puede impedirle divertirse.

Kakashi finalmente pisa el suelo y corre de inmediato al lugar donde había estado jugando con Gai hace un par de días, sin perder un solo segundo en comenzar a construir una pirámide de piedritas.

De todos modos, Sakumo tiene muchas cosas qué hacer y se da la vuelta, acomodando algunos jarrones, flores, y sacando el pergamino donde guardó la mesa, las sillas, la pequeña lámpara y el lugar donde estarán parados.

Su boda con su esposa fue planeada y elegante, pero no hay palabras para describir lo mucho que Sakumo prefiere esto. Lo mucho que ama esto. Es mil veces... no, es al menos diez mil veces mejor. .

El saludo excesivamente alto de Gai llega desde el otro lado y Sakumo levanta la vista para ver la otra entrada, sonriendo cuando Dai llega cargando todas las cosas y con Gai colgando de su hombro como un costal pequeñito de masa suavecita, completamente limpio, con sus mejillas gorditas sonrojadas por la carrera y su cabello liso más peinado que de costumbre.

Dai también luce muy bien, y... Dios, Dai luce tan bien.

Gai salta de los brazos de su papá un segundo después y Kakashi corre por él, hablando de la montaña de piedras que está haciendo y del horrible trauma que fue bañarse tan temprano en contra de su voluntad.

Sakumo definitivamente le dará una tranquila lección sobre la higiene después, pero por ahora su atención está en la forma en la que Dai se acerca, con el traje de gala puesto de un modo que Sakumo quiere que lo abrace.

— Buenos días, mi querido y futuro esposo — Dai dice medio en broma y le da un guiño, dejando al descubierto toda su cuidada masculinidad cuando su bigote brilla contra el sol.

No es una locura si es contigoWhere stories live. Discover now